Montserrat amb Barretina

Los escaladores tendríamos que tener un santo, o un ángel de la guarda, al que encomendarnos el viernes por la noche, ya sea en la cama o de camino a ese rincón...
Bueno eso del viernes es un decir porque en estos momentos entre semana, según el día, te puedes encontrar alguna zona de escalada más “masificada” que en el fin de semana propiamente dicho. Eso es indicativo de que somos un país de creyentes y de que rezamos todos los días.

No sé, algo así como:

San Agujero, ¡que el tiempo no sea de mal agüero!,
Santa Regleta, ¡en el sufrido arqueo encontraré la penitencia!.
Compadeceros de esta pobre persona
y prestarle vuestra caritativa ayuda en su cruzada contra el grado.

o tal vez como:

San Trepa que estás en los cielos,
siempre presente en nuestras oraciones
y muy cerca de nuestros corazones;
pues sabemos que velas por nosotros,
ya sea cuidando nuestros cuerpos
cuando estamos bien pillados,
así como por nuestro espíritu cuando encadenamos
y blasfemamente nos sentimos como Dios.
A ti dirigimos nuestros ruegos
y a ver si te enrollas y haces valer tus machos.
Intercede ante San Pedro para que luzca el sol en invierno,
y haz la pelota a San Pablo para que haya sombra en verano;
y ya puestos, no sería mucho pedir a los furrieles celestiales,
que querubines
y demás angelicales seres,
solo se pusieran a mear los lunes, los martes y los jueves.

Pues alguien debió de rezar, o encender muchas velas, ya que como es sabido la previsión del tiempo era del tipo: “Va a llover... de forma horrible, bueno... Noé se ahogaría, seguro...” Esto hizo que mucho personal tomara sus precauciones. O sea, la noche de fiesta.
El caso es que amaneció con mucho sol y el día tenía tan buena pinta que era una invitación irresistible para la escalada; pero entre que se había quedado tarde, por lo que hubiera podido y lo que pudiera pasar, y que a otros a los que tuvo que sacar de la cama...
Pues eso que llegamos al El Vermell cerca de las 12 del mediodía.

Una de las sorpresas del día fue encontrarnos que para no pasar frío las agujas de Montserrat se habían puesto una barretina -gorro catalán- para no pasar frío

Éramos un nutrido grupo de gente, unos 10 o 12, la mayoría asiduos del plafón Freebloc y excepto un par de cordadas despistadas fuimos nosotros los que masificamos ese día el Vermell, de tal modo que teníamos que hacer la cola y pedirnos la tanda entre nosotros a la hora de escalar. Es que ya hay costumbres que es difícil dejarlas atrás.

Nos guiamos por el instinto.
Primero fuimos a la banda izquierda y cuando la sombra ya hacía daño nos traslamos al sector Clàssic, a su derecha, donde escalamos hasta acabar el día ya sin sol.

SECTOR IZQUIERDA.

>> El Perfecto Espolón, 6c. Gran vía, continuidad y técnica, de mucho saber buscar y hacer, hasta llegar a la R. Francesca que le tenía ganas, pues siempre se la había encontrado ocupada, se la hace a vista y para calentar. Yo le sigo, pero no a vista, sino para calentar. Fue bastante solicitada mientras estuvimos allí.

Marina en el inico del Perfecto Espolón

>> Pyrenees, 7a -Esther, 6b y Pyrenees, 7a- (Esther de 6a en reseñas y de 6c en algún croquis. Pyrenees de 7b en reseñas). La vía empieza en la Esther y antes de llegar a su R se desvía a la derecha y se transforma en la Pyrenees. Es una vía interesante. Tras el tramo duro de la Esther, cuando ya es Pyrenees, se continúa con una sección técnica bastante bonita de hacer y un tramo concentrado donde está la mayor dificultad de la vía y con componente morfológico.
La Esther tiene sus dos primeras chapas muy exigentes, pero luego afloja y el problema de navegación montserratino de tenso pasa a normal. Como 6a la veo muy dura y como 6c, exagerada.
El paso duro de la Pyrenees es morfo, si eres bajito te puedes quedar corto y entonces la dificultad sube.
La vía tiene el problema adicional de que la chapa que protege el paso duro tiene una ubicación poco afortunada y la cuerda te medio tapa el agujero con el que has de jugar, y estás tenso en esos momentos.
Tanto Francesca como yo, a vista, caemos en el paso duro. Ante la llegada de la sombra y de su compañero el frío la dejamos para mejor otro día.

Francesca en la sección técnica de Pyrenees

SECTOR CLÀSSIC.

Las reseñas actualizadas del sector Clàssic y Derecha en LaNochedelLoro

Estuvimos escalando en la zona que va de la Pluja de Juliol a la Vía 56 Sector Clàssic y tocando y hasta encadenando muchas de las vías reseñadas. Éramos unos 12, así que...

>> Vía 56 Clàssic, 7a. Un 7a de continuidad y contundente, de 35 metros, y como Dios manda; ya que aunque tengas matizados los movimientos la sensación de dificultad se mantiene. Parece que no pero también desploma lo suyo. Me la habían recomendado en varias ocasiones pero nunca existía la oportunidad, hasta hoy.
Francesca se la saca a vista. Es muy buena escaladora y en este grado se mueve como pez en el agua, con técnica y cabeza de escaladora.

Francesca en la Vía 56 Clàssic

Yo le doy dos pegues, el primero fresco, controlando y disfrutando bastante y el segundo, ya tocado, escalando muy pastoso y sin fluidez; y en ambos me caigo en el paso de la penúltima chapa, donde se corta el bacalao. Queda para otro día, o con más frescura o con más bloque.

Como éramos muchos reseñaré parte de la actividad con alguna foto, pues tampoco ha motivo para más.

Montse en Rosa, V

Marina en Sarampió, 7a+

Francesca en La Meuca Enamorada, 7a+/b, que se hizó a vista; e Inés en Ca La Mur, 7a/a+

Hugo en la Vía 39 Clàssic, 8a

Acabe el día muy satisfecho y muy cansado, hacía tiempo que no me metía en tanta dificultad y… ¡he llegado vivo al final del día, bajando por mi propio pie hasta el coche!.



El fin de semana que viene toca un descanso forzoso, así que será tiempo de plafón y de oportunidades entre semana, si se presentan.