Bueno cambiamos un poco las cosas, o las recuperamos, ¿quién sabe?,
Cuando inicié este blog estaba convalensciente y era multitemático, como se encarga de enunciar el banner de entrada.
Con el paso del tiempo se centró más en la escalada. Era lo que tocaba, y ya que hacer la entradas consume su tiempo era mejor centrarse en lo que parecía más prioritario.
Durante ese tiempo echaba de menos el resto de actividades y uno de de los leit motiv lo desarrollé como texto de encabezamiento. No lo guardaba pues no era algo generado por mi, aunque fuera una mera descripción de una excursión, sin más; sino que cada texto nuevo sobrescribía al anterior.

Con el paso del tiempo he echado en falta que esos textos, copias directas de los hablado o leído en diversos media, no quedaran guardados y a disposición de quién los buscara.
Así que he decidido almacenarlos como entradas en el blog.
No hace falta avisar, creo, pero lo recalco que son mis gustos, que la emoción que despiertan dependen del momento en que me encuentre y de un visionado muy continuado, a veces, de la materia a la que hacen referencia y que "para gustos colores".

Suerte, bienvenidos al Caos (esa escalera que se sube) y que los disfrutéis.

martes, 20 de noviembre de 2012

Díos Nos Ha Dicho Adios a los Cincuenta y Dos


El viernes 16 de noviembre de 2012 Patrick Edlinger, tras haber escalado ya casi toda la roca que le interesó en este mundo, no pudo declinar la oferta de emprender un largo viaje a otros paraísos de buena roca y vías vírgenes de magnesio. Le deseamos mucha suerte y que siendo fiel a su filosofía no nos las deje llenas de ese polvillo blanco para cuando nos toque a nosotros.



Cuando empecé en este negocio su nombre se pronunciaba con respeto y admiración. La información te llegaba a través de las revistas y del “yo sé de buena tinta por un colega que conoce a fulanito que a menganito le han llegado comentarios de la última hazaña del Edlinger”.

Era la referencia, la estética, la actitud, el modelo a seguir..

Hasta que NO se visiona la película “La Vida En La Punta De Los Dedos” y se sitúa en el contexto, no se puede comprender.



No se puede comprender porque la figura de Patrick Edlinger trasciende a la de su generación e impregna, cuando le conocen, a las siguientes. Sin ser el más bueno, sin ser el más mejor, en Francia tan dados a calificar a lo francés como lo más: “lo más bello del orden mundial”, “el rincón más increíble del planeta”, “los atardeceres más espectaculares”,… no se conformaron con cualquier “más” y pasaron a llamarlo directamente Dios (sin el “más” para abreviar).
El chauvinismo francés lo calificó de Dios cuando en realidad debía haberlo adjetivado como Moisés.

Porque Edlinger fue un estilo de vida, muy suyo y por tanto muy complejo, del que cada cual tomó y toma lo que puede.

Patrick Edlinger (© Philippe Poulet) - L'Etoile Noire

Patrick “Moisés” Edlinger condujo al elegido pueblo de los escaladores a través de un mundo de conceptos nuevos y por definir hasta la tierra prometida de la escalada deportiva, tal como se la conoce. Y la repartió entre las diferentes tribus: la Deportiva a secas, el Bloque, el Psicobloc, el Solo (que por intervención divina no le cuesta la vida),…
La escalada pasó de ser una disciplina para convertirse en una filosofía, en una forma de vida donde se vinculaba al hombre con el entorno y donde “hacer grado” era masoquísticamente placentero.

Y como Moisés, dio a los escaladores las Tablas de la Ley, los Mandamientos para la nueva religión, para que el pueblo elegido en ese camino a ninguna parte no perdiera el rumbo.

El primer mandamiento fue: "Mientras hay vida hay escalada y escalar es vivir". Y él mismo se encargó de cumplirlo ya desde que abandonó su hogar a los 18, pues ya había escalado todo lo cercanamente escalable, marchó en busca de nuevos mundos, hasta el fin de sus días.



El segundo mandamiento y el resto se resumen el clásico: No Hay Gloria Sin Dolor, pues la escalada de dificultad requería de un entrenamiento específico y constante, para progresar en las vías tanto en facilidad como en velocidad. Se tenía que potenciar tanto la técnica gestual como el músculo, la elasticidad y la resolución de problemas en boulder.

Pero por encima de la sublimación de fuerza y resistencia, estaba el entrenamiento de la mente, que en tantas ocasiones ayudaba al escalador en dificultades extremas.
‘El indio blanco’, como era llamado por su acercamiento a las filosofías orientales, abogó por la técnicas de meditación y concentración absoluta en la vía. Se enroló al barco del medio ambiente y vida natural y encontró trascendencia al vértigo y al riesgo.

Eso no le impidió ser pragmático de una forma honesta y sincera. Y aún siendo incompatibles sus austeras filosofías con el mundo comercial y de los media no tuvo más remedio que impregnarse, pues, como él mismo reconoce, o se tragaba ese sapo y podía seguir escalando cinco días a la semana o le tocaba buscarse un trabajo y entonces la escalada se convertiría en algo anexo a su existencia, cuando debía ser, y era, la verdadera razón de su vida.
El bohemio de Patrick, él que era capaz de dormir en vagones de trenes o en un coche para estar cerca de las paredes, se hizo asiduo a los saraos compartiendo fotos y protagonismo.



Hasta que su figura empezó a ser desbordada y borrada por las nuevas generaciones (muchos con el asumido tic de soplar los dedos tras sucar magnesio), a las que ayudó a nacer y crecer, y... la escalada se convirtió en un deporte común.
Entonces desapareció de la escena y, según manifiesta en varias entrevistas, siguió escalando con bastante asiduidad y compartiendo sus sueños e ideales con los amigos de toda la vida…. Hasta hace poco.

Gerard Kosicki -02- Patrick Edlinger - Soft Stone Quarry Nº 2

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