lento y dulce.
Basado en canciones de la obra de Tom Waits, FRANK'S WILD YEARS, 1987; Island Records
- Joaquim en Sumum, 7b;
- Dani Farré en Dinamita Pa'los Pollos, 8a+
Yo tengo colgadas a disposicion del público unas reseñas de esta zona. Hay gente que las usa y me hace ilusión pues veo que el trabajo de hacerlas no fue en balde y es útil. Aún y así tienen erratas: La zona de octavos de la Dinamita y vecinas está mal. Hay unas reseñas de Collsuspina/Creu de Castellar que son mejores; las que hizó Mohawk. Como cerró el blog las he subido a Dropbox, junto con un añadido de unas líneas que ayudó a equipar Ferran Guerrero. El enlace aquí y La Visera.
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“Ojalá hubiera nacido. Pero a mí me construyeron. De cero, a partir de las cosas que encontraron por casa” (Tom Waits. 1999)
Thomas Alan Waits nació el 7 de diciembre de 1949 en la localidad californiana de Pomona (Estados Unidos) en el seno de una familia con ascendencia noruega, irlandesa y escocesa.
Tom Waits es un artista único, eclético e inquieto. Uno de los grandes de la historia del rock (esa palabra que sirve para definirlo todo). Más que un cantante, Waits es un actor, un chansonnier, casi un cantautor; un crooner noctívago de voz lijosa y espejo de outsiders que pueblan ambientes tan sórdidos como románticos, tan míseros como fascinantes, tan teatrales como reales.
Su universo está influenciado por la escritura beatnik de William Burroughs o Jack Kerouac y los sonidos primarios del jazz, el blues, el cabaret, las composiciones pop del Tin Pan Alley, la vanguardia, Lenny Bruce, Harry Partch, Louis Armstrong, el burlesque, Kurt Weill o el rock experimental conviven con su fantástica capacidad de hacer farándula desbordante y canalla todo lo que toca.
Tom despliega su obra en un universo fantasmagórico evocando ambientes oscuros, tenebrosos; llenos de personajes desesperados, poco dados al disfrute, y sobre todo, inundados de obsesiones, dados al alcohol y a la bohemia… alojados en la desesperanza. Y todo esto no es un delirio de su imaginación, una fantasía gloriosa; su vida era exactamente así.
En los inicios de su carrera, Tom Waits era una institución, a veces lamentable, pero también era un músico y un artista de categoría inconmesurable. Como se aprecia en sus primeros álbumes: Closing time (1973) o The heart of saturday night (1974), Heartattack and vine (1980) o Small change (1976); por ejemplo.
Y cuando ya se especulaba con el tiempo que le quedaba a su hígado o con la matrícula del coche que le atropellaría una madrugada, Waits escapó de la quema.
"Cualquier arte debe sufrir retos, cambios, reinterpretaciones. Si no sobrevive, es que no vale la pena".
Actuó con papeles anecdóticos en películas de Francis Coppola y en bandas sonoras.
En 1981 se casó con la actriz Katheleen Brennan,
Su casa de discos, Asylum Records. le había abandonado. Island le ofreció un contrato, y con el llegó Swordfishtrombones (1983), un trabajo conceptual en esencia que desbordaba el contenido del vinilo de intrincada estructura sonora y del que se quería hacer una obra de teatro.
"Una canción debe tener su propio sistema nervioso. La melodia es como el humo, y el ritmo son las toses."
Conoció a Brennan durante el rodaje de “Corazonada”, en la que ella trabajaba como supervisora del guión, y desde entonces formaron un matrimonio artístico y sentimental que no sólo ha traído al mundo tres hijos.
Waits se casó con “una colección de discos”, perfectamente ordenada y cuidada al contrario que la suya, y sobre todo mucho más amplia y abierta. Su musa lo introdujo al mundo de Captain Beefheart, a la música centroeuropea, a la posibilidad reconciliar sin mayores problemas sus influencias más contradictorias en un todo.
Fue Brennan también la que lo animó a construirse el personaje que es hoy, a encontrar su propia voz, a asumir riesgos y beber en otras fuentes.
Porque, ¿cómo conocer la verdad de aquél que, sin empacho ni vergüenza, emplea las entrevistas para contar historias y trolas? ¿De un artista que reconoce que no piensa decir la verdad, o sí, según le venga?
Waits es una individualidad indomable que contiene multitudes. Es todos aquellos artistas mencionado, y ninguno. Todos los personajes de sus canciones, y ninguno. Y también muchos más: todos los que han sido, y todos los que serán.
"-mira, la gente se queja cuando pasa demasiado tiempo entre disco y disco, y luego se queja de que hay demasiados. El público es veleidoso, y yo no puedo responsabilizarme de cómo se siente".
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