Humedad Absoluta

Decidimos ir a escalar a Can Marcer por la tarde, siempre que he ido a esta zona ha sido de mañanas y me atraía la idea de ir un día a la tarde y ver que tal.
Las Penyes tienen forma de “C” acostada cobre la obertura. La zona habilitada para la escalda deportiva queda la derecha y es norte total; en cambio la zona de la izquierda, donde la naturaleza impone su ley, es Oeste con sol a la tarde. 

Les Penyes por la tarde

La sensación que tuvimos ese día al bajar del coche en las Roques de Can Marcer, fue la misma que se tiene cuando se entra en una piscina climatizada: humedad, calor y bochorno por todos lados. El día estaba cargado de nubes y amenazaba, ahora si ahora no, con ponerse a llover.
Uno pensaría que esta no era la mejor situación para disfrutar de una jornada escaladora; pero por suerte venimos entrenados. Las sesiones de plafón con toda la solana cayendo a plomo y sudando a chorros entre paso y paso nos habían curtido, quiérase si o no, para esta situación.
La peña que había a pie de vía nos confirmó nuestras sospechas, a pie de vía casi sudabas, cuando escalabas sudabas a chorro.

Álvaro-Archille, 6a+

La primera línea se trataba de un típico 6a+ de la zona, muy técnico.
Marcos se la hizo a vista y para mi fue un desastre. Cuando tenía que subirse sobre apoyos pequeño o en adherencia los pies daban la impresión de que patinaban; y las manos, a pesar de que había agarres buenos, no resbalaban porque sudaban, era porque tenía un manantial en la piel. 

Marcos en Álvaro-Archilla

Encaramos el día con optimismo. Hay que sacar provecho de la adversidad y ahora que se ha puesto de moda entre los mediáticos, los pro y la beautiful el hacer natación como deporte complementario, pues vimos una oportunidad de hacer lo mismo ese día: dedicarnos a nadar.
Fuimos a escalar (?) a la zona izquierda, a diferencia del resto de la zona aquí las muy largas también pero de continuidad.
En esos momentos la temperatura había refrescado y la humedad no se notaba tan agresiva.

Línea 43 (Rsñ Fernando)

Le aconsejo a Marcos la para mi mejor vía de esa zona, el 6c+, de una dificultad más mantenida y más exigente que el resto. Con su cuerda, de cerca de 75 pues la había cortado, tuvo que desgrimpar a pelo el último metro.

Vía 42, 6b (Rsñ Fernando)

Yo me encaró con la vía que me falta. Para desenvolverse correctamente en esta línea hay que hacer un juego de chapeo-deschapeo antes de encarar el muro superior. En el primer pegue no visualicé bien un par de pasos y me colgué para mirarlos.
Encadené en el segundo pegue envuelto en sudor, acabé como si hubiera hecho un largo en una piscina y me sentí como el Phelps ese al ganar una medalla.
Buena línea, concentrada en un par de pasos al principio del muro y luego alejes sobre agarres agradecidos.
Con una cuerda de 75 no se llega al suelo, o se tira de 80 o se utiliza una reunión intermedia ubicada en una repisa, después de la 4ª chapa. 

Como la línea se resistía un poco al encadene no tuve más remedio que ponerme firme y enseñar músculo

Línea 47, 7b+ (Rsñ Fernando)

Marcos, que cada vez que tocaba tierra parecía que se hubiera metido por error en un túnel de autolavado, decidió probar esta vía, ubicada a la derecha de la Rasputín.
El día no acompañaba con un trazado de estas características, y tras matizar algún movimiento en un 2º tiento en top decidió dejarla para otro día. 


 
Y este fue el final, ya con el anochecer encima, de esta jornada de escalada en la Penyes de Can Marcer, transformadas por un día en un Aquapark.