Este día, fue el Día de La Rueda, y no por la O.M.S. decidiera dedicar un día del año a conmemorar uno de los inventos que ayudó de forma radical en la evolución de la humanidad.
Debían regalar algo, o ser la festividad de cualquier santo, porque todo bicho viviente que tiene un vehículo a ruedas se ve que decidió sacarlo a pasear ese día. Es posible que fuera algo de eso, pero como para según que cosas vivo en la inopia, ni me entero.
Desde mi casa al primer punto de encuentro observé muchos ciclistas, no era anormal, pero era extraño que algún grupo de ellos fuera escoltado por la Guardia Urbana. Ya con Juan Carlos y Peter nos dirigimos a Vilanova i La Geltrú a recoger a Mauro en la estación de tren, vía costas del Garraf.
Es posible que lo que ese día se celebrara fuera el Día Mundial del Cicloturismo al Macizo del Garraf, pues no acabábamos de adelantar a un grupo de ciclistas cuando en apenas 200 metros ya teníamos otro. Así hasta Sitges. Una actividad ciclista muy alta para ser las 10 de la mañana.
Con Mauro ya estuvimos al completo y nos dirigimos a La Talaia, donde la situación fue el acabose y el no va más.
Fuimos acompañados durante toda nuestra jornada de escalada con un variado surtido y muestrario de todo tipo de vehículos. No pasaban ni tres minutos sin que nuestra escalada fuera amenizada por el ruido del motor de algún tipo de vehículo rodado. A los ya conocidos ciclistas se unieron los motoristas, tanto en solitario como en grupo y cabalgando motos de todas las cilindradas. A estos, sin duda de forma solidaria, se añadieron los turismos, y, de forma que se cae la baba, unos cuantos Porsche, Ferrari y hasta un McLaren, que hicieron de esa carretera su pista de preprueba. De preprueba pues se ve que hay un circuito en las proximidades donde los conductores de este tipo de vehículos acuden a pasarlo en grande.
Unos circulaban de forma prudente al vernos, otros apuraban, y unos pocos apuraron mucho más.
No, autocares no pasaron. Tampoco tractores.
Este “muro de sonido” no fue la única actividad que nos acompañó en este día; también tuvimos nuestra sesión de efectos ambientales. El Fuego, ese otro gran invento de la humanidad, igual o más trascendente que la rueda decidió que el día no podía ser perfecto sin él, y decidió autoinvitarse.
Yo siempre había venido a escalar a La Talaia en verano, aprovechando la sombra de la mañana, y en plan matinal, hasta las 14 h (+/-). Nunca había venido en invierno. El día se levantó tal y como la previsión atmosférica anunciaba y puede que algo más: tapado y con algún punto de lluvia.
Y durante las primeras horas escalamos bajo la cobertura de las nubes y con una temperatura muy buena. El tacto era algo húmedo al principio pero mejoró hasta un buen grip.
Como estaba previsto se despejo a partir del mediodía.
El sol llega a La Talaia sobre las 13-14 h. Su llegada supuso un cambio drástico. Cayó a plomo, de pronto nos sentimos como esos galos a los que el cielo ha caído sobre sus cabezas. El calor nos dejó groguis, quien no quedó aplatanado, se fue a echar a la sombra y quien estaba fuerte se quedó hecho una piltrafilla y vacío de fuerza. Lo que eran agarres pequeños pero serios o romos pero generosos se volvieron patinosos de pronto.
Todo esto para decir que el día no estuvo nada mal. Escalamos líneas o guapas o interesantes o las dos cosas, y que nos dejaron con ganas de volver, a pesar de “los inconvenientes”
> The Longest Line,6a+.
Mientras Peter y Juan Carlos empezaban calentado en Filemón nosotros nos fuimos a esta línea que está en el extremo derecho, por un lado no nos molestábamos y por otro prefería hacer esta línea pues no la tenía hecha.
Es un buen 6a+ bastante mantenido y de esos que es difícil que sean algo menos.
La línea está equipada con químicos excepto en una zona en que han añadido un parabolt pues la roca en ese lugar no es de esas que inspira mucha confianza, y el aleje era de esos que mejor no tener mala suerte.
Juan Carlos en Filemón, 6a+ |
Continuamos calentado en una de las mejores vías de esta zona, en su grado, la Airways.
Un 6b todo continuidad. La entrada algo puñetera pero luego divertida, variada, disfrutona,...
Peter en Airways |
Continuamos aumentando las apuestas.
Juan Carlos, todo motivado y bien aconsejado (por supuesto), opta por asediar Siscosis, un duro 7a de tres químicos y reunión. En su primer pegue, tras mucho trabajo, consigue sacarle todos los movimientos.
Mauro decide probarse en Dafnis, que se le rebotó, y yo con un 6b+ que también se encuentra a la derecha del todo y del que no tengo recuerdo de haberlo probado nunca.
Juan Carlos en Siscosis |
Juan Carlos en Siscosis |
> Más Difícil Todavía, 6b+.
La mejor opción para trabajarse este trazado es olvidarse del recorrido que sale marcado en la guía, el cual te hace candidato a llevarte una buena nata, y jugar con la lógica de la seguridad y de siempre lo más sencillo.
El trazado cumple. Una entrada técnica te deja en terreno de nadie, que es donde hay que ser creativo, para luego atacar un repecho de movimientos atléticos armado con buenos agarres.
En el terreno de nadie, dada la ausencia de seguros entre la entrada y el inicio del repecho, la dudosa calidad de la roca y la presencia de mucha tierra en la repisa de salida, opté por ir todo a mi izquierda, en busca del seguro de la Nina Lasciva, subir al repecho sorteando ese seguro moviéndome más a la izquierda, para una vez teniendo encaminada la repisa, recorrerla toda a la derecha hasta el seguro que toca.
Peter en Más Difícil Todavía |
Idem |
Mauro se enfrentó a Sostres. El 7a/a+ que brilla con luz propia en este sector. Una de esas vías que en su día había que tener en la libreta, como la Eric de Les Paparres, o la Neska Polyta en Mala Dona, para entendernos.
Una dinámica y espectacular entrada para luego trabajar la continuidad sobre buen agarre con movimientos y posturas variadas hasta la reunión, sorteando, como su nombre indica, un par de minitechos.
A día de hoy, aunque marmolizada, sigue siendo una gran vía. Es que no es sólo una línea de paso obligado, es que los del lugar calientan en ella (incluso descalzos), o le hacen series. La intensidad de paso que ha tenido que soportar esta vía se ha ido cobrando su precio, de ahí que a día de hoy , considerarla de 7a+ puede que sea la mejor opción.
Mauro en Sostres |
Idem |
Llegamos finalmente al reto del día, para llevarle la contra al aplatamiento en que nos encontrábamos. La El Este Del Oeste, pero como mientras la montaba vi que el paso a bloque era realmente burro cambiamos de proyecto y acabé montando El Último Mohicano (7a+ orientado de 7b).
No tenía referencias de este problema, me sorprendió y es verdaderamente notable. Tiene una sección difícil, a bloque, en su zona central, que según la aptitud se puede trabajar tanto por la izquierda (como Mauro) como por la derecha (el resto) incrustrada entre una escalada de continuidad bastante asequible hasta llegar al paso y que después te tienes que trabajar hasta llegar a la reunión.
Mauro encadenó medio a vista (pues no teníamos referencia de la sección a bloque), medio al flash. Juan Carlos no pudo con el paso duro (Siscosis lo había dejado bien seco y el calor hacía patinar alguna regletilla clave) y yo tampoco pude con él, aunque tengo el método para sacarlo por la derecha.
Buena vía que me queda pendiente para otro día, pero con menos calor.
Mauro en El Último Mohicano |
Un día bien aprovechado, he escalado vías que aún no había tocado y me ha quedado una buena vía, no sé si encadenable o no a la hora de la realidad, para otra ocasión. Regresamos a una hora prudente y no era aún de noche al llegar a Barcelona.
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