La Teoría del Caos es una rama de las matemáticas, la física y otras ciencias que trata ciertos tipos de sistemas dinámicos, es decir, que van evolucionando con el tiempo, y que son muy sensibles a los cambios en las condiciones iniciales. Pequeñas variaciones en esas condiciones de partida pueden suponer grandes diferencias en el comportamiento futuro, lo que complica la predicción a largo plazo.
Un Gobierno sin afán de verdad no tendría problemas para cebar nuestra fantasía con ilusión de rigor, con esas invocaciones a "la ciencia" que ya por su simple construcción sintáctica confirmaban su ignorancia acerca de en qué consiste la ciencia. Decían saber y han actuado de forma negligente, como si fueran a ciegas.
(David i Goliat en el Parc de Les Cascades).
(Font de Carmen Amaya).
(Parc Joan Miró y la Dona i Ocell (Dona-Bolet amb Barret de Lluna) de Joan Miró i Ferrà).
Ciencia es el conjunto de conocimientos estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente
Es una estupidez creer que la ciencia debe saberlo todo, y por tanto el no saber lo que conviene es ignorancia culpable o interesada. La ciencia, aunque conoce muchas cosas, es sobre todo el proceso metódico de conocer: lo que nos falta por conocer excede con mucho a lo que conocemos.
La mayor parte de los acontecimientos ya sea en salud, en economía, en política o en climatología, dependen de la intersección inseparable de condiciones imprevisibles y en su mayor parte incontrolables.
La estupidez del "nosotros lo hubiésemos hecho mejor" está basada en la visión retrospectiva del acontecimiento negativo, y en el desvarío egocéntrico de que la parte contraria lo hubiese hecho mejor que el responsable asignado, sea quien fuere el sector ideológico que detenta el poder.
(La Chimenea de la Pz de La Palmera de Sant Martí).
(Arte Urbano en el Poble Nou).
(San Jordi a Caballo (o San Jorge Desnudo o Sant Jordi Triunfante) de Josep Llimona).
Antes del 8M y a quién no se encuentre cómodo siempre puede mirar hacia otro lado:
"La situación era conocida a la perfección por todos los intervinientes, tanto por el ministro de Sanidad, don Salvador Illa, como por la directora general de Salud Pública, doña Pilar Azcárraga, por don Fernando Simón, responsable del CCAES, y por el propio acusado, don José Manuel Franco Pardo, así como por los colaboradores del CCAES en las comunidades autónomas, incluida la de Madrid, y también por el señor consejero de Sanidad de la CAM, don Enrique Ruiz Escudero..
El 28 de febrero es un día a destacar, pues es el día en que la Delegación del Gobierno emite unas instrucciones muy claras para proteger a sus trabajadores. [...] Esa atención tan delicada y adecuada para con sus trabajadores choca o es contradictoria con haber permitido encuentros masivos de personas. Es como cuidar a los de casa y menospreciar a los de fuera. Si una medida es adecuada, es más, imprescindible para preservar la salud y la vida de los suyos, debería haberse implementado al resto de la población...
La población no lo veía, quien estaba al cabo de la calle eran los expertos del CCAES, pues son quienes tenían los datos continuamente de lo que estaba sucediendo, no en vano es un Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias. [...] La situación de hecatombe en España se veía venir... porque quien sabe de epidemiología y se dedica a ello domina los parámetros predictivos y no es algo imprevisible; no lo es, es algo previsible y además advertido por organismos conocedores de estos temas.
El 2 de marzo, el ECDC emite un documento fundamental. [...] Alerta sobre las medidas de distanciamiento social individual (evitar dar la mano y besar, evitar el transporte abarrotado y las reuniones masivas innecesarias), [que] deben seguirse durante todos los escenarios como una medida preventiva... No hace distinciones. No hay condiciones, el texto es taxativo y claro y está realizado por el verdadero interés de la población. En mi opinión, estas indicaciones de la ECDC marcan un punto de inflexión en la evolución de lo que deberían ser las normas preventivas para evitar la propagación de la epidemia. Y no fueron atendidas.
El 28 de febrero es un día a destacar, pues es el día en que la Delegación del Gobierno emite unas instrucciones muy claras para proteger a sus trabajadores. [...] Esa atención tan delicada y adecuada para con sus trabajadores choca o es contradictoria con haber permitido encuentros masivos de personas. Es como cuidar a los de casa y menospreciar a los de fuera. Si una medida es adecuada, es más, imprescindible para preservar la salud y la vida de los suyos, debería haberse implementado al resto de la población."
Aunque, bien es verdad, una parte de la culpa no era suya sino de un sistema autonómico incapaz de compartir el historial clínico de sus ciudadanos y en el que cambiar de comunidad es como cambiar de país. (Algo de eso sucedió en China por un sistema perverso de incentivos: las autoridades de Wuhan suministraron información falsa al Gobierno central para evitar la impresión de falta de control o de mala gestión. De hecho, según descubrió el Gobierno central, esa fue la razón última de la persecución del médico que denunció la enfermedad, hoy convertido en héroe nacional. La desconfianza es tal que hace unas semanas un importante funcionario de Beijing se lanzó en paracaídas sobre Wuhan para supervisar la lucha contra el virus.)
(Basílica de la Mercè, Cúpula de Joan Martorell i Montells y estatua de Nuestra Señora de la Merced de Maximí Sala).
(Palau Güell, puerta de entrada y escudo).
En palabras de Emilio Bouza, fundador de la Sociedad Española de Microbiología, asesor emérito del servicio de enfermedades infecciosas del Hospital Gregorio Marañón, en la Comisión de Reconstrucción del Congreso:
"Desde que el virus apareció en Italia y ya con evidencia de transmisión de persona a persona, perdimos un tiempo precioso no inferior a 10 días en reaccionar adecuadamente,...
Nuestros compañeros de Italia ya nos advertían de que la gente se moría como chinches,...
La estrategia adoptada por las autoridades sanitarias españolas falló porque, de manera generalizada, se aceptó que se trataba de un brote de coronavirus parecido a los anteriores y que, como tal, se limitaría a China e impactaría muy poco en países occidentales...
En España, ha admitido, lo pensó todo el mundo y es un mea culpa que debemos entonar...
Sobrevaloramos, a su juicio, nuestra capacidad para confinar un brote...
En su opinión, el sistema sanitario español adolece de una excesiva "compartimentalización" que impide el flujo de información eficiente entre la asistencia primaria, los hospitales, los distintos especialistas, la sanidad militar, la pública y la privada, y en el que se ha minimizado la importancia de la microbiología y las enfermedades infecciosas hasta el punto de que muchos hospitales en España no cuentan con un servicio microbiológico y tienen que remitir todas sus muestras a laboratorios centrales, a veces muy alejados. La externalización de este servicio ha sido un profundo error...
(A Colón, para fastidiar a los Neo-puritanos).
("El Héroe", una escultura, entre otras, del Gobierno Militar de Barcelona)
(La Evocació Marinera de Josep Maria Subirachs).
(Por el Paseo Juan De Borbón).
Nunca faltaba un paper para consagrar una mentira, como sucedió con las mascarillas, o un informe internacional inencontrable para avalar cualquier gestión. El Gobierno impostaba una sabiduría de la que carecía. La peor combinación en las decisiones prácticas, ignorancia y arrogancia epistémica. Se simulaba una precisión imposible, invocando a unos expertos que, naturalmente, no lo eran, porque no hay ciencia de las decisiones políticas.
(A Gandhi).
(Techo de espejos del Mercat Encants Vells, Fira de Bellcaire).
Durante un tiempo, la mayoría de ciudadanos ha comprendido las exigencias de un estado de alarma por razones sanitarias, pero que esa predisposición ha cambiado tras escuchar cómo el Gobierno, "en lugar de dar datos o informaciones lo más rigurosas posibles, ha pretendido hacer propaganda de sus acciones". No hay "crispación", lo que hay es "legítima discrepancia".
(Casa Josep Cerdà o Casa de las Hermanitas).
La llamada inmunidad de grupo o de rebaño, según los especialistas, debe rondar al menos el 60%. Si este porcentaje de la población tiene anticuerpos frente al virus, la capacidad del patógeno para diseminarse disminuye y quienes aún no se han contagiado tienen cierta protección.
En este momento elevar la inmunidad hasta el 60-70% sólo se consigue mediante vacunación. Sin vacuna no hay nada que hacer en este terreno. Mientras el virus siga circulando, la única manera que tenemos de evitar la transmisión es el distanciamiento, la higiene de manos y la mascarilla; y llevar a cabo un número significativo de test para identificar y aislar a los individuos asintomáticos.
(Efigie del Demonio en la Casa Agustí Atzeries (Casa Del Dimoni o Can Dimoni)).
(Casa Comalat, detalle de la cara a la Avd Diagonal).
(Casa Comalat, detalle de la cara a la C Córcega).
Los epidemiólogos querrían que el mundo cerrara hasta que el virus se extinguiera por aburrimiento y los economistas querrían plantarle cara mandando al frente una primera línea de viejos muertos en flor.
No es razonable creer que el único efecto catastrófico de la pandemia es la enfermedad y la muerte de nuestros ciudadanos. Mientras la ciencia alcanza a conocer y comprender mejor al virus y se llega a disponer de fármacos específicos y por supuesto de la definitiva vacuna, el remedio inmediato del confinamiento con la consecuente paralización social y económica puede ocasionar perjuicios difíciles de prever para las economías, las sociedades y por supuesto los sistemas sanitarios cuyas consecuencias pueden superar en crueldad a las directamente causadas por el Covid-19.
(Casa Milà o La Pedrera).
(Verge de l’Assumpció de Tomàs Fontanals en laCasa Pere Company (Josep Puig i Cadafalch)).
El dilema, claro, es cómo combatir eficazmente la epidemia sin destruir la economía.
Cabe preguntarse cuánto sufrimiento podemos aceptar para salvar nuestro modo de vida. Un debate de adultos, incómodo pero necesario. Si los españoles estamos dispuestos a asumir el riesgo de salir a la calle para correr en pelotón cuando el virus sigue al acecho, más justificación hay para regresar al tajo, con las medidas de seguridad que hagan falta, y poner fin a la hibernación laboral.
(A Josep Tarradellas de Xavier Corberó Ignasi de Lecea).
El libertario Rand Paul, hijo del excandidato presidencial Ron Paul, uno de los líderes del Tea Party, interrogó a Anthony Fauci sobre el dilema de la salud y la economía, del confinamiento y la reapertura de la vida social.
La respuesta de Anthony Fauci fue: "No pienso ser la única voz aquí... Doy mi mejor opinión según la evidencia científica. Pero hay mucha más gente asesorando en relación con las cuestiones que usted cita que tienen que ver con la reapertura. No asesoro sobre economía y no doy consejos sobre otra cosa que no sea la salud pública. La segunda cuestión es que usted ha dicho que debemos ser humildes respecto de lo que no sabemos. Los hechos son que no sabemos nada sobre este virus y debemos ser especialmente cuidadosos, particularmente en relación con lo que sucede con los niños".
(Jardí Tarradellas).
Esta contestación contiene dos grandes verdades. La primera es que la ciencia médica sólo puede asesorar sobre salud y hacerse cargo de sus propios sesgos. Ni aconseja sobre economía, política o moral, ni se hace cargo de los sesgos de otros. La segunda es que la ciencia es perfectible, mas no perfecta: no sabemos, pero aspiramos a saber. Fauci no presume de ser el dueño del árbol del conocimiento del bien y del mal, y no lo agita ante sus conciudadanos. No disponemos en esta crisis de personas con la clarividencia de este hombre, que no se deja manipular por el poder.
(El Gato de Botero de Fernando Botero).
(Línea de escalada deportiva en el Pilar del Puente Grúa de la Maquinista Terrestre y Marítima).
(Podium de la Plaça Dels Campions, en el Par c del Port olímpic).
Salud y economía están inextricablemente unidas, lejos de aparecer como opuestas son complementarias. Los determinantes sociales y económicos son esenciales en la preservación de la salud de las personas, de modo que la prioridad debe ser establecer cursos de acción para que puedan caminar juntas.
"Si el virus campa a sus anchas, dañará la salud de muchos y acabará con la vida de no pocos. Pero si la actividad económica no se reanuda, la salud de millones de personas se verá gravemente amenazada durante mucho tiempo".
"La vida está por encima, la muerte no tiene remedio y una crisis económica, sí". Pero, claro, "una vida empobrecida, sin futuro, no digo que no merezca ser vivida, desde luego, pero puede llegar a no ser digna".
(Mosaic del Pla de l´Os o Pavimento Miró, en el Pla de La Boqueria).
(Rambla de Los Capuchinos).
La suma última, la que dirá cuál es el precio del cadáver no deben hacerla ni epidemiólogos ni economistas. Las decisiones para ponderar salud y economía se deben a tomar en el ámbito político, como dicta toda lógica. Esto es así, por mucho que los encargados de adoptar esas decisiones justifiquen sus medidas en el consejo de los científicos o expertos. La medicina y la política tienen objetivos distintos. Mientras la primera "pretende disminuir la morbilidad y la mortalidad, las decisiones políticas son complejas porque deben atender a objetivos múltiples y alguno de ellos incompatibles entre sí"
"Las necesidades económicas, laborales o educativas son indispensables para garantizar, precisamente, la salud". no solo la salud biomédica opuesta a la enfermedad, sino a su noción biopsicosocial, global y ecológica de salud concebida como capacidad y participación significativa en la comunidad".
Es preferible apelar a nuestro sistema de racionalidad 1, el que manejamos cada día para transitar por la vida, sin darnos cuenta, automático, conformado por reglas torpes, poco pulcras lógicamente, pero rápidas e intuitivas, con las que regimos nuestra vida cotidiana; que a nuestro sistema 2, que reclama sentarse con la hoja de cálculo, impecable inferencialmente, sofisticado pero lento y poco intuitivo. Cuando se trata de salvar la vida nos basta con saber que "por el humo see sabe dónde está el fuego".
(Fachada principal de la Basílica de Santa María del Mar).
(Paseo de lluís Companys).
(Templo Expiatorio de La Sagrada Familia, Fachada del Nacimiento).
Aquí tenéis unas palabras claras del Dr Faheem Younus, Jefe de la Clínica de Enfermedades Infecciosas, Universidad de Maryland, EE.UU.:
1. C19 no separa por raza, religión ni ideología política, se transmite a todas las personas.
2. Vamos a convivir con el Covid19 (C19) durante meses o años. No podemos negarlo pero tampoco podemos entrar en pánico. No lo hagamos innecesariamente difícil. Aprendamos a vivir con ese hecho y a ser felices.
3. El virus puede que no reduzca su efecto en el verano. Ha sido verano en Brasil y Argentina, pero el virus se ha estado propagando rápidamente.
4. No puede destruir los virus C19 que han penetrado los células bebiendo demasiada agua, simplemente iréis al baño con frecuencia; ni con sesiones de sauna, ni con vahos, ni…
4. Lavarse las manos y mantener una distancia de 1,8/2 metros es el mejor método para protegerse contra el virus. Si no hay un paciente C19 en casa, no hay necesidad de desinfectar las superficies de la casa.
5. Los productos empaquetados, los surtidores de gasolina, los carros de compras o los cajeros automáticos no causan infección. Lávate las manos, vive tu vida de manera informal.
6. C19 no es una infección alimentaria, C19 no está colgando o suspendido en el aire, es una infección por goteo que requiere un contacto cercano, se propaga de un modo similar a la gripe, con las gotas que se desprenden al respirar y sobre todo hablar, toser.
7. No os tenéis que preocupar por vuestros pedidos de comer a domicilio. No hay riesgo documentado de que C19 se transmita al pedir comida, Pero podéis calentarlo todo al microondas, si lo deseáis.
8. Podéis perder el sentido del olfato con muchas alergias e infecciones virales. Este no es un síntoma sólo específico de C19.
9. Una vez que lleguemos a casa, no necesitamos cambiarnos de ropa y ducharnos con urgencia. La pureza es una virtud, la paranoia no lo és.
10. El aire está limpio, puedes caminar por los parques y los jardines manteniendo la distancia de protección física.
11. Es suficiente usar un jabón normal contra C19 no necesariamente tiene que ser un jabón antibacteriano. El virus no es una bacteria de todos modos.
12. La posibilidad de llevar el C19 a casa con sus zapatos y enfermarse es lo mismo que recibir un rayo dos veces al día. He estado trabajando contra virus durante 20 años, las infecciones por goteo no se propagan así.
13. Usar guantes de formas continuada es una mala idea, el virus puede acumularse en el guante, puede transmitirse fácilmente si te tocas la cara. Es mejor lavarse las manos.
(Indigencia en la Plaça Dels Campions).
A estas se podría añadir que el uso de mascarilla durante largos periodos, dejando aparte cuestiones fóbico-psicológicas, puede interferir la oxigenación por respirar aire con mayor concentración de CO2 y alterar los niveles de oxígeno; sobre todo en pacientes sensibles con patología respiratorias. Es recomendable usarla solo en lugares públicos y cerrados.
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