OMMADAWN.-
En los años 70 Mike Oldfield nos regaló su trilogía divina: Tubular Bells (1973), el más conocido, Hergest Ridge (1974) y Ommadawn, de 1975.
Tras esta trilogía poco o nada podía hacer por superar lo realizado por entonces. Obviamente el punk y el giro que dio su compañía discográfica, Virgin, le obligó a cambiar de estilo y registro, gracias a ello nos hemos encontrado con joyas como Crises, Five Miles Out, Platinum y un largo etcétera.
Ommadawn fue fruto de una época convulsa para Oldfield: el enorme éxito de sus composiciones previas le llegó a crear problemas psicológicos, lo que, unido al fallecimiento de su madre, Maureen Bernadine Liston en 1974, influyó en su composición puesto que para Oldfield la música siempre ha supuesto la evasión de la realidad, la paz que no consigue disfrutar en su vida.
el carácter díscolo y distante de Oldfield y la esencia de su música hicieron que muchos lo criticaran y lo acusaran, como a tantos otros músicos del rock progresivo, de pretencioso, como si no pudieran perdonar la osadía de querer ir más allá de la canción pop de tres minutos con estribillo. Afortunadamente, a pesar de su carácter y su personalidad inestable, Oldfield aún parecía estar por encima de esas cosas y no se dejaba influir a la hora de componer.
Así que en 1975 Mike Oldfield se metía en el estudio de The Beacon —en Hergest Ridge— para grabar su tercer disco,Ommadawn.
Ommadawn —compuesto de dos partes, una por cada cara, más On Horseback, una breve canción a modo de epílogo— es para muchos aficionados a su música el mejor disco de Oldfield.
El título de la obra no tiene una traducción directa al castellano, pero se asemeja mucho a la palabra irlandesa "Amadán", que significa "loco". Esta especulación procede de la traducción de la letra que tararean los coros al final del primer movimiento de la obra, "tá mé an amadán" que viene a ser algo así como "Estoy loco por la música". Sin embargo, en su autobiografía "Changeling", Mike Oldfield admite que se trata de una estrofa traducida por Clodagh Simmonds al gaélico. Dicha estrofa, en inglés, era "Daddy´s in bed/The cat´s drinking milk/I´m an idiot/And I´m laughing", es decir, "Papi está en la cama/El gato está bebiendo leche/Soy un idiota/Y me estoy riendo"). Precisamente, la palabra "Ommadawn" significa "Idiota".
No hay otro disco como éste, es así de sencillo. fue un disco innovador porque mezclaba música de culturas tan distintas como la celta y la africana. Cuenta además con cierta influencia folk, al usar Oldfield instrumentos típicos del mismo, además de la extraordinaria colaboración del líder de los Chieftains, Paddy Moloney, tocando la gaita irlandesa -en la segunda parte-, más la percusión africana del grupo sudafricano -exiliados en Inglaterra por aquella época- Jabula, protagonistas de excelentes secciones, especialmente la que finaliza la primera parte, en la que destaca también el coro femenino y por supuesto el clímax de la guitarra eléctrica.
Lo único que Oldfield no creaba con sus manos en este disco eran las voces de los niños de "On Horseback" (la parte final, cantada, de Ommadawn), la primera vez que escuchamos letra en un tema de Oldfield
Es un disco extraordinariamente cuidado, de una belleza y sensibilidad únicas, complejo, pero a la vez accesible al oyente ocasional o no versado en la carrera de Oldfield. En Ommadawn están quizás los dos o tres mejores momentos de su carrera. Es un álbum puramente progresivo, en el que Oldfield lleva a su máxima expresión su manera de componer y desarrollar sus temas: crea una melodía, la presenta, y progresivamente la va desgranando, explorándola, retorciéndola, añadiendo y quitando, haciendo que crezca en intensidad hasta explotar en un clímax.
Es un álbum también valorado por él mismo. Mientras que de discos como Hergest Ridge o Incantations no guarda un buen recuerdo ni los tiene en muy alta estima, Ommadawn no ha faltado en ninguna de sus -escasas- giras.
El anecdotario de la grabación no hace sino aumentar su leyenda: Moloney y él grabando medio borrachos y casi improvisando, la primera colaboración de ese dios de la percusión que fue Pierre Moerlen, el ingeniero Philip Newell obligado por Oldfield a borrar unas cintas con unas guitarras espectaculares, el propio Oldfield grabando una sección inspirándose mirando revistas porno…
Una obra maestra intemporal, en definitiva. El paso del tiempo le sienta de maravilla, porque es un disco con alma y contenido, como hoy sería inconcebible, no sólo para Oldfield, sino para la gran mayoría de músicos.
En 1990 Mike Oldfield lanza Amarok (álbum), una obra considerada por muchos como una secuela de Ommadawn.
En 2010, Universal reeditó "Ommadawn" con la inclusión del lado A del single "In Dulci Jubilo", por Robert Lucas de Pearsall, "First Excursion", "Argiers" y "Portsmouth" como bonus tracks.
Return To Ommadawn, (20/01/2017) se vendió como un álbum acústico y artesanal. Vuelve a reflejar los momentos amargos que le ha dado la vida en estos últimos años: la muerte repentina de su hijo Dougall, de 33 años de edad, el divorcio de su mujer, el fallecimiento de su propio padre o vivir el paso de un huracán devastador, el Matthew. Sin embargo, en esta ocasión, este paralelismo se ha reflejado en una composición más luminosa que aquella de 1975.
Hoy día tenemos un Oldfield (le pese a quien le pese) con 63 años, que (cómo él mismo ha admitido) se ha tirado los últimos años sin tocar una guitarra apenas. Eso hay que compararlo a un joven de 20 años, que se tiraba (exagerando.... o no) 18 horas al día tocando.
Como él ha admitido, ya no tiene la elasticidad en las manos de antaño. Pero, como él mismo ha dicho... no le hace falta.
No buscaba la perfección técnica. Quería disfrutar al máximo de lo que iba haciendo desde el estudio que posee en su casa de Las Bahamas. El perfeccionismo de Oldfield se ha relegado, en esta ocasión, para dar paso a la frescura, simplemente, de disfrutar tocando los 22 instrumentos que utiliza en este álbum.
El arsenal instrumental empleado para este disco que tenemos en nuestras manos es prácticamente el mismo que utilizó para ese disco original del año 1975. Guitarras eléctricas Fender y PRS, acústica, flamenca, bajos acústico y eléctrico, mandolinas, banjo, ukelele, arpa céltica, piano de cola, órganos Vox Continental, Hammond y Farfisa, mellotrón, sintetizadores Solina y Clavioline, bodhran, tambores africanos, glockenspiel y flautas irlandesas:
El arte gráfica que representa un amable paisaje invernal con un aura de leyenda céltica se basa en ilustraciones de Rupert Lloyd.
La primera parte de este concepto de “Return To Ommadawn” se expande por un espacio de 21 minutos y pico mientras que la segunda casi llega a los 21 minutos exactos.
La “revisión” de “On Horseback” queda en un sample de esas voces formando el fondo musical de un tema que, con un tono nostálgico, quizás alegre, quizás triste, podríamos definir como algo parecido a una sonrisa, musical, de la Gioconda. Tremendamente emotiva. Quizás el resumen perfecto del álbum.
"Es una pieza genuina más que una producción: hay manos, dedos, uñas. No tenía un próposito, no se trataba de conseguir nada, ni de satisfacer a nadie. Era música creada de forma espontánea, llena de vida. Hacer Return To Ommadawn es como un regreso a mi verdadero yo".
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CARAVANSERAI.-
Hay portadas que con solo verlas ya sabes que encierran algo que te va a cambiar la vida, que te va a llenar de una manera que otras cosas no lo consiguen. Aquella portada, una foto de Joan Chase que representa una caravana de beduinos atravesando el ardiente desierto, con un sol, enorme y radiante, un sol abrazador y cegador escondía un pedazo de obra maestra.
Caravanserai de Carlos Santana fue, y es, algo muy grande y sigue siendo un disco que disfruto tras tantísimos años de escuchas.
Fue el cuarto disco y marcó un punto de inflexión importante en la banda. Habiéndose ido el bajista de la banda junto con dos percusionistas, Santana se rearma de una nueva forma, adquiriendo un sonido completamente distinto al de los primeros tres discos.
Si Abraxas representaba el descubrimiento del sexo en la banqueta del asiento trasero del coche, “Caravanserai es el descubrimiento de mi corazón, mi primer vuelo hacia la espiritualidad” declaró Santana.
Se publicó al empezar el otoño de 1972. Carlos estuvo inspiradísimo y la banda le secundó. La cara a es sublime, dura 27 minutos y contiene la excepcional Song of The Wind. En la cara b es donde viene Stone Flower, instrumental de Antonio Carlos Jobim al que Carlos Santana y su batería Mike Shrieve pusieron letra.
Caravanserai no es una suite, propiamente dicha, sino canciones fundidas con mucho sentido para conseguir un lenguaje unitario, con muchos elementos rítmicos y partes muy naturales como los grillos del principio.
Obviamente, el disco no tuvo singles.
El mandamás por aquellos tiempos de Columbia, Clive Davis, no quería sacar este disco al mercado, justificándolo que sería un suicidio comercial tras las tres anteriores obras de gran éxito de Santana.
Este es un disco ambicioso y muchísimo más sofisticado que sus tres anteriores obras. Bajo la influencia de obras como In a Silent Way y Bitches Brew de Miles Davis,Carlos Santana se metió entre los llamados pioneros del Jazz-Rock, con un trabajo donde la música explora fronteras aún vírgenes. Carlos se vuelca por completo en la espiritualidad de la mano de su colega John Mclaughin. Es la única manera que tiene para sobreponerse a tantos años pillado por la droga que había mermado, no solo su salud si no a media banda.
Caravanserai es un disco nocturno, una obra de ambientes etéreos e hipnóticos, atípico, atiborrado de poesía musical, dotado de un enorme lirismo, alcanzado cuotas que nunca más igualaría. Las composiciones de Michael Shrieve son las que más sobresalen, demostrando que no solo es un gran batería, su arte también se expande hacia la composición. Carlos “Devadip” Santana, nombre con el cual ha sido bautizado por su gurú; Sri Chinmoy, tiene la mente atiborrada de misticismo. Esto más la suma de un amor incondicional hacia John Coltrane y a Miles Davis, su pasión por obras maestras como A Love Supreme y las anteriormente comentadas, hacen que Carlos se aventure en una nueva manera de enfocar su música.
La fusión de salsa con el rock que tenían los discos anteriores se pierde, y aparece un sonido muchísimo más jazzero, con largos pasajes instrumentales, donde resulta muy placentero escuchar a la guitarra de Santana apoyada en ritmos percusivos y un bajo fret con notas bien largas.
Las líneas de bajo navegan entre los cantos de los grillos creado al instante el clima perfecto donde nos quieren llevar; el desierto. Un desierto con su calor ahogante de día y su frío glacial por la noche, y todo ello se percibe en cada nota. Un viaje de unos escasos cuarenta minutos hacia el oriente más lejano, una travesía donde el oyente se siente parte de una caravana de hombres de piel curtida por el sol, a semejanza de un Lawrence de Arabia rockero. La asombrosa versión del tema de Jobim , “Stone Flower” aquí adquiere unos tintes progresivos jamás explorados, algo increíble, guitarras, órganos, bajo, batería y percusión, todo en pleno éxtasis musical. La batería swing en “Waves Within”de Michael Shrieve, las guitarras repiqueteantes de Santana en duelo con un jovenzuelo Neil Schon. “La fuente del ritmo” del percusionista James Mingo Lewis transpira sensualidad por todos su poros, entrado en un trance salsero de lo más erótico.
El disco finaliza con el impresionante estallido de color de “Every Step of The Way” que te deja con una sonrisa de satisfacción como pocos discos pueden hacerlo. Uno se siente agraciado de haber sido participe de esta caravana de sensaciones. Neil Schon dejaría el grupo junto al teclista Gregg Rolie para formar Journey al término de la grabación. Santana perdió dos enormes músicos, y nosotros ganamos otra gran banda.
La palabra caravasar —también transcrita como caravanserai, caravansaray, caravanseray o caravansara— deriva del turco kervansaray, y ésta del persa Kārwānsarā, una palabra compuesta que combina Kārwān (كاروان, caravana) con sara (palacio, edificio con patios cerrados), al que se añade el viejo sufijo persa -yi. Aquí caravana significa un grupo de comerciantes, peregrinos u otros viajeros que hacen viajes de larga distancia.
Es un antiguo tipo de edificación surgido a lo largo de los principales caminos donde las caravanas que hacían largos viajes de muchas jornadas —de comercio, peregrinaje o militares— , podían pernoctar, descansar y reponerse los viajeros y animales.1 Eran verdaderos antecedentes de los modernos hoteles y hostales de carretera.
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