ARTROSIS – ARTRITIS - CONTRACTURAS INTERFALÁNGICAS .-
La artrosis es debida al paso de los años, con el consiguiente "desgaste" de las articulaciones; además cualquier articulación que haya sufrido una fractura o inflamación persistente puede desarrollar artrosis a edades tempranas. En la población no-escaladora suele empezar a los 40-50 años.
En la población general suele afectar a:
- Articulación trapecio-matacarpiana (del 1r dedo).
- Articulaciones metacarpofalángicas. Propia de trabajadores manuales, es rara.
- Articulación interfalángicas proximales.
- Articulaciones interfalángicas distales. En estas es frecuente encontrar un componente hereditario.
La superficie sobre la cual los huesos se encajan y se deslizan entre ellos, o sea se articulan, está formada por un tejido conocido como cartílago. Esta estructura es flexible, viscosa, muy lisa e hidratada. Este tejido tiene una vascularización muy pobre; cuando este tejido resulta dañado, en su superficie por un accidente, microtraumas, etc, la irregularidad resultante es muy difícil de arreglar. El desgaste progresivo secundario a la misma, junto a la inestabilidad articular que provoca, generan en una incongruencia entre ambas superficies articulares denominada artrosis
Además, alrededor de la articulación existe gran cantidad de ligamentos, tendones, músculos y una cápsula que le da cohesión y estabilidad. En la artrosis se degenera el cartílago, lesionándose además el hueso que hay debajo, lo que somete a la cápsula articular, ligamentos, tendones y músculos que la rodean a unas tensiones que dan lugar a dolor, deformidad y contracturas musculares.
La artrosis depende pues de la frecuencia, intensidad y duración de la actividad física y se ve favorecida o ayudada por las anomalías anatómicas o de alineación articular, la debilidad muscular y el sobrepeso.
Parece ser que al llegar a los 65-70, el porcentaje de desgaste articular digital es muy similar entre la población escaladora y la no-escaladora; con todo la práctica de la escalada está asociada a una mayor predisposición para desarrollar artrosis a nivel digital; es probable que los individuos que utilizan principalmente el agarre en arqueo puedan experimentar una inflamación de las articulaciones interfalángicas. Una por hiperextensión y otra por hiperflexión, bajo una gran fuerza.
Las articulaciones interfalángicas no son articulaciones de carga; el esfuerzo que supone una prolongada escalada o una dura sesión de entrenamiento provoca un cierto grado de inflamación. Si no se someten a estiramientos pasivos, estas articulaciones adoptan una posición de flexión que puede convertirse en una auténtica contractura permanente.
SÍNTOMAS .-
El síntoma inicial suele ser el dolor en las articulaciones afectadas. Este dolor, en principio, mejora con el reposo y aumenta con el inicio del movimiento, sobre todo después de un periodo de inactividad; una vez que estamos en movimiento ("una vez que se calienta") mejora el dolor, pero si la actividad es muy prolongada puede empezar a doler de nuevo. Normalmente, no suele doler por la noche.
Rigidez en las manos después de un reposo prolongado, pero no suele ser mayor de 15-30 minutos ("rigidez por la mañana al levantarse").
Deformidad debido a la destrucción del hueso, las alteraciones de los ligamentos, tendones y cápsula articular, y a la contractura muscular, que puede acompañarse limitación funcional en un grado variable.
PLAN .-
No hay ningún tratamiento que haga retroceder la artrosis existente, ni evitar la aparición de otras nuevas, es fundamental saber que la artrosis de las manos es en general un proceso benigno. Suele presentar síntomas durante determinadas fases, y a veces con los años deja incluso de doler. En muchos casos la deformidad de los dedos de las manos supone más un problema estético que una limitación funcional.
REPOSO.
No forzar la articulación afectada.
EJERCICIOS.
Ejercicios de estiramiento, flexión y extensión para fortalecer la musculatura y mejorar así la movilidad. No se aconseja realizar ejercicios durante los brotes inflamatorios.
Se realizan con mayor facilidad con las manos dentro de un recipiente con agua caliente, que además ayuda a disminuir la rigidez.
FRÍO/CALOR.
El frío puede ser útil durante los brotes agudos inflamatorios.
El calor en forma de baño diario, por las mañanas, de agua caliente, productos que se venden en farmacias. No se aconseja aplicar calor durante los brotes de inflamación.
FÁRMACOS.
Si es una artrosis leve o moderada la toma de analgésicos simples suele ser suficiente. Si no mejora en ocasiones es necesaria la inyección de corticoides y anestésicos
Hay una tendencia, recomendable cuando ya se llega a los 40, a tomar medicamentos protectores de un grupo de fármacos denominados “modificadores lentos de los síntomas de la artrosis” o condroprotectores. Entre estos fármacos se incluyen el ácido hialurónico, el sulfato de glucosamina, la diacereina y el condroitin sulfato
El sulfato de glucosamina (1.500 mg/día)solo o asociado a condroitina. Reduce la tensión y el dolor a la vez que lentifica la degradación de las superficies articulares. Hay que tomarlo a largo plazo, como mínimo tandas de dos meses, con 15-30 días de descanso, pues sus efectos no son instantáneos sino acumulativos.
En la artrosis del pulgar puede ser necesaria la reparación quirúrgica.
LESIONES DE LIGAMENTOS COLATERALES .-
Los ligamentos colaterales conectan los huesos de las articulaciones interfalángicas proporcionándoles estabilidad. Se encuentran tensos cuando dichas articulaciones se encuentran en extensión, y como se trata de articulaciones trocleares, no permiten los movimientos laterales los cuales son exigidos cuando se aplican fuerzas laterales o en hiperextensión.
Los escaladores sufren distensiones y desplazamientos de la articulación interfalángica proximal como resultado de un lanzamientos extremo o por retorcer un dedo “encajado”.
Una distensión suele manifestarse por un dolor de suave a medio y con hinchazón alrededor de la articulación interfalángica proximal, pues el dedo se edematiza, hay aumento de volumen a nivel de la articulación y puede aparecer equímosis tardía pero sin pérdida de la estabilidad.
Es frecuente que se acompañen de pequeños arrancamientos óseos en las inserciones laterales de los ligamentos o en la cara palmar de la articulación, pues son unos ligamentos muy fuertes, por lo cual el estudio radiológico es imperioso.
La rotura o desplazamiento producen un dolor importante, con gran inflamación y pérdida de la estabilidad hacia el centro o los lados.
TRATAMIENTO.
Las lesiones leves se tratan con entablillado de 10-14 días. Tras ellos se puede utilizar el vendaje tipo “dedo compañero” y empezar a moverse con un rango limitado de movimientos. Se puede empezar a escalar de forma moderada pero ello no priva de que un dolor moderado, con o sin inflamación nos acompañe durante unos meses.
La articulación puede tardan a veces 3 meses en recuperar su aspecto normal.
Las lesiones completas pueden tratarse quirúrgicamente pues sino además de una inflamación crónica podemos tener una inestabilidad permanente. La función se restablece en unos 3 meses.
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