domingo, 20 de septiembre de 2009

La Senda de los Gatos/as


Los humanos resumen su experiencia vital en frases breves tales como: “Cree el ladrón que todos son de su condición”, como queriendo decir que ante una oportunidad de beneficiarse de una forma poco clara o digna hay que aprovecharla, pues aunque este mal está dentro del orden normal y decente de las cosas, ya puestos mejor que lo hagas tú que no otro.
Yo no sé porque estoy escribiendo esto, igual porque los sapiens sapiens me describen con esa cualidad. Mi intención real era continuar con: esos bípedos también creen que el tiempo sólo pasa para ellos y el resto del universo los mira y les ha de compadecer.
Craso error. Yo recuerdo cuando aún joven escalaba cortinas y árboles en solo, sin aseguramiento alguno, confiando en mi propia pericia. Bajar ya era otra cosa, a veces tenía que llamar en mi auxilio para que me vinieran a buscar. Cuestión de comodidad, mejor que te bajen y mientras te acaricien que tener que dar un salto sin recompensa alguna.
Pero dejaré de divagar -¡para una oportunidad que tengo!- y entraré en materia
Mi asistente se encuentra en un estado a ánimo dominado por el tedio.: si además del tedio sumamos un constipado el resultado es que está hecho una ruina. En circunstancias normales, leer frases como la siguiente habrían sido un estímulo neuronal lo suficientemente intenso para desencadenar unas cuantas reflexiones sobre el tema:

Problemática agresión contra el patrimonio de las vías clásicas...
Sin entrar en las causas...
El efecto es el aumento de equipamientos arbitrarios que desvirtúan o transforman vías clásicas en deportivas. Las consecuencias son, entre otras, la futura merma de la intuición o del sentido orientativo de los escaladores en la pared, la pérdida de capacidad psicológica para afrontar riesgos o la reducción del noble arte de la escalada al mero ejercicio físico y al espectáculo...
La tradicional y la deportiva son modalidades de escalada distintas, que ambas puedan ser complementarias y que debieran coexistir en aras de la variedad de conceptos y de la mejora evolutiva de la especie humana...

En circunstancias normales, mi siervo le habría dado la razón, con algunos matices.
En sus momentos de mayor lucidez, en esos que no parece un vegetal cuando normalmente no sólo lo parece sino que lo es, piensa que la capacidad de inventiva y creación humana deben tener su lugar y espacio, una misma inquietud puede afrontarse y resolverse de varias maneras, todas válidas, que no deben verse incapacitadas y que se les debe respetar su espacio. Respetar su espacio significaría que las vías de cacharros -independientemente de su longitud- tienen un espacio de seguridad, un margen de vitalidad que no ha de ser invadido, por, por ejemplo, un equipamiento deportivo. Así mismo que el reequipamiento además de hacerse con material moderno, pues si no se pudo en la época o el momento en que se abrieron, es porque o no existía o era muy poco práctico o poco popular; se debe hacer respetando el emplazamiento original. En parte porque el emplazamiento original es el que mejor te puede proporcionar las sensaciones y emociones que debió tener, o que desea transmitir, el aperturista.
Luego como los humanos sólo se ven su ombligo, se ponen a discutir sobre derechos. Unos defienden el derecho del equipador sobre la vía, pero estos mismos se lo niegan cuando el equipador pretende introducir un cambio que no les gusta aduciendo como razón que la vía está institucionalizada, que pertenece al colectivo. Y es que también tienen razón. Cuando se equipa una vía y se distribuyen reseñas y se deja material para que futuros escaladores la repitan, la vía pasa a ser patrimonio de todos. Es difícil liar con esta gama de grises, todos tienen razón, y esta al final se ha decantar hacia una opción u otra.


Escaladores en la Los Pájaros, 6c en El Mallo Pison - Riglos (20/09/2.008)

Es lógico renovar los medios.... porque envejecen o quedan en una situación inestable por acciones geológicas. También sabemos que introducir y recuperar pitones con frecuencia en un mismo sitio erosiona o altera demasiado la roca. Tenemos ejemplos de fisuras estresísimas que sólo admitían un clavo plano y al cabo de unos años se podía introducir la mano entera...
Bastaría recordar y considerar dos principios básicos: en la tradicional aceptamos las condiciones del medio al asegurarnos, en la deportiva adaptamos el medio a nuestras limitaciones...

Uno de los motivos por los que se defiende la escalada clásica frente a la deportiva es que a está última se la acusa de un alto índice de frecuentación, lo que redunda en una situación de “pared arrasada”, mientras que al contrario, las vías de clásica al tener un índice menor de repeticiones, serían por consecuencia más respetuosas con el medio natural. Esto es cierto para las vías clásicas de baja repetición, un vía clásica de alta repetición, arrasa la pared como una de deportiva. Hay no hay ninguna diferencia en este punto de comparación.
A veces me recuerda que cuando empezó en este negocio, hace unos 20 tantos años, uno de los motivos aducidos para poner seguros fijos en según que lugares era el impedir el deterioro de la roca, ese deterioro al que hacía referencia el texto de apoyo.

Bastaría recordar y considerar dos principios básicos: en la tradicional aceptamos las condiciones del medio al asegurarnos, en la deportiva adaptamos el medio a nuestras limitaciones...
Una fortalece mejor nuestras habilidades y aptitudes mentales, y otra nos permite desarrollar pronto una destreza para superar pasajes difíciles con menor riesgo...
Podríamos recurrir a combinar los dos conceptos en una misma vía si fuera lo adecuado para todos. Cuestión distinta es decidir quienes están facultados para decidir este mestizaje, o la de trasformar en deportiva una parte o toda una vía clásica...
Al ritmo actual de deportivización olvidaremos conceptos y valores que debemos mantener en vigencia...

Bajo mi punto de vista en ambas modalidades se aceptan las condiciones del medio, a pesar de nuestras limitaciones. Yo entiendo que adaptar al medio a nuestras limitaciones es alterar la materia prima, la roca, el problema que nos plantea la roca; y esta alteración se produce en ambas modalidades de escalada. Una alteración es inevitable, la de la apertura y limpieza del itinerario de rocas peligrosas y plantas, otra alteración es hacer trampas, alterar el estado primario de la roca: picar agarres y apoyos. Ambas lo ha hecho y lo hacen en la actualidad; son culpables, sin distinción.


Isaac Jaraba en Fes Pila, Maguila, 7c+ - Alós de Balaguer (24/03/2.007)

Y ambas aceptan las condiciones del medio, se diferencian en la solución del problema, la motivación, en la coreografía, en la satisfacción que nos reporta y en la capacidad de asunción de un riesgo personal.
Es verdad que uno se adapta al medio. Acostumbrarse a autoasegurarse es muy diferente a tener un seguro , por norma estándar, cada 2 metros. Y escalar asumiendo un riesgo relativamente importante es diferente a un riesgo teóricamente muy controlado. Estas dos características ya definen no sólo la modalidad, sino que repercuten en la motivación, experiencia y personalidad de los protagonistas.
La deportiva tendría que evolucionar hacia una mayor asunción del riesgo sin que se modificara sustancialmente su espíritu. Respetando las normas de aseguramiento de la deportiva, si la caída es limpia se tendría que aumentar la distancia en los seguros. Hay suficientes vías con seguros cada 2 metros y en algunas se puede subir en A0. Hay que ir más lejos y romper con esta tendencia que al final no nos dejará evolucionar.
Piensa que una vía de deportiva puede tener los seguros cada 3, 4 o 5 metros si el itinerario lo permite.
Otras cosa en la que se tendría que evolucionar es en el uso del magnesio. Es cierto que cada cual escala según su motivación, los hay que se motivan escalando a vista y poniendo cintas, y los hay que se motivan resolviendo un problema difícil e “instalando la tienda” a pie de vía; y ambas experiencias coinciden en el mismo campo de juego. Pero el exceso de magnesio en las vías y la manía de marcar -clecas- desvirtúan el sentido de la escalada; es una perversión del significado íntimo de la palabra escalada (Si, también en deportiva). Se pierde la noción del a vista, el sentido de la estrategia, el de la intuición y el de la inventiva. Es como escalar en un plafón: izquierda, derecha, izquierda, rebote... Un ejercicio vital se transforma en uno gimnástico. Cuando empiezas en este negocio va muy bien porque te pone las cosas más fáciles; cuando llevas tiempo se transforma en un inconveniente y una práctica a regular, que no una ventaja. No te deja desarrollar como escalador, te estanca, te impide llegar al máximo de tu potencial.
Y es curiosa la siguiente apreciación: uno piensa que con los rocódromos y los entrenamientos modernos -con su mejora de fuerza, vascularización, capacidad de recuperación,..,- el grado se pondría más duro y lo que te encuentras es una tendencia a hacerlo más fácil. Puede que sea debido a la gran cantidad de gente que ha asumido esta actividad últimamente, ha hecho que el concepto subjetivo de grado se licúe -mucho rocódromo y poca roca y evidentemente luego no se sabe escalar en roca y etc- y hasta que no lleguemos a un número de practicantes estable no se reajuste de forma definitiva.


Carlos Suàrez en Mallorca

Como podéis observar, mi ayudante de cámara está mal.
Lo dicho, lee dos frases y ya empieza a filosofar. Estar tanto tiempo quieto no es bueno; empieza a pensar y pensar tanto es perjudicial. Aunque parece que la operación haya ido bien, no deja de ser un traumatismo, un traumatismo controlado y su cuerpo aunque se haya hecho al mismo, aún no lo ha superado.
El leer y visionar historias de misterio e imaginación no le están haciendo ningún bien. Por suerte el daño no será permanente y en pocas semanas podrá volver a sus bien pagadas obligaciones: Comida, masajes, etc. Todo él volcado en proporcionar una excelente calidad de vida a su amo y señor.

MALCOM, El Gato Señorial.

Texto referencia: “Respeto y Convivencia” de Antonio Gómez Bohorquez, “Sevi”. Desnivel 278

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