Con la llegada del verano la comunidad escaladora se enfrenta a dos desafíos. Ambos son viejos conocidos.
De un lado tenemos al magnesio cuya utilización ejerce el efecto contranatura de ver las paredes moteadas de blanco. Del desafío intrínseco y personal de la lucha de tu voluntad o habilidad por descrifrar entre el mar de piedra que tienes delante cual es la ruta más correcta, o simplemente la ruta de menor resistencia, que te irá permitiendo la progresión hemos pasado a un ejercicio más gimnástico y más alejado de la esencia en el que, puestos en fila india los mejores agarres y en el peor de los casos hasta clecados por el lugar de mejor aprensión, una de las máxima preocupaciones es no equivocarte de mano a la hora de coger una presa.
Pero independientemente de la pureza o la motivación con la llegada del verano y sobre todo del calor y la humedad llega también el otro desafio: la humedad omnipresente y el tacto piscinoide de todos los agarres, en mayor o menor grado, y para para mayor inri más de los magnesiados, pues el magnesio húmedo es como una pista de patinaje.
Aunque desde el inicio de los tiempos hubiera existido la cultura de despejar o limpiar al máximo los restos de magnesio de un itinerario en lugar de esperar a que lo hiciera la lluvia, sería imposible, a día de hoy, que no hubiera rastro de ese polvo en las zonas de escalada más frecuentadas y en las vías más repetidas. Aunque puede que, aún a pesar de ser una escalada de puntero o insultantemente plafonera, disfrutáramos de un tacto más rocoso.
Agradeciendo los beneficios de nos reporta la lluvia en paredes verticales y muy ligeramente desplomadas, las otras las damos por perdidas, aún tenemos el reto de la humedad digital.
En caso de que algún día decaiga el uso del magnesio por motivos estético-ecológicos o prohiban su uso por agotamiento de las reservas mundiales, hay que pensar en otras alternativas posibles que permitan, independientemente de la modalidad de escalada practicada, poder hacer frente a ese enemigo común.
La Vida En La Punta De Los Dedos |
Para solventar este problema hay varias opciones:
1- La muy lógica opción de no escalar cuando haga calor, pero la pasión nos puede y convierte esta opción en una quimera.
2- Aguantarse bajo la solana. Otra buena opción pero poco realista.
3- Recurrir a la ciencia o ya puestos al “pues me han comentado que”. Aquí tenemos tres opciones: La Tintura de Benjui, el Cloruro de Aluminio y el Botox (estos últimos utilizados en los problemas de Hiperhidrosis axilar y de manos -Hiperhidrosis: exceso de sudoración-).
Con respecto a estas substancias mientras preparaba la entrada alguien sugirió sino serían doping. Yo creo que debemos estar muy tranquilos pues aquí no se trata de subir al Everest, y por tanto no hay lugar a la polémica.
4- O más sencillo: no hay problema, es todo psicológico.
Tintura de Benjui.
Cuando empecé en este negocio, los escaladores tenían dos costumbres. Una era comer Mueslí, la otra era la Tintura de Benjui.
La Tintura de Benjui se utilizaba para regenerar la piel después de una jornada de escalada y por sus propiedades astringentes o secantes. No prosperó, igual porque el ritual de tintarse los dedos después de cada escalada era molesto; igual porque se empezó a creer que provocaba cáncer. Cáncer en aquella época era mentar la bicha y darte casi por desahuciado; así que a falta de mejores datos fue cayendo en el desuso. En todo caso seguiremos a la espera de que Wikileaks o Anonymous algún día se dediquen a asuntos serios como este, y no a las tonterias a que nos tienen acostumbrados, y nos descubran la verdad.
El Cloruro de Aluminio.
La teoría es: El cloruro de aluminio hexahidratado se combina con la queratina formando un compuesto insoluble e inerte, justo por debajo de la superficie de la piel, que actúa como un tapón poral. El efecto consiste en que el área tratada deja de transpirar, la piel queda seca y, se supone, que la transpiración de esa zona es redireccionada a otras áreas de la piel, los pulmones o a los riñones.
Horas después de la aplicación se puede lavar el área tratada sin que el efecto desaparezca y debe durar varios días.
La potencia del producto puede oscilar entre el 5 y el 20% en una base de agua o alcohol; siendo el efecto secante directamente proporcional a la cantidad e cloruro de aluminio que contiene la fórmula.
La irritación de la piel que produce el producto en su aplicación depende tanto de la potencia como de la cantidad de agua presente. El ingrediente activo se descompone lentamente en el agua en ácido clorhídrico, que es, obviamente, irritante para la piel
A menor concentración menor eficacia pero puede servir para las hiperhidrosis leves.
Las fórmulas más potentes suelen usar una base alcohólica. Esto ayuda a impedir la descomposición del producto pero el efecto secante del alcohol hace necesario el uso regular de humectantes para la piel, y puede llegar hacerse muy molesto y a pesar de todo es difícil impedir la contaminación acuosa por transpiración o vapor de agua con la consiguiente producción de ácido clorhídrico
El Odaban es un producto comercial que al parecer ha solventado este problema pues incorpora una silicona para combatir el efecto deshidratante del alcohol y un sistema de pulverización que mantiene sellado herméticamente el producto, impidiendo la contaminación acuosa
También se puede pedir que te lo preparen en una farmacia Cloruro de Aluminio Hexahidratado al porcetaje deseado (entre 5 y 20), csp 50ml (csp: cantidad suficiente para).
El producto se aplica una vez por semana antes de dormir. Se humedecen las manos y se deja secar
El Botox (Toxina Botulínica) y similares.
La toxina botulínca bloquea las terminaciones nerviosas que crean el sudor.
En las palmas de los pies y las manos se pueden realizar hasta 50 pinchazos, algo bastante molesto y suele hacerse con anestesia local. (Si no aplican anestesia local hay que recalcar este hecho y nos descarten de la factura el valor de la misma, pues seguro que va incluida).
Se hace a nivel ambulatorio.
Los resultados son bastante duraderos, unos 6 y 9 meses; hay quien dice 1-2 años. Pasado este periodo para conseguir el mismo efecto se ha de volver a infiltrar.
El precio para las palmas de las manos ronda los 1.000€
(Ante este echo surgió la preocupación de que dicho precio sólo favorece a los escaladores de élite, a los patrocinados y a los pudientes, quedando el resto, una gran mayoría, francamente desprotegidos.
La “Organización” se ha comprometido a estudiar el tema y ha manifestado:
- Estamos abiertos al diálogo y a estudiar todas las alternativas posibles.
Por si acaso, tengo un amigo que trabaja en una clínica de estética que esta dispuesto a hacer un precio especial si se acude en grupo).
Hasta donde sé, a falta de confirmación, se infiltra el centro de la palma y las falanges de los dedos, excepto el pulgar.
Tras su aplicación hay que dejar descansar la zona infiltrada unos días: no realizar movimientos bruscos, no masajear la zona, no coger peso … más que nada para evitar que la toxina se mueva a lugares no deseados.
Entre los efectos pasajeros se encuentran la disminución de la fuerza muscular de la zona, dolor local y la aparición de algún hematoma, efectos que desaparecen en unos días y que son algo normal. (No es un inconveniente que deba preocupar a la comunidad escaladora pues está acostumbrada a sufrir y a que nunca se está lo suficientemente fuerte).
El uso de Botox para el tratamiento de la hiperhidrosis plantar requiere de un permiso autonómico, o sea centro autorizados.
La dosis letal en humanos es de 2500 a 3000 unidades, en el lifting facial se apolican en promedio 50 u, en la Hiperhidrosis palmar y plantar unas 200u. En niños con paralisis cerebral dosis maximas recomendadas son 400u y en un adulto con espasticidad son 600u.
Todo es Psicológico.
La ignorancia nos envuelve y sólo somos capaces de buscar remedio acudiendo al médico/curandero el cual receta tirando de libro.
En realidad la sudoración, no es un problema médico, és un reflejo desencadenado por el estrés. ¿Verdad que cuando no escalamos y estamos tranquilos no nos sudan las manos?, ¿Y verdad que con solo pensar en la línea ya nos sudan?. Pues ese trastorno emocional, ese impacto nervioso, és el causante. La ansiedad.
¿Que podemos hacer?.
1.- Dormir las horas necesarias, practicar yoga o cualquier otra actividad que nos de paz.
2.- Ya que sabemos que somos psicológicamente vulnerables y el estrés aumenta nuestra sudoración, no hacer un problema de ello.
3.- Evitar aquellas circunstancias que le recuerden a nuestro cerebro que el tacto en roca va a ser piscinoide.
4.- Consultar con un psiquiatra y contarle nuestro problema. A partir de la 3ª sesión hablándole de nuestra inquietud, con la ayuda precisa en caso de necesidad de ansiolíticos y/o antidepresivos, nuestra inquietud quedará controlada y desaparecerá.
No es fácil pero debemos superarnos y levantar nuestra autoestima. Nuestra mente es muy poderosa. Usémosla para disfrutar mejor de la vida.
A escalar, con cuidado del entorno, que son dos días.
hhahaha...!
ResponderEliminarDías TR.
ResponderEliminarSi, pero el del Cloruro de Aluminio es para pensárselo.
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ResponderEliminarTroll 11:52
ResponderEliminarCreo que debo eliminar tu comentario pues la persona a la que haces referencia no sólo no ha hecho ningún comentario a esta entrada (aún, ¡quien sabe si más tarde!), y no sólo lo hubiera firmado con su nombre, sino que es muy capaz por ella misma de expresar sus opiniones y preferencias.
S2