Hay quienes nacen con estrella y hay quienes nacen estrellados.
Experiencia de un grupo de rescate de Castilla y León que trataba de ayudar a salir a una niña de entre los escombros de una vivienda; relatado por Paco Rivas, coordinador del grupo español.
"Salimos de la universidad y metimos a los perros para certificar que no había nadie con vida,
Había muchísmos cadaáveres y aquello estaba muy mal.
Íbamos al Hotel Priscilla, pero un haitiano había escuchado algo en una vivienda y nos avisó. La planta baja estaba colapsada. El confinamiento era muy estrecho. Al principio no se oía nada, pero conseguimos entrar y comenzamos a oirla.
Era una muchacha de unos 14 años totalmente sepultada y aplastada. Conseguimos liberarle la cabeza y empezamos a darle agua. Se recuperó un poquito aunque estaba muy mal.
La liberamos el brazo a la niña con sierras pequeñas; no se podía utilizar nada más. Después le hicimos un torniquete a la altura de la axila para que le afectara el síndrome de aplastamiento.
Conseguimos liberarla hasta la cintura y llegó un equipo de apoyo de Santo Domingo. Nos ayudaron a hacer otro túnel porque estaba aplastada y junta a ella yacía su madre muerta y en estado de descomposición".
Una vez que la adolescente ya había sido liberada, irrumpió en la escena un agente de seguridad canadiense para instarles a salir del lugar.
"había disparos y la gente estaba muy nerviosa. Pedimos media hora más para poder llevárnosla de allí, pero cuando sólo habían pasado dos minutos nos dijeron:
'O la vida de la niña o la vuestra'
y nos sacaron a la fuerza.
Estamos totalmente frustados".
Retocadillo de Jorge Barreno para El Mundo, lunes 18 de enero de 2.010.
Hola Fernando, resulta a veces difícil saber cómo es la mejor forma de ayudar. Hace algunos años estuve en Haití, estaba pasando unos días en el sur de la República Dominicana, en Barahona, y con unos amigos fuimos a conocer Haití.
ResponderEliminarHe de admitir que sólo fui capaz de permanecer una hora en ese lugar. La violencia, el hedor, la miseria, toda la herencia de la esclavitud y la falta de humanidad. Pero como dice Punset, hay que conocer desde dentro, no como un observador externo la realidad de las cosas, a veces las condiciones extremas hacen aflorar cualidades, sentimientos, formas de vida, incomprensibles para quien no las ha padecido, experimentado.
Es una pena que se tenga que llegar a estas catástrofes para despertar la solidaridad y la compasión ante este paisaje desolador.
Un abrazo
Hola Mariajo.
ResponderEliminarTeniendo en cuenta que eres una mujer resuelta y tirada "palante", si sólo pudiste aguantar una hora es que la primera impresión debía ser muy deprimente, del tipo "y los cojones (ovarios) se te caen al suelo".
Un abrazo.