Tenía ganas de circular por el carril-bici del puerto de Tarragona; lo vi desde lejos en una Ruta en la que pasé por Tarragona y me pareció que sería interesante conocerlo.
Busqué info el wikiloc y encontré varias rutas, unas iban al Faro del Puerto, como la de ZZ (Salou-Puerto Tarragona-Faro) y otras por los carriles bici de las playas de Tarragona; usé de la GERCA, Circuit Vall i platja de l'Arrabassada, Miracle, Serrallo, fins final Escullera. Y para la ocasión fueron bastantes.
Salí de La Pineda y lo primero fue ir en busca del carril-bici de Raval del Mar.
Ya en él, la primera idea era ver si era factible tener una imagen cercana de la Torre Dels Carboners. Está en una propiedad privada, Port Aventura, pero igual habría algún resquicio por el que acercarse.
Nada; ni por abajo desde una pista forestal que nace en la rotonda de la C-31B, que según el ICGC es el camino de acceso; ni buscando una entrada cerca del Parc de la Torre de la Dolça. La mejor imagen es la que se obtiene es enfrente de la fachada donde está la puerta, a la altura del Santuario de la Mare de Dèu de La Pineda.
Seguí circulando y me llegué a Vila-Seca pero en esta ocasión no utilicé el puente sobre la A-7 sino que utilice el paso peatonal de la rotonda.
Allí tenía unos asuntos pendientes que tenía que visitar.
Lo primero fue pararme en la Creu de la Beguda, la Creu de Terme. En la visita anterior pase ràpìdo, visto y no visto, y en esta me entretuve un poco más.
Las cruces de término (Creus de Terme) tenían como objetivo marcar los diferentes territorios de cada municipio, se suelen encontrar en la entrada de las poblaciones, o bien al lado de sus caminos de acceso, y son unos importantes elementos monumentales que se tienen que tener en cuenta en la hora de poner en valor el patrimonio de cada municipio. La cruz de término más conocida de Vila-seca es la cruz de la Beguda, que se encuentra actualmente en el Raval del Mar, en el que antes era el camino de la Pineda, cerca del cruce entre esta vía y las calles de Pas del Rei y Josep Maria de Sagarra.
Se han encontrado referencias de la Creu de la Beguda en documentos del siglo XVI, pero su origen debía de ser medieval. De hecho, según Agustí M. Gibert, en su linde se escogían durante la noche de Reyes los jurados del término de Salou, puesto que, a pesar de que actualmente se encuentra ya dentro del casco urbano de Vila-seca, durante la Edad Media esta cruz estaba integrada dentro del territorio de Salou. Originariamente, la Creu de la Beguda era de piedra cortada, pero durante los disturbios que se ocasionaron con el estallido de la Guerra Civil, en 1936, se destruyó este elemento patrimonial al considerarlo un símbolo religioso. El único que se salvó fue el pedestal de piedra, sobre el cual se colocó posteriormente una cruz de hierro forjado realizada por el herrero Antoni Mas (padre), que es la que todavía se conserva ahora.
Tras la Creu de la Deguda hice una parada en el Parc de la Riera para ver la escultura Las Puertas de La Memoria, una obra verdaderamente original, desestructura rota dentro de un orden.
Se trata de una obra de la reconocida escultora francesa afincada en Tarragona Béatrice Bizot. Un memorial monumental que se encargó para recordar uno de los capítulos más trágicos de la historia de la ciudad.
La conforman un rostro de casi 3 metros de altura, en dos piezas, con los ojos cerrados que actúa como puerta, además de dos figuras de menores dimensiones, un hombre y una mujer, que son los que ahora han ‘desaparecido’. Estas dos figuras simbolizan una mirada al pasado y otra al futuro para no olvidar las barbaridades de la guerra que también sufrió Vila-seca.
Un total de 14 vilasecanos y vilasecanas fueron víctimas de los bombardeos durante la Guerra Civil. Once de ellos perdieron la vida el 29 de diciembre de 1938, cuando dos bombas cayeron sobre sendas casas de la calle Sant Antoni, muy cerca del lugar donde se erigió la escultura Les portes de la memòria. Entre ellos, se encontraba un grupo de mujeres del pueblo que trabajaba en un taller de costura. Las otras tres víctimas se produjeron en otros puntos de la ciudad.
Además de la escultura conmemorativa en el centro del municipio, se instalaron dos placas en el suelo para recordar los puntos exactos donde se encontraban las casas derruidas por las bombas en lo que hoy es el Centre Històric.
Tras visitar Les Portes de la Memòria me acerco a la Sociedad el Fénix, que está a tocar en la C. de la Font.
El origen de la Sociedad El Fènix se sitúa en 1875, cuando se constituyó, con el nombre de La Ilustración. Fue el 1883 cuando cambió el nombre por Casino de Recreo El Fénix y, pocos años después, por Sociedad Recreativa el Fénix. Durante el franquismo fue integrada dentro de las instituciones del nuevo régimen y no fue hasta el 1977 cuando pudo recuperar sus señas. El edificio social fue construido en 1928, gracias a la contribución de todos los socios.
Desde su creación la Sociedad El Fènix ha tenido como objetivo fundamental ofrecer propuestas recreativas y de crecimiento personal y colectivo a través de la cultura a sus socios y socias y a sus familias. La sociedad ha cambiado mucho, desde la fundación del Fènix, pero estos objetivos se mantienen intactos, a pesar de que adaptados a los nuevos tiempos. Así pues, con nuevas propuestas de sociabilidad, ocio y fomento de la cultura y las artes, y siempre sin ánimo de lucro, El Fènix quiere ser un punto de referencia en la vida social y cultural no solo de Vila-seca, sino del Camp de Tarragona. Para conseguir sus finalidades, la asociación lleva a cabo actividades culturales, recreativas y lúdicas por los socios/se y la ciudadanía.
La historia resumida es la de Pobles de Catalunya, si queréis algo con más de cara y ojos consultar societatelfernix.
Tras Vila-Seca toca llegar a Tarragona. Para evitar la N-340 me fije en el track de wikiloc de de jose_amt, “Salou - Tarragona - Constantí - Salou evitando carreteras principales”. El año pasado fuí por un túnel por debajo del aeropuerto de Reus. Este año no es caso pero el recorrido tiene tramos curiosos.
El recorrido original debía pasar por el centro del polígono industrial de Mas Sunyer de Vila-Seca. Por culpa de unas obras se esquiva por el margen izquierdo de las mismas; donde encontramos un carril-bici. Luego hay que pasar por el margen derecho de una riera, a pie, antes de encarar la pista que nos lleva a La Canonja.
Esa pista es la del Camí de la Creu dels Horts, al llegar a La Canonja se transforma en el Camí de Reus.
La Canonja es una población muy cercana a Tarragona y ubicada en una zona rodeada de polígonos industriales. Durante casi cincuenta años perdió la categoría de municipio por integrarse en Tarragona. Sin embargo en el 2010 recupero su independencia.
Y de sopetón nos encontramos con un Mamut.
Espai Mammuthus, un centro de interpretación que permite hacerse una idea de cómo era la vida en el Tarragonès hace un millón de años.
El proyecto, que se construyó tomando como base una masía del siglo XVII, ha costado cinco millones de euros y no se ha concebido como un centro de interpretación al uso, sino como un espacio donde el visitante guía la experiencia y donde abunda la tecnología interactiva.
Todo en el espacio está pensado para que las piezas y las explicaciones que las acompañan se puedan ir cambiando y actualizando a la luz de nuevos descubrimientos.
Las defensas de mamut, joyas de la corona del museo, parecen colmillos, pero son en realidad los incisivos superiores que crecían a lo largo de la vida del animal. Este espécimen hallado en 2007 en La Canonja pudo pesar unas 10 toneladas y medir cuatro metros entre el cuello y el suelo.
Hay varias salas, cada una dedicada a un apartado en particular.
Tras los mamuts me dirijo a la plaza del Bisbe Borràs que tiene varios puntos de interés.
La iglesia de San Sebastián de La Canonja es de una nave, cubierta con vuelta de cañón con lunetos. Tiene capillas laterales entre contrafuertes y el presbiterio es cuadrangular y está cubierto por una vuelta de cuarto de esfera, con apariencia de concha, repitiéndose esta forma a los ángulos.
La fachada, centrada por la puerta con frontón triangular acabado por tres pináculos con sendas bolas, está coronada, al sector central correspondiente a la nave, por un gran frontón con un óculo.
El campanario está adosado en el lado derecho. Es de base cuadrangular, con dos cuerpos de altura, separados por una cornisa (el superior tiene una apertura de medio punto a cada cara), y tres más de base diversa y pequeña altura.
Es un edificio de estilo neoclásico, muy sencillo, con detalles ornamentales, en el interior, de carácter rococó.
Al altar mayor, hay un grande manifestador dorado con oro de Alemania, obra de los años 40, del arquitecto Monravà.
Para conocer la historia de esta iglesia se puede consultar el siguiente enlace.
A tocar de la iglesia tenemos La Abadia. El edificio tiene una estructura de los siglos XVI-XVII, pero ha sido muy modificado con posterioridad.
El porche abierto en la planta baja del edificio y que da acceso a la plaza de la iglesia corresponde a la antigua puerta de la villa medieval. En uno de los arcos de la vuelta hay un escudo con la fecha de 1667.
También encontramos una placa dedicada al Obispo Manuel Borràs i Ferré en su casa natal y una escultura obra de Bruno Gallart Pardo.
Manuel Borràs i Ferré (La Canonja 1880-Lille 1936), fue un obispo auxiliar del cardenal Vidal i Barraquer asesinado el 1936 tras haber estado en la clandestinidad en Tarragona mientras Vidal i Barraquer pudo huir a Italia. El monumento se encuentra ante la casa natal del obispo Borràs y el homenaje tuvo lugar a los 35 años de su muerte en una ceremonia de las autoridades franquistas, el año en que se iniciaba el obispado de Pont i Gol, que reivindicó la memoria del arzobispo Vidal i Barraquer, muerto a su exilio suizo, y la del obispo Borràs. El busto original, de mármol, sufrió una agresión el 1991 y fue reemplazado el 1992 por uno de bronce, en un acto inaugural menos oficialista pero más popular que la primera.
También encontramos la casa natal de Salvador Martorell i Ollerr 02/II/1895 - 13/V/1968), con una placa conmemorativa.
Fue un escultor catalán. Se formó al Taller Arana y Bru de Tarragona y en la Escuela de la Llotja en Barcelona (1914), donde trabajó en la casa Gabriel Bechini. Expuso, el 1917, en Barcelona y en Tarragona, y obtuvo de la diputación tarraconense una pensión para ampliar estudios a París entre 1918 y 1919. Medalla de oro de la exposición Artes Déco de París del 1925 y de la Exposición Internacional del 1929, en Barcelona. Trabajó como profesor en el Taller-Escuela de Pintura y escultura de Tarragona (1934-1938) y en la Escuela-Taller de Arte de la Diputación de Tarragona (1947- 1965). Tiene también dos medallas Julio Antonio de Tarragona (1944 y 1945). Su obra está vinculada con el novecentismo y mostró un gran dominio de la técnica y una gran sensibilidad en el tratamiento de la figura humana.
Tras esta pequeña visita cultural, en un espacio pequeño que concentra muchas cosas, reemprendo la marcha dirección Tarragona.
Salgo de La Canonja por el Camí de Constantí (ICGC) o de la Partió (Google Maps) y voy a buscar el paso elevado sobre la A-7. Tras cruzarlo hay que meterse con una pista forestal abandonada que queda a la derecha. Hay que seguir por ella hasta el final. Se va estrechando conforme bajamos y al final hay un giro brusco de izquierdas, con desnivel, y se continua por las roderas de una pista muy abandonada y en franco desuso. Al final del mismo circulamos por un puente sobre la T-11 y llegamos al Polígono industrial Les Gavarres.
La Canonja desde el puente sobre la A-7
De Les Gavarres fuí en busca del puente sobre la A-7 y a media altura de la Calle B giré a la izquierda y bajé por la Calle H hasta encontrar la rotonda de la calle A con el camí de les Gavarres. De la rotonda nace un camino, el Camí de la Horta Gran, y se circula en él hasta encontrar la T-721.
Pasé por debajo de la C. Joan Miró y llegado la Parking Zona Naranja cruce por el paso peatonal a la N340 y al poco se gira a la derecha por el Pg de la Independència. No hay otra que seguir por ese paseo hasta el puerto, El Serrallo, pues la pista paralela al río Francolí estaba cerrada por obras.
El barrio de pescadores del Serrallo es un conjunto muy característico, formado por unas pocas calles entre la vía del tren y el puerto, alejado y hasta hace poco aislado del resto de la ciudad. Son calles estrechas, con edificios sencillos, la mayor parte construidos a mediados de siglo XIX, que todavía conservan cierto tipismo de los barrios de mar. El frente marítimo ha sido urbanizado y ajardinado modernamente.
Al inicio del Moll de Pescadors se ubica la Pz. Bonet con varias cosas de interés.
La Iglesia de San Pedro Apóstol que fue construida en el lugar donde había estado la batería del Francolí, los cimientos y material de la cual se usaron en el nuevo edificio.
Fue obra del arquitecto Ramon Salas Ricoma, se empezó en 1878 y se inauguró por Todos Los Santos del año 1880. Los gastos de su construcción fueron a cargo del Arzobispo de entonces Dr. Constantino Bonet Zanuy, de quien toma nombre la plaza de la iglesia.
Es de estilo neogótico. Tiene una sola nave de planta rectangular, ábside poligonal y tejado a dos aguas. El acabado exterior combina el tabicado común con la piedra pulcra, la cual remata las aperturas, la cornisa de horquillas goticas y las cantoneras.
Justo al lado de la iglesia de San Pere Apóstol o del Serrallo se puede contemplar un mural dedicado a la patrona del barrio de pescadores del Serrallo, la Virgen del Carmen.
La obra, encargada por el Ayuntamiento de Tarragona, fue diseñada por Ramon Grau, y confeccionada por los artistas Sánchez Abelló y Ruben Aguilar, y representa una escena habitual en una casa serrallense.
En la plaza Bonnet también encontramos El Monumento a La Familia Pescadora, una obra escultórica de bronce y medida natural. Fue un encargo del colectivo Salvemos el Serrallo al escultor de Montblanc, Josep Agustí en 1994.
La obra consta de tres figuras que representan una familia de pescadores: el padre con unos remos a los hombros, la madre remendando las redes y el hijo con un pescado en la mano. Con un pedestal que representa dos piedras del espigón y una barca.
Se inauguró el día 28 de junio de 1994 con motivo de las fiestas del barrio del Serrallo, y fueron presentes el pescador Domingo Pedrol (Minguet de la Guita) y Antònia Fusté, remendadora. En aquel momento las personas más grandes del barrio.
Al final del Moll de Pescadors nos encontramos con las Fuentes Del Serrallo.
Esta fuente se localiza en la calle Trafalgar, verdadero paseo emblemático del barrio y está compuesta de unos bonitos estanques con fuentes de colores espectaculares de variados juegos de luces y chorros de agua.
En el interior de los estanques, la escultora Béatrice Bizot inauguró en el año 2007 un conjunto escultórico muy destacado . La obra está dividida en tres escenas que se distribuyen en los correspondientes estanques y representan con figuras muy pequeñas distintos pasajes del puerto y sus personajes.
Unas placas en el suelo con textos ayudan a la comprensión de las escenas:
“La mar, patria del hombre libre, escenario de trabajos e ilusiones”.
“ La plaza, milagro de la vida, lugar de encuentro, de esperanzas colectivas , teatro de nuestros juegos”.
“La ventana, abertura por la que se entra al futuro cotidiano donde surgen nuestros sueños”.
Tras el Moll de Pescadors circulo por el Moll de Costa en busca del Moll de Llevant, Paso por delante de el Museo del Puerto de Tarragona y de los Tinglados del Moll. Enlazo con la Plaza de L’Arrencada de l’Escullera y me encamino a el carril-bici del Moll de Llevant. Esta zona estaba en obras y se tuvo que ser algo creativo.
En el Moll de Llevant, a la altura del Real Club Náutico de Tarragona, está ubicado el carril-bici que lleva al faro del puerto de Tarragona.
Tras un buen recorrido llego al Far de la Banya, y luego otro recorrido hasta el final del espigón, donde hay unas panorámicas muy bellas.
En el Primer Plan de Alumbrado Marítimo de España aprobado por Real Decreto de 13 de setiembre de 1847 se establecía la construcción de tres faros de distinto orden e importancia, a situar en la isla de Buda, en la Punta de la Baña y en la Punta del Fangal como puntos geográficos más representativos para delimitar los terrenos del delta del Ebro.
El Faro de la Baña fue el segundo en importancia dentro de los tres faros de hierro previstos para el Delta del Ebro. Al presentarlo, Lucio del Valle, su arquitecto, destaca en la memoria "la conveniencia de desechar las obras de fábrica, reemplazándola en todas las partes del edificio con piezas de hierro hábilmente dispuestas, de manera que pueda deshacerse con facilidad la torre y colocarla inmediatamente en otro punto" previsión que se verá cumplida casi 120 años después.
Se encendió por vez primera el 1 de noviembre de 1864 con una luz proporcionada por una lámpara de aceite de oliva atendida por dos torreros.
Tras el paso de los tiempos, el 1 de noviembre de 1978 se apaga para dar paso a una nueva torre de hormigón normalizada de 23,7 m de altura y 3 m de diámetro en la que se colocó la primitiva óptica del faro de hierro y el mismo sistema luminoso que ya tenía.
Abandonado desde entonces, comienza un paulatino deterioro sin que nadie se ocupe de mantenerlo.
Del resultado de un informe como resultado de una visita de inspección realizada en 1980 por el técnico Miguel Ángel Sánchez Terry se pone de relieve su mal estado y la conveniencia de rescatarlo por su importancia histórica, se despierta el interés del Servicio de Señales Marítimas. A un primer intento del ingeniero José Hernando Requejo de dicho Servicio por llevárselo a Madrid, le responde una iniciativa del entonces director del puerto de Tarragona Joaquín Juan Dalac quién, el 22 de marzo de 1983, remite un oficio al presidente de la Junta de dicho puerto solicitando la recuperación del antiguo y abandonado faro de hierro situado en la punta de la Baña, en la península de los Alfaques (Delta del Ebro), con objeto de en rehabilitado e instalarlo en el dique de abrigo.
En la actualidad solo se usa como museo.
Se regresa por el mismo carril-bici y voy en busca de los que siguen las playas.
Primero circulo por el carril-bici del Ps Marítimo Rafael Casanova que bordea todo el frente costero.
Primero pedaleo paralelo a la playa Del Miracle y al final enfilo, en subida, por los jardines del Paseo Marítimo Rafael de Canovas y al final de la subida encontramos el Fortín de Sant Jordi, al lado del parque de Ana Maria Matute.
El Fortín de San Jorge es un baluarte construido por los ingleses en el contexto de la Guerra de Sucesión, para defender la línea costera en la zona de la playa de Miracle.
Fortificación costera de planta trapezoidal prácticamente reducida en sus murallas. Está construida con piedra y argamasa. Los muros son ataludados y gruesos, de piedra picada a la puerta, la cornisa de entrega de la escarpa y las esquinas.
Durante la Guerra de Sucesión Española (1703-1714) tras la muerte del rey Carlos II sin descendencia, se enfrentaron por la sucesión al trono el futuro Felipe V con apoyo de Castilla y Francia, y el pretendiente austriaco el Archiduque Carlos, defendida por Aragón, Gran Bretaña y Austria. En 1705 la ciudad de Tarragona capitula ante las tropas austriacas que mantendrán el control de la ciudad durante la contienda. La ciudad tuvo gran interés estratégico pues en 1709, fecha de construcción del fortín, llegaron a Tarragona doce regimientos con el objetivo de convertir la ciudad en el centro de operaciones naval de las tropas aliadas.
Durante el siglo XIX fue utilizado sobre todo en el asedio y defensa de Tarragona durante la Guerra del Francés.
A principios del siglo XX se rehabilitó y se recuperó para la ciudad.
El Paseo empieza a bajar, sigue paralelo a la costa y llego a la playa de L’Arrabassada.
L’Arrabassada es una playa urbana de la Costa Dorada, en el municipio de Tarragona. Situada en el extremo norte del paseo marítimo Rafael Casanova de la ciudad, al este de la Punta Gorda y separada de la playa de la Savinosa por la punta o morro de l’Arrabassada.
Originariamente existía un vecindario de pescadores, que el turismo y el paso de la carretera de Barcelona a Tarragona, han transformado.
Tiene 550 m de largo y 65 m de ancho. Acceso a pie, en coche y en transporte público. Se caracteriza por una arena muy fina y un mar tranquilo.
La playa está galardonada con la Bandera Azul.
El topónimo proviene de la Rabassada, palabra derivada de rabassa: terreno limpiado de bosque.
Aquí el carril-bici desaparece y de continúa hacia el interior, por la C de J. Ras y Claravalls. En este momento pienso que tengo que regresar de donde he venido y que no conviene hacer más kilómetros y reempredo el camino de regreso.
En el Moll de Costa paso por delante de las las Grúas Históricas.
Las Grúas Históricas del Moll de Costa tienen 85 años de vida y su silueta ya forma parte del paisaje del frente marítimo de Tarragona. Las construyeron a finales de los años 20 del siglo pasado en el muelle de Zorroza, en Bilbao, y representan todo un símbolo del patrimonio industrial. Ya hace tiempo que no se utilizan (desde el 1981), pero su presencia -majestuosa junto al mar- recuerda una época de gran actividad.
Dos de dichas gruas están situadas en la explanada que hay ante el Refugio 1 y la tercera en medio de la rotonda de acceso al puerto industrial, ante el edificio de Capitanía Marítima.
Dejo atrás Tarragona, circulando por el carril-bici de la N-340 hasta salir de Tarragona. Luego continué por el arcén de la N-340 dirección Vila-Seca. Llegado a Vila-Seca utilicé la rotonda de la plaza Ramón Berenguer IV para circular por la Avd Ramón de Olzina hasta que contacta con Raval del Mar. Y de ahí al punto de origen.
Estatua de San Magi.
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Salí de La Pineda y lo primero fue ir en busca del carril-bici de Raval del Mar.
Ya en él, la primera idea era ver si era factible tener una imagen cercana de la Torre Dels Carboners. Está en una propiedad privada, Port Aventura, pero igual habría algún resquicio por el que acercarse.
Nada; ni por abajo desde una pista forestal que nace en la rotonda de la C-31B, que según el ICGC es el camino de acceso; ni buscando una entrada cerca del Parc de la Torre de la Dolça. La mejor imagen es la que se obtiene es enfrente de la fachada donde está la puerta, a la altura del Santuario de la Mare de Dèu de La Pineda.

Seguí circulando y me llegué a Vila-Seca pero en esta ocasión no utilicé el puente sobre la A-7 sino que utilice el paso peatonal de la rotonda.
Allí tenía unos asuntos pendientes que tenía que visitar.
Lo primero fue pararme en la Creu de la Beguda, la Creu de Terme. En la visita anterior pase ràpìdo, visto y no visto, y en esta me entretuve un poco más.

Las cruces de término (Creus de Terme) tenían como objetivo marcar los diferentes territorios de cada municipio, se suelen encontrar en la entrada de las poblaciones, o bien al lado de sus caminos de acceso, y son unos importantes elementos monumentales que se tienen que tener en cuenta en la hora de poner en valor el patrimonio de cada municipio. La cruz de término más conocida de Vila-seca es la cruz de la Beguda, que se encuentra actualmente en el Raval del Mar, en el que antes era el camino de la Pineda, cerca del cruce entre esta vía y las calles de Pas del Rei y Josep Maria de Sagarra.
Se han encontrado referencias de la Creu de la Beguda en documentos del siglo XVI, pero su origen debía de ser medieval. De hecho, según Agustí M. Gibert, en su linde se escogían durante la noche de Reyes los jurados del término de Salou, puesto que, a pesar de que actualmente se encuentra ya dentro del casco urbano de Vila-seca, durante la Edad Media esta cruz estaba integrada dentro del territorio de Salou. Originariamente, la Creu de la Beguda era de piedra cortada, pero durante los disturbios que se ocasionaron con el estallido de la Guerra Civil, en 1936, se destruyó este elemento patrimonial al considerarlo un símbolo religioso. El único que se salvó fue el pedestal de piedra, sobre el cual se colocó posteriormente una cruz de hierro forjado realizada por el herrero Antoni Mas (padre), que es la que todavía se conserva ahora.
Tras la Creu de la Deguda hice una parada en el Parc de la Riera para ver la escultura Las Puertas de La Memoria, una obra verdaderamente original, desestructura rota dentro de un orden.

Se trata de una obra de la reconocida escultora francesa afincada en Tarragona Béatrice Bizot. Un memorial monumental que se encargó para recordar uno de los capítulos más trágicos de la historia de la ciudad.
La conforman un rostro de casi 3 metros de altura, en dos piezas, con los ojos cerrados que actúa como puerta, además de dos figuras de menores dimensiones, un hombre y una mujer, que son los que ahora han ‘desaparecido’. Estas dos figuras simbolizan una mirada al pasado y otra al futuro para no olvidar las barbaridades de la guerra que también sufrió Vila-seca.
Un total de 14 vilasecanos y vilasecanas fueron víctimas de los bombardeos durante la Guerra Civil. Once de ellos perdieron la vida el 29 de diciembre de 1938, cuando dos bombas cayeron sobre sendas casas de la calle Sant Antoni, muy cerca del lugar donde se erigió la escultura Les portes de la memòria. Entre ellos, se encontraba un grupo de mujeres del pueblo que trabajaba en un taller de costura. Las otras tres víctimas se produjeron en otros puntos de la ciudad.
Además de la escultura conmemorativa en el centro del municipio, se instalaron dos placas en el suelo para recordar los puntos exactos donde se encontraban las casas derruidas por las bombas en lo que hoy es el Centre Històric.


Tras visitar Les Portes de la Memòria me acerco a la Sociedad el Fénix, que está a tocar en la C. de la Font.

El origen de la Sociedad El Fènix se sitúa en 1875, cuando se constituyó, con el nombre de La Ilustración. Fue el 1883 cuando cambió el nombre por Casino de Recreo El Fénix y, pocos años después, por Sociedad Recreativa el Fénix. Durante el franquismo fue integrada dentro de las instituciones del nuevo régimen y no fue hasta el 1977 cuando pudo recuperar sus señas. El edificio social fue construido en 1928, gracias a la contribución de todos los socios.
Desde su creación la Sociedad El Fènix ha tenido como objetivo fundamental ofrecer propuestas recreativas y de crecimiento personal y colectivo a través de la cultura a sus socios y socias y a sus familias. La sociedad ha cambiado mucho, desde la fundación del Fènix, pero estos objetivos se mantienen intactos, a pesar de que adaptados a los nuevos tiempos. Así pues, con nuevas propuestas de sociabilidad, ocio y fomento de la cultura y las artes, y siempre sin ánimo de lucro, El Fènix quiere ser un punto de referencia en la vida social y cultural no solo de Vila-seca, sino del Camp de Tarragona. Para conseguir sus finalidades, la asociación lleva a cabo actividades culturales, recreativas y lúdicas por los socios/se y la ciudadanía.
La historia resumida es la de Pobles de Catalunya, si queréis algo con más de cara y ojos consultar societatelfernix.
Tras Vila-Seca toca llegar a Tarragona. Para evitar la N-340 me fije en el track de wikiloc de de jose_amt, “Salou - Tarragona - Constantí - Salou evitando carreteras principales”. El año pasado fuí por un túnel por debajo del aeropuerto de Reus. Este año no es caso pero el recorrido tiene tramos curiosos.
El recorrido original debía pasar por el centro del polígono industrial de Mas Sunyer de Vila-Seca. Por culpa de unas obras se esquiva por el margen izquierdo de las mismas; donde encontramos un carril-bici. Luego hay que pasar por el margen derecho de una riera, a pie, antes de encarar la pista que nos lleva a La Canonja.
Esa pista es la del Camí de la Creu dels Horts, al llegar a La Canonja se transforma en el Camí de Reus.

La Canonja es una población muy cercana a Tarragona y ubicada en una zona rodeada de polígonos industriales. Durante casi cincuenta años perdió la categoría de municipio por integrarse en Tarragona. Sin embargo en el 2010 recupero su independencia.
Y de sopetón nos encontramos con un Mamut.

Espai Mammuthus, un centro de interpretación que permite hacerse una idea de cómo era la vida en el Tarragonès hace un millón de años.
El proyecto, que se construyó tomando como base una masía del siglo XVII, ha costado cinco millones de euros y no se ha concebido como un centro de interpretación al uso, sino como un espacio donde el visitante guía la experiencia y donde abunda la tecnología interactiva.
Todo en el espacio está pensado para que las piezas y las explicaciones que las acompañan se puedan ir cambiando y actualizando a la luz de nuevos descubrimientos.
Las defensas de mamut, joyas de la corona del museo, parecen colmillos, pero son en realidad los incisivos superiores que crecían a lo largo de la vida del animal. Este espécimen hallado en 2007 en La Canonja pudo pesar unas 10 toneladas y medir cuatro metros entre el cuello y el suelo.
Hay varias salas, cada una dedicada a un apartado en particular.
Tras los mamuts me dirijo a la plaza del Bisbe Borràs que tiene varios puntos de interés.
La iglesia de San Sebastián de La Canonja es de una nave, cubierta con vuelta de cañón con lunetos. Tiene capillas laterales entre contrafuertes y el presbiterio es cuadrangular y está cubierto por una vuelta de cuarto de esfera, con apariencia de concha, repitiéndose esta forma a los ángulos.

La fachada, centrada por la puerta con frontón triangular acabado por tres pináculos con sendas bolas, está coronada, al sector central correspondiente a la nave, por un gran frontón con un óculo.
El campanario está adosado en el lado derecho. Es de base cuadrangular, con dos cuerpos de altura, separados por una cornisa (el superior tiene una apertura de medio punto a cada cara), y tres más de base diversa y pequeña altura.
Es un edificio de estilo neoclásico, muy sencillo, con detalles ornamentales, en el interior, de carácter rococó.
Al altar mayor, hay un grande manifestador dorado con oro de Alemania, obra de los años 40, del arquitecto Monravà.
Para conocer la historia de esta iglesia se puede consultar el siguiente enlace.
A tocar de la iglesia tenemos La Abadia. El edificio tiene una estructura de los siglos XVI-XVII, pero ha sido muy modificado con posterioridad.
El porche abierto en la planta baja del edificio y que da acceso a la plaza de la iglesia corresponde a la antigua puerta de la villa medieval. En uno de los arcos de la vuelta hay un escudo con la fecha de 1667.

También encontramos una placa dedicada al Obispo Manuel Borràs i Ferré en su casa natal y una escultura obra de Bruno Gallart Pardo.

Manuel Borràs i Ferré (La Canonja 1880-Lille 1936), fue un obispo auxiliar del cardenal Vidal i Barraquer asesinado el 1936 tras haber estado en la clandestinidad en Tarragona mientras Vidal i Barraquer pudo huir a Italia. El monumento se encuentra ante la casa natal del obispo Borràs y el homenaje tuvo lugar a los 35 años de su muerte en una ceremonia de las autoridades franquistas, el año en que se iniciaba el obispado de Pont i Gol, que reivindicó la memoria del arzobispo Vidal i Barraquer, muerto a su exilio suizo, y la del obispo Borràs. El busto original, de mármol, sufrió una agresión el 1991 y fue reemplazado el 1992 por uno de bronce, en un acto inaugural menos oficialista pero más popular que la primera.
También encontramos la casa natal de Salvador Martorell i Ollerr 02/II/1895 - 13/V/1968), con una placa conmemorativa.
Fue un escultor catalán. Se formó al Taller Arana y Bru de Tarragona y en la Escuela de la Llotja en Barcelona (1914), donde trabajó en la casa Gabriel Bechini. Expuso, el 1917, en Barcelona y en Tarragona, y obtuvo de la diputación tarraconense una pensión para ampliar estudios a París entre 1918 y 1919. Medalla de oro de la exposición Artes Déco de París del 1925 y de la Exposición Internacional del 1929, en Barcelona. Trabajó como profesor en el Taller-Escuela de Pintura y escultura de Tarragona (1934-1938) y en la Escuela-Taller de Arte de la Diputación de Tarragona (1947- 1965). Tiene también dos medallas Julio Antonio de Tarragona (1944 y 1945). Su obra está vinculada con el novecentismo y mostró un gran dominio de la técnica y una gran sensibilidad en el tratamiento de la figura humana.


Tras esta pequeña visita cultural, en un espacio pequeño que concentra muchas cosas, reemprendo la marcha dirección Tarragona.
Salgo de La Canonja por el Camí de Constantí (ICGC) o de la Partió (Google Maps) y voy a buscar el paso elevado sobre la A-7. Tras cruzarlo hay que meterse con una pista forestal abandonada que queda a la derecha. Hay que seguir por ella hasta el final. Se va estrechando conforme bajamos y al final hay un giro brusco de izquierdas, con desnivel, y se continua por las roderas de una pista muy abandonada y en franco desuso. Al final del mismo circulamos por un puente sobre la T-11 y llegamos al Polígono industrial Les Gavarres.

La Canonja desde el puente sobre la A-7
De Les Gavarres fuí en busca del puente sobre la A-7 y a media altura de la Calle B giré a la izquierda y bajé por la Calle H hasta encontrar la rotonda de la calle A con el camí de les Gavarres. De la rotonda nace un camino, el Camí de la Horta Gran, y se circula en él hasta encontrar la T-721.

Pasé por debajo de la C. Joan Miró y llegado la Parking Zona Naranja cruce por el paso peatonal a la N340 y al poco se gira a la derecha por el Pg de la Independència. No hay otra que seguir por ese paseo hasta el puerto, El Serrallo, pues la pista paralela al río Francolí estaba cerrada por obras.



El barrio de pescadores del Serrallo es un conjunto muy característico, formado por unas pocas calles entre la vía del tren y el puerto, alejado y hasta hace poco aislado del resto de la ciudad. Son calles estrechas, con edificios sencillos, la mayor parte construidos a mediados de siglo XIX, que todavía conservan cierto tipismo de los barrios de mar. El frente marítimo ha sido urbanizado y ajardinado modernamente.
Al inicio del Moll de Pescadors se ubica la Pz. Bonet con varias cosas de interés.
La Iglesia de San Pedro Apóstol que fue construida en el lugar donde había estado la batería del Francolí, los cimientos y material de la cual se usaron en el nuevo edificio.
Fue obra del arquitecto Ramon Salas Ricoma, se empezó en 1878 y se inauguró por Todos Los Santos del año 1880. Los gastos de su construcción fueron a cargo del Arzobispo de entonces Dr. Constantino Bonet Zanuy, de quien toma nombre la plaza de la iglesia.
Es de estilo neogótico. Tiene una sola nave de planta rectangular, ábside poligonal y tejado a dos aguas. El acabado exterior combina el tabicado común con la piedra pulcra, la cual remata las aperturas, la cornisa de horquillas goticas y las cantoneras.

Justo al lado de la iglesia de San Pere Apóstol o del Serrallo se puede contemplar un mural dedicado a la patrona del barrio de pescadores del Serrallo, la Virgen del Carmen.
La obra, encargada por el Ayuntamiento de Tarragona, fue diseñada por Ramon Grau, y confeccionada por los artistas Sánchez Abelló y Ruben Aguilar, y representa una escena habitual en una casa serrallense.

En la plaza Bonnet también encontramos El Monumento a La Familia Pescadora, una obra escultórica de bronce y medida natural. Fue un encargo del colectivo Salvemos el Serrallo al escultor de Montblanc, Josep Agustí en 1994.
La obra consta de tres figuras que representan una familia de pescadores: el padre con unos remos a los hombros, la madre remendando las redes y el hijo con un pescado en la mano. Con un pedestal que representa dos piedras del espigón y una barca.
Se inauguró el día 28 de junio de 1994 con motivo de las fiestas del barrio del Serrallo, y fueron presentes el pescador Domingo Pedrol (Minguet de la Guita) y Antònia Fusté, remendadora. En aquel momento las personas más grandes del barrio.


Al final del Moll de Pescadors nos encontramos con las Fuentes Del Serrallo.
Esta fuente se localiza en la calle Trafalgar, verdadero paseo emblemático del barrio y está compuesta de unos bonitos estanques con fuentes de colores espectaculares de variados juegos de luces y chorros de agua.
En el interior de los estanques, la escultora Béatrice Bizot inauguró en el año 2007 un conjunto escultórico muy destacado . La obra está dividida en tres escenas que se distribuyen en los correspondientes estanques y representan con figuras muy pequeñas distintos pasajes del puerto y sus personajes.
Unas placas en el suelo con textos ayudan a la comprensión de las escenas:
“La mar, patria del hombre libre, escenario de trabajos e ilusiones”.
“ La plaza, milagro de la vida, lugar de encuentro, de esperanzas colectivas , teatro de nuestros juegos”.
“La ventana, abertura por la que se entra al futuro cotidiano donde surgen nuestros sueños”.




Tras el Moll de Pescadors circulo por el Moll de Costa en busca del Moll de Llevant, Paso por delante de el Museo del Puerto de Tarragona y de los Tinglados del Moll. Enlazo con la Plaza de L’Arrencada de l’Escullera y me encamino a el carril-bici del Moll de Llevant. Esta zona estaba en obras y se tuvo que ser algo creativo.
En el Moll de Llevant, a la altura del Real Club Náutico de Tarragona, está ubicado el carril-bici que lleva al faro del puerto de Tarragona.
Tras un buen recorrido llego al Far de la Banya, y luego otro recorrido hasta el final del espigón, donde hay unas panorámicas muy bellas.


En el Primer Plan de Alumbrado Marítimo de España aprobado por Real Decreto de 13 de setiembre de 1847 se establecía la construcción de tres faros de distinto orden e importancia, a situar en la isla de Buda, en la Punta de la Baña y en la Punta del Fangal como puntos geográficos más representativos para delimitar los terrenos del delta del Ebro.
El Faro de la Baña fue el segundo en importancia dentro de los tres faros de hierro previstos para el Delta del Ebro. Al presentarlo, Lucio del Valle, su arquitecto, destaca en la memoria "la conveniencia de desechar las obras de fábrica, reemplazándola en todas las partes del edificio con piezas de hierro hábilmente dispuestas, de manera que pueda deshacerse con facilidad la torre y colocarla inmediatamente en otro punto" previsión que se verá cumplida casi 120 años después.
Se encendió por vez primera el 1 de noviembre de 1864 con una luz proporcionada por una lámpara de aceite de oliva atendida por dos torreros.
Tras el paso de los tiempos, el 1 de noviembre de 1978 se apaga para dar paso a una nueva torre de hormigón normalizada de 23,7 m de altura y 3 m de diámetro en la que se colocó la primitiva óptica del faro de hierro y el mismo sistema luminoso que ya tenía.
Abandonado desde entonces, comienza un paulatino deterioro sin que nadie se ocupe de mantenerlo.
Del resultado de un informe como resultado de una visita de inspección realizada en 1980 por el técnico Miguel Ángel Sánchez Terry se pone de relieve su mal estado y la conveniencia de rescatarlo por su importancia histórica, se despierta el interés del Servicio de Señales Marítimas. A un primer intento del ingeniero José Hernando Requejo de dicho Servicio por llevárselo a Madrid, le responde una iniciativa del entonces director del puerto de Tarragona Joaquín Juan Dalac quién, el 22 de marzo de 1983, remite un oficio al presidente de la Junta de dicho puerto solicitando la recuperación del antiguo y abandonado faro de hierro situado en la punta de la Baña, en la península de los Alfaques (Delta del Ebro), con objeto de en rehabilitado e instalarlo en el dique de abrigo.
En la actualidad solo se usa como museo.




Se regresa por el mismo carril-bici y voy en busca de los que siguen las playas.
Primero circulo por el carril-bici del Ps Marítimo Rafael Casanova que bordea todo el frente costero.
Primero pedaleo paralelo a la playa Del Miracle y al final enfilo, en subida, por los jardines del Paseo Marítimo Rafael de Canovas y al final de la subida encontramos el Fortín de Sant Jordi, al lado del parque de Ana Maria Matute.

El Fortín de San Jorge es un baluarte construido por los ingleses en el contexto de la Guerra de Sucesión, para defender la línea costera en la zona de la playa de Miracle.
Fortificación costera de planta trapezoidal prácticamente reducida en sus murallas. Está construida con piedra y argamasa. Los muros son ataludados y gruesos, de piedra picada a la puerta, la cornisa de entrega de la escarpa y las esquinas.
Durante la Guerra de Sucesión Española (1703-1714) tras la muerte del rey Carlos II sin descendencia, se enfrentaron por la sucesión al trono el futuro Felipe V con apoyo de Castilla y Francia, y el pretendiente austriaco el Archiduque Carlos, defendida por Aragón, Gran Bretaña y Austria. En 1705 la ciudad de Tarragona capitula ante las tropas austriacas que mantendrán el control de la ciudad durante la contienda. La ciudad tuvo gran interés estratégico pues en 1709, fecha de construcción del fortín, llegaron a Tarragona doce regimientos con el objetivo de convertir la ciudad en el centro de operaciones naval de las tropas aliadas.
Durante el siglo XIX fue utilizado sobre todo en el asedio y defensa de Tarragona durante la Guerra del Francés.
A principios del siglo XX se rehabilitó y se recuperó para la ciudad.


El Paseo empieza a bajar, sigue paralelo a la costa y llego a la playa de L’Arrabassada.
L’Arrabassada es una playa urbana de la Costa Dorada, en el municipio de Tarragona. Situada en el extremo norte del paseo marítimo Rafael Casanova de la ciudad, al este de la Punta Gorda y separada de la playa de la Savinosa por la punta o morro de l’Arrabassada.
Originariamente existía un vecindario de pescadores, que el turismo y el paso de la carretera de Barcelona a Tarragona, han transformado.
Tiene 550 m de largo y 65 m de ancho. Acceso a pie, en coche y en transporte público. Se caracteriza por una arena muy fina y un mar tranquilo.
La playa está galardonada con la Bandera Azul.
El topónimo proviene de la Rabassada, palabra derivada de rabassa: terreno limpiado de bosque.


Aquí el carril-bici desaparece y de continúa hacia el interior, por la C de J. Ras y Claravalls. En este momento pienso que tengo que regresar de donde he venido y que no conviene hacer más kilómetros y reempredo el camino de regreso.
En el Moll de Costa paso por delante de las las Grúas Históricas.
Las Grúas Históricas del Moll de Costa tienen 85 años de vida y su silueta ya forma parte del paisaje del frente marítimo de Tarragona. Las construyeron a finales de los años 20 del siglo pasado en el muelle de Zorroza, en Bilbao, y representan todo un símbolo del patrimonio industrial. Ya hace tiempo que no se utilizan (desde el 1981), pero su presencia -majestuosa junto al mar- recuerda una época de gran actividad.
Dos de dichas gruas están situadas en la explanada que hay ante el Refugio 1 y la tercera en medio de la rotonda de acceso al puerto industrial, ante el edificio de Capitanía Marítima.

Dejo atrás Tarragona, circulando por el carril-bici de la N-340 hasta salir de Tarragona. Luego continué por el arcén de la N-340 dirección Vila-Seca. Llegado a Vila-Seca utilicé la rotonda de la plaza Ramón Berenguer IV para circular por la Avd Ramón de Olzina hasta que contacta con Raval del Mar. Y de ahí al punto de origen.

Estatua de San Magi.

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