Civan Ilci

La inquietud por traspasar fronteras, el desafío de los límites conocidos en la búsqueda de lo que puede haber detrás es connatural en el ser humano (y tanto puede estar refiriéndome a la escalada como a internet, por ejemplo) y aunque por momentos todo parece estar contra nuestra de tal modo que no tengamos otro noble fin en esta vida que vivir con un encefalograma plano, despoJándonos de nuestra esencia; es innegable que la necesidad de abrir nuestros caminos y traspasar otras fronteras no puede ser contenida y que puede manifestarse de muy diversas maneras, hasta insospechadas, como el caso de Civan Ilci.

Cival Ilci es turco, es ciego y, además, es fotógrafo. Explora y trabaja en una experiencia sensorial y vital que le han sido negadas. A tenido que aprender a vivir prescindiendo de ellas. NO puede ver lo que fotografía, le tienen que explicar el resultado de su experiencia creativa. Para encuadrar sus fotos utiliza los sentidos del olfato y el oído.
Nació en 1970 en un pueblo del oeste de Turquía en una familia modesta, con una madre analfabeta y un padre que apenas sabía leer. Gracias a la educación recibida en un colegio especial de Izmir desde 1977 pudo ir a la Universidad de Estambul en 1990 y licenciarse en Psicología. En el año 2002 se casó.
Lleva 14 años, desde 1995, trabajando en el departamento de braille de la biblioteca universitaria y colabora en proyectos de acceso tecnológico para ciegos y la creación de bibliotecas electrónicas que incluyan libros auditivos o electrónicos. Lee mucho.

“A mí siempre me había interesado el arte, sobre todo la literatura; escribo poemas. Pero siempre había un vacío, algo que quería expresar sin poder encontrar las palabras. Un día, el fotógrafo Nuri Kaya me habló de un proyecto suyo de fotografía para ciegos y se me encendió una luz: ¡eso es!. Es la herramienta que busco.”
“Según la dialéctica de Hegel, si estás muy alejado de algo, estás extremadamente cerca desde otra perspectiva. Yo nací ciego, estoy lejos del mundo visual. O sea, más cerca que nadie, desde otro punto de perspectiva”



Con esta idea disparó por primera vez una cámara, decidido a retratar el mundo que él no veía.
La primera foto, en el año 2006, la hizo a un contenedor de basura. El motivo es que era una marca del paisaje fácil de identificar por el olor. “Además nos parecemos: las calles no están diseñadas para ciegos. Cuando quiero cruzar tengo que esperar a que alguien me ayude. Espero cual cubo de basura mientras la gente pasa: los discapacitados producimos un rechazo similar”.
“Sólo hay dos momentos en los que deseaba poder ver: cuando estudiaba y no había suficientes libros en braille. Y ahora, cuando hago una foto y no puedo verla pido a los otros que me expliquen lo que ven, pero a veces es algo distinto y eso me hace feliz”.

Las fotos de Civan Ilci no delatan su ceguera. “Te sorprende que encuadre bien? Todo estímulo que nos llega tiene una fuente, y con el oído - incluso con el olfato- puedo ubicar un objeto.”
Civan aprieta la cámara contra la cara como si mirase a través del objetivo: se trata de centrar la lente en consonancia con la imagen sonora que recibe a través de sus dos oídos.
“Al estar ciego, soy independiente de la luz”.


He intentado completar el artículo con alguna foto suya pero buscando por la nube no he encontrado in ninguna. Además el 99.9% de la información me aparecía en un idioma del todo extraño y no sabía como manejarlo, así que me he ceñido al texto original y he trabajado sobre él.

Adaptado de Ilya U. Topper para El Mundo del 29 de Noviembre de 2010. El Zoo del Siglo XXI