Después de mucho tiempo sin acercarme a escalar por Ca La Montse, K y Lauri me proponen una visita a Collbató, unos de los lugares de Montserrat Sur que menos he visitado.
Así pues una oportunidad para escalar con esta pareja con la que no coincidía desde hace meses, para volver a visitar Montserrat y para comprobar si la recuperación de la rotura fibrilar ha ido tan bien como esperaba y ya no tengo que pensar más en ella.
Aparcamos en el parking de los domingos (de 08-14 h) pues al ser día de Mercado hay restricciones sobre ese tema y no puedes aparcar lo más cercano posible a la zona de escalada como en otro día o momento.
Me dejo llevar y acabamos en subsector El Bec, del sector Els Graus. Hace mucho tiempo estuve aquí para escalar las vías largas, las de 35 metros. El Objetivo de hoy son las cortitas que quedan a la izquierda.
Día muy soleado, de esos tirando a veraniegos, y pie de vía capaz pero algo incómodo.
Empezamos por la vías de la izquierda. En el croquis las ponen de V. Unos V que son V+.
> Trazado 33, V+.-
Es la línea que queda más a la derecha.
La mejor idea es salir con la primera chapada usando la caña, si se tiene a mano ese instrumento. Placa muy fina de pies y dedos hasta pillar un agarre salvador y seguro alto.
Y tras el paso de finura montserratina nos encontramos con continuidad sobre agarres bastante decentes y seguros ubicados donde toca para no ser problemáticos.
> Trazado 32, V/V+.-
Es el quintillo central.
Una entrada más razonable da paso a una escala de continuidad con todos los seguros algo lejos y con unos chapeos un poco estresantes pues, cuando ya has dejado atrás la chapa de debajo de tus pies y aún no has llegado la siguiente, te encuentras en una posición de equilibrio y siempre te preguntas por qué no podrías pasar la cinta desde donde estás ahora y no tener que hacer un movimiento adicional tan poco claro.
> Tarahumara, 6a.-
El bloque hay que activarlo.
Y si no lo activas no puedes hacer el paso de entrada en este trazado; de agarre generoso a otro apretando fuerte. Si lo haces solo queda un ejercicio de navegación del tipo continuidad pura, dura y guapa hasta llegar a la R.
> Trazado 35, 6a.-
Otra línea a bloque.
En esta ocasión hay que subirse hasta un repecho franqueado por un arbolito.
La cuestión es salir de ese bombo yendo a buscar un par de agarres salvadores que están muy arriba, uno es un agujero y el otro, algo más arriba, una bola.
Lo más práctico es ir al agujero, aunque si tienes un bloqueo del 15 puedes ir a buscar el bolo desde un taquito.
Yo encuentro una rebaba invertida en la base del repecho y es lo suficientemente buena como para hacer un paso largo y acertar en el agujero.
Luego ya no hay mucho problema, es un ejercicio de continuidad y buena gestión de lo que encuentras hasta la R.
> Trayecto 36, 6a+ (Se vende de 6b).
Otra a bloque. Pero sin agarre generoso. De un agarre decente vas a buscar una presa pequeña, que se puede pinzar, y con pies muy precarios te lo has de creer y arriba. Si aciertas la intensidad baja en volumen y se llega a la R sin problemas.
Para mi de esos 6a+ a bloque, que se venden de 6b, que cuando los tienes secuenciados tampoco son tan matadores.
> Final Feliz, 6b.-
Las vías largas de El Bec están entre los problemas más apreciados de Collbató, bueno el ahora cotado de 7b+ no tanto. Son largas disfrutonas y se dejan hacer.
Para acabar la jornada nos probamos en el 6b.
Ofrece lo esperado y no defrauda. Continuidad pura y dura son tramos muy claros, otros más técnicos. Un diedro peleón y una llegada a la R de esas que infunden respeto o miedo, según la versión de cada cual.
Este día de escalada me deja contento pues a pesar de la carga de cansancio acumulada de toda la semana, La cadera hace que escale algo agarrotado, antes de arriesgar me lo tengo que pensar varias veces, pero haciendo. Aguanté el pateo, sobre todo de ida; y tras estar mucho tiempo sin escalar de forma mantenida, con regularidad, pude con las vías de bloque y las de continuidad. Final feliz y a casa.
YMA O HYD.-
Yma o Hyd (en galés 'Todavía aquí') es una canción patriótica galesa escrita por el cantautor y político Dafydd Iwan en 1981.
La letra exalta la supervivencia de la nación galesa y del idioma galés a través de los siglos desde que Magno Máximo (llamado Macsen Wledig en la tradición autóctona) fuese proclamado emperador romano por sus tropas en el año 383. El político nacionalista Gwynfor Evans, histórico líder del partido Plaid Cymru, es quien podría haber dado la idea a Iwan para componer la canción.
El estribillo de la canción proclama Ry'n ni yma o hyd, er gwaetha pawb a phopeth ('Todavía estamos aquí, pese a todo y a todos') y hace alusión a la supervivencia histórica de Gales y de su gente hasta el día del Juicio Final. Se trata de una referencia a la conversación registrada por Gerallt Gymro entre Enrique II de Inglaterra y un anciano galés durante la cual este último adviritó al rey de que «salvo Gales, ninguna otra nación podrá en el día del Juicio Universal ante el Juez Supremo responder por este territorio».
Se ha asociado con frecuencia esta canción con el aumento de moral del nacionalismo galés durante la década de los 80, inspirando a su vez un aumento en el apoyo del resurgimiento del idioma galés como lengua de Gales. Este periodo culminó con la creación de la Asamblea de Gales (Cynulliad Cenedlaethol Cymru) en Cardiff en el año 1999. A día de hoy, Yma o Hyd sigue siendo una canción hímnica de gran popularidad entre el público galés y uno de los exponentes más célebres de la música folk galesa. Está considerada como el segundo himno del país por detrás del oficial -Hen Wlad Fy Nhadau- y a menudo se entona durante partidos de rugby, tanto de la selección nacional como de equipos profesionales, particularmente los Scarlets. También es un cántico frecuente en los partidos del equipo de fútbol Wrexham FC.
Dwyt ti'm yn cofio Macsen, does neb yn ei nabod o;
Mae mil a chwe chant o flynyddoedd yn amser rhy hir i'r co';
Pan aeth Magnus Maximus o Gymru yn y flwyddyn tri-chant-wyth-tri,
A'n gadael yn genedl gyfan a heddiw - wele ni!
[Cytgan]
Ry'n ni yma o hyd, x2
Er gwaetha pawb a phopeth, x3
Ry'n ni yma o hyd, x2
Er gwaetha pawb a phopeth,x3
Ry'n ni yma o hyd.
Chwythed y gwynt o'r Dwyrain, rhued y storm o'r môr,
Hollted y mellt yr wybren, a gwaedded y daran encôr,
Llifed dagrau'r gwangalon, a llyfed y taeog y llawr
Er dued yw'r fagddu o'n cwmpas, ry'n ni'n barod am doriad y wawr!
[Cytgan]
Cofiwn i Facsen Wledig adael ein gwlad yn un darn
A bloeddiwn gerbron y gwledydd 'Byddwn yma hyd Ddydd y Farn!'
Er gwaetha pob Dic Siôn Dafydd, er gwaethaf y gelyn a'i griw,
Byddwn yma hyd ddiwedd amser, a bydd yr iaith Gymraeg yn fyw!
[Cytgan]
¿No recuerdas a Macsen? Nadie lo recuerda;
Milseiscientos años es mucho, mucho tiempo atrás;
Cuando Magno Máximo dejó Gales en el año 383
Nos dejó una nación ¡Y ahora, todavía estamos aquí!
[Estribillo]
Todavía estamos aquí x2
Pese a todo y a todos x3
Todavía estamos aquí x2
Pese a todo y a todos x3V
Todavía estamos aquí
El viento soplará desde el este, la tormenta rugirá desde el mar
El relámpago dividirá los cielos, y los truenos clamarán aún
Las lágrima de los débiles de corazón caerán, y los serviles aduladores se arrastrarán
Pero pese a la oscuridad que nos rodea ¡Crearemos un nuevo amanecer!
[Estribillo]
Recordad que el viejo emperador Mecsen dejó nuestro país unido,
Gritemos ante el resto de naciones ¡que todavía estaremos aquí hasta el día del Juicio Final!
Pese a todos los Dic Siôn Dafydd y pese al viejo enemigo
Estamos todavía vivos, y seguiremos aquí al final de los tiempos
¡Y el idioma galés resistirá!
[Estribillo]
Dic Siôn Dafydd es un nombre derogatorio con el que se hace referencia a las personas galesas que reniegan de sus orígenes culturales e imitan las formas de los ingleses, o la cultura inglesa. El origen del término se debe al bardo Jac Glan-y-gors, quien escribió en el siglo XIX el poema Cerdd Dic Siôn Dafydd sobre un hombre galés que se traslada a vivir a Londres, dando la espalda a su Gales natal y a su familia.
FUCK.-
El cuarto capítulo de la primera temporada The Wire tiene una de las secuencias mejor escritas y dirigidas de la televisión. Es una de esas escenas en las que uno se da cuenta de que lo que está viendo es extraordinario.
Durante cinco minutos, usando sólo la expresión fuck (joder sería la traducción al español), repetida hasta 33 veces y sus capacidades de observación, dos policías resuelven una investigación en la escena de un antiguo crimen.
The Wire (Bajo Escucha), serie original de HBO, tuvo cinco temporadas (2002-2008).
Junto a 'Los Soprano' y 'Deadwood' fue la abanderada de la nueva forma de hacer series que proponía HBO a principios de siglo, y sigue siendo clave para entender la época.
La serie nos habla de seis ambientes diferentes en la ciudad de Baltimore:
- Los entresijos de una policía enviciada,
- Los barrios pobres,
- El puerto y los estibadores,
- El ayuntamiento y el movimiento político y de intereses a su alrededor,
- Las escuelas de los barrios más abandonados y
- El trabajo en un periódico en crisis y cómo afecta a la ciudad lo que se trata en él.
Es todo una sórdida mezcla de narcotráfico, corrupción policial, pinchazos de teléfonos, política e historias de barrio hilvanadas con unos personajes construidos con mucho mimo. Estaba ambientada en Baltimore, pero lo mismo podía haber sido cualquier lugar del mundo donde vivir bien, en paz y sin preocupaciones es solo un sueño.
Simon quería mostrar el hilo conductor –el alambre (una de las acepciones de The Wire)– que unía a organizaciones aparentemente diferentes y a las personas que trabajaban en ellas. Álvarez cree que si Simon no hubiera logrado convencer a los productores de HBO de filmar The Wire, las cinco temporadas podrían haber inspirado cinco libros. Ya sea cuando exploraba los departamentos de policía, los cárteles de la droga, los sindicatos, el sistema escolar, los periódicos o el Ayuntamiento, a Simon lo que le interesaba era saber cómo funcionaba o dejaba de funcionar la maquinaria. Si podía explicar Baltimore, entonces podría explicar Estados Unidos.
Creyendo que la mayoría de los guionistas de televisión no tenían oído para las calles, ni interés por las vidas de los pobres en las zonas urbanas, Simon armó un equipo con escritores de novelas policíacas (George Pelecanos (Treme), Dennis Lehane y Richard Price), de Ed Burns (policía durante 20 años en Baltimore, profesor de instituto y coautor de The Corner, el libro que dio origen a The Wire) o Dennis Lehane (autor de Mystic River), entre otros, y excolegas de The Baltimore Sun, como Rafael Álvarez,
"Lo vendí como una serie policial, pero ellos no saben que en realidad no es una serie policial", dijo Simon al novelista George Pelecanos cuando le invitó a unirse al equipo de guionistas. De hecho, dijo, se trataba de algo audazmente novedoso: "Una novela para la televisión".
Simon se referiría después a The Wire de diferentes maneras: como una "tragedia griega para el nuevo milenio" con instituciones escleróticas jugando el papel de los insensibles e indiferentes dioses; como una historia sobre "el triunfo del capitalismo sobre el valor de las personas"; y como una crónica de "la decadencia del imperio americano".
Si la gente sobre la que escribía no creía que lo que decía sonaba auténtico, entonces había fracasado, independientemente de lo que pensaran los espectadores.
Usó las personas, anécdotas y fragmentos de diálogos que había captado durante su vida como reportero. The Wire evitó victorias y en vez de eso optó por mostrar corrupción, fracasos y decadencia. En la serie, los reformistas se veían frustrados; los sinvergüenzas, recompensados; y la gente normal y corriente, derrotada por el sistema.
The Wire reescribió las reglas del drama televisivo en cuanto al tono, al tema y al alcance narrativo. La serie que una vez fue difícil de vender es ahora un referente de calidad y un documento social que se enseña en las universidades.
"La decisión final siempre era de David, pero él alentaba el debate y le gustaba que lo convencieran de que había un camino mejor si podías argumentarlo con éxito", recuerda Rafael Álvarez, un exreportero que se convirtió en guionista de la segunda temporada. "En una reunión, David y Ed discutieron por algo que no recuerdo durante más de hora y media, mientras el resto de nosotros mirábamos como si fuera un combate de Ali contra Frazier".
La directora de casting, Alexa Fogel, también rompió con las reglas de la industria y juntó un reparto rico en texturas en el que había actores de teatro, británicos, músicos, actores veteranos infrautilizados, actores recién llegados prometedores, novatos y hasta algunos de los policías, gángsters y políticos en los que se inspiraban los personajes.
"Cuando vi el debate que despertó The Wire en todas las esferas de vida, entendí que la gente no quiere ser menospreciada intelectualmente", dice Peters. "Quieren algo que desafíe su intelecto, les haga sentirse vivos y les dé temas para debatir. No vi toda la serie hasta hace unos cinco años. Me senté y me di por vencido y dije: 'Oh Dios mío, ¿yo formé parte de esto? Gracias, Señor".
La escena del fuck tiene lugar al final del cuarto capítulo de la primera temporada. Es uno de esos momentos clave en el que si hasta entonces no se ha entrado en la historia, se entra. Tiene como protagonistas a dos detectives de Homicidios, de los buenos, de los que tratan de no caer en las cloacas de la corrupción, pero que no se libran de tener defectos. Uno es Jimmy McNulty (Dominic West), un borrachín de origen irlandés con tendencia a saltarse las órdenes de sus superiores (impagable su evolución en la segunda temporada, degradado a patrullar el río en una barca, justo el destino al que él había pedido no ir nunca). El otro es Bunk Moreland (Wendell Pierce), compañero de borracheras de McNulty, aunque más cuidadoso en el trato con sus patrones.
Ambos acuden a un piso donde tuvo lugar un asesinato con pistola. En seguida se dan cuenta de que el policía que se había encargado de la investigación no estuvo muy fino y recrean lo que en verdad pasó comunicándose maldiciendo (en diferentes tonos: sorpresa, preocupación, admiración...) y gestos de la cara y las manos. Cinco minutos magistrales y muy en la línea con ese espíritu de The Wire de no darlo todo masticado, de dejar cosas en el aire, de no acomodar al espectador con explicaciones fáciles.
El origen de la secuencia, según contaron Simon y Burns en un libro sobre la serie, All the Pieces Matter: The Inside Story of The Wire, de Jonathan Abrams, viene de un detective de verdad, un mito de las comisarías de Baltimore, un tal Terry McLarney. “Estábamos en una escena de un crimen. Estábamos mirando, y los policías no hacían más que maldecir a izquierda y derecha. Alguien dijo algo tan profano que Terry comenzó a reírse y dijo, 'un día vamos a llegar al punto en el que seremos capaces de solo comunicarnos utilizando la palabra joder'. Me quedé con la idea y se la conté a Ed, y después Ed escribió la secuencia”, cuenta Simons en el libro.
La potencia que le dio a la escena, sin resultar irritante y de la forma más natural y coloquial posible, es soberbia. Los actores de aquel episodio explican que eran conscientes en todo momento de que no estaban rodando una escena normal, de que era algo que iba a marcar a la serie y la ficción que se hacía por entonces. “Quería que fuera parecido a la secuencia de la ducha de Psicosis, donde todo estaba tan medido. La historia era muy visual, así que fui muy detallista al rodar”, cuenta en el libro Clement Virgo, director del capítulo.
La secuencia doblada al castellano pierde fuerza, demasiada. Hay mucha jerga, acentos y frases demoledoras de sus personajes como para perdérselas y entender así el fondo de los personajes.
WINDHOLME.-
Hubo una época de la historia de cómics Marvel en la que el dúo formado por el guionista Chris Claremont y el dibujante John Byrne dieron a luz una serie de historias verdaderamente mágicas: los cómics de Iron Fist (Puño de Hierro) y Power Man a los que siguió Team-Up donde personajes de la Casa de Las Ideas formaban equipo ante una amenaza común y finalmente The Uncanny X-Men.
Iron Fist es relevante por dos motivos: primero, fue la primera serie regular longeva de Byrne en Marvel. Segundo, fue su primera colaboración con Claremont. El tándem Byrne-Claremont adquiriría fama mundial poco después con su trabajo en la franquicia mutante, pero en los primeros números de Iron Fist no tuvieron tanta suerte. Esta cabecera fue cancelada a los 15 números. Para no perder la magia de este equipo creativo, en la Casa de las Ideas pensaron que estaría bien juntar a Iron Fist con Power Man, en la colección de este otro, pues estaba más asentada. Sin embargo la nueva cabecera de Power Man and Iron Fist solo contó con un ejemplar firmado por Byrne.
Marvel Team-Up era el mejor encargo que podían hacer al John Byrne de los inicios ya que aquella colección estaba protagonizada por Spider-Man, quien se unía cada mes a un héroe diferente para resolver un problema que se escapaba a sus posibilidades (de intentar ocuparse a ello en solitario). Para muchos, Marvel Team-Up es una obra menor de Byrne ya que se trata de una serie que únicamente intenta sacar rendimiento a la franquicia de Spider-Man con episodios más o menos planos que en realidad no aportan gran cosa para la leyenda del Hombre Araña. Sin embargo, en aquellos años los cruces entre personajes no se habían explotado hasta la saciedad y a los lectores sí les interesaban esos primeros o segundos encuentros entre sus héroes preferidos.
Chris Claremont revolucionó el mercado norteamericano con su reinterpretación de los X-Men, pero mucho de ello se lo debe a John Byrne. La etapa de estos autores es una de la más alabadas de todos los tiempos de la franquicia mutante… Pero ...
Pero el nombre de esta vía hace referencia a una obra de ciencia ficción, Star Lord. No el actual sino el primigenio.
No era la primera historia pero si la mejor, la más mágica y la más inspirada, fue algo especial, contando las que vinieron luego.
Yo la leí en una tomo recopilatorio con otras historias de una colecciòn llamada Relatos Salvajes.
Se publicó en el Marvel Preview #11 (junio, 1977). Era una obra subdividida en varios capítulos y Windholme era el primero de ellos. 1. Windholme/2. Cinnibar/3. Sparta/4. The Hollow Crown.
Era un cuaderno de la línea de Magazines en blanco y negro de Marvel. En esta ocasión, lo que se publicó fue una antología en la que también participaron gente de la talla de Jim Starlin y John David Warner. Además de la historia que aquí cito, Byrne dibujó un pin-up y escribió un texto.
En 1975, uno de aquellos fans convertidos en profesionales, Steve Englehart recibió el encargo de idear una serie de historias de 60 páginas para la revista genérica “Marvel Preview”. Era ésta una de esas colecciones “cajón de sastre” por la que iban desfilando personajes cuyas aventuras se serializaban durante cierto número de meses. Star-Lord, un héroe galáctico, fue uno de esos personajes pero por desgracia, su falta de una clara dirección le hurtó el favor de los lectores y una carrera más brillante de la que merecía.
Fue Steve Gan quien plasmaría gráficamente el aspecto del héroe por primera vez en “Marvel Preview” nº 4 (enero 1976), aunque en realidad llamaba más la atención la excelente ilustración que del personaje hizo Bernie Wrightson para ese mismo número.
Englehart abandonó Marvel antes de tener tiempo de desarrollar la evolución cósmica prevista y eso marcó la futura indefinición del héroe. A John Warmer, editor de la colección, le gustaba el personaje por lo que se puso en contacto con el guionista Chris Claremont para que renovara (y eso que acaba de nacer) al personaje. Así, en “Marvel Preview” 11 (1977), volvía a presentarse a Peter Quill, esta vez con el origen que quedaría fijado definitivamente para él (todo lo definitivamente que estas cosas son en los comic-books).
Claremont prescindió del misticismo de Englehart, redujo la conflictividad moral del personaje y, manteniendo su personalidad algo antipática, lo hizo más heroico, más accesible al lector medio. En esta aventura tenemos esclavistas espaciales, batallas entre naves, duelos a espada, monstruos, villanos degenerados con secuaces odiosos, conspiraciones en el seno de imperios galácticos, una astronave inteligente y enamorada de su dueño e incluso un desenlace propio del culebrón… o de la space opera, porque eso es exactamente lo que con mucha habilidad nos presenta Claremont en la mejor tradición pulp de Flash Gordon, Buck Rogers o John Carter.
Lo que hace de ese número un cómic de aventuras espaciales casi perfecto es la excepcional sintonía artística de un joven John Byrne a los lápices entintado minuciosamente por Terry Austin. Como muchos magazines de Marvel en aquellos años, “Marvel Preview” se editaba en blanco y negro y el fantástico trabajo de ambos artistas saca el máximo provecho de ese formato. Byrne no teme experimentar con dinámicas composiciones de página y viñeta y narra la aventura con la energía y frescura que harían de él uno de los puntales de la editorial en los años venideros. Por su parte, Austin utiliza su fino entintado e inteligente trabajo con las tramas mecánicas para aportar profundidad y textura al dibujo. Fue la primera vez que se reuniría este equipo creativo, uno de los mejores de la historia de Marvel y responsable del ascenso meteórico de unos personajes malditos como los X-Men. Pero eso es otra historia…. ¿Era posible mejorar, o siquiera mantener, el nivel alcanzado en Star-Lord?
Eran los años de la fiebre de “Star Wars” –se había estrenado en mayo de aquel mismo año y cuyos derechos para el cómic había adquirido Marvel- y Star-Lord bien podría haberse aprovechado del renovado interés por la space opera de tono más épico. No fue así. Comenzó un irregular periplo para el personaje, primero con los guiones de Claremont y dibujos de Carmine Infantino y Bob Wiacek en los “Marvel Preview” 14, 15 y 18 entre 1978 y 1979. En la historia a todo color que se publicó en “Marvel Comics Super Special” 10 (1978) recogieron el testigo Doug Moench, Gene Colan y Tom Palmer. Moench continuaría escribiendo el personaje con Tom Sutton en el apartado gráfico en “Marvel Spotlight” V.2 nº 6 y 7 (1980, donde se volvía a narrar el origen) y “Marvel Preview” 61 (1981). Demasiados bailes de colecciones, autores y giros al origen y perfil del personaje. Además, ninguno de los intentos posteriores logró igualar el trabajo de Claremont, Byrne y Austin. Los fans se cansaron y abandonaron a Star-Lord, a ese Star-Lord, luego la historia continuó por otros derroteros.
Al menos nos queda el Star-Lord de Claremont, Byrne y Austin, uno de los mejores cómics que nos ofreció Marvel en la década de los setenta. Sus cincuenta páginas de extensión, con una historia autoconclusiva, un ritmo trepidante y un sentido de la maravilla nacido del amor por la ciencia-ficción más clásica.
UN LLOC ENTRE ELS MORTS.-
La Barcelona de 1992, la Barcelona Olímpìca… se llenó de obras de arte.
En el lateral del nº 5 de la C/ Enamorats se extiende todo un mural que fue inaugurado el 21/02/1992 dentro de la campaña Barcelona posa't guapa que pretendía preparar a nuestra ciudad para las Olimpiadas. Se titula Balcons de Barcelona y fue pintado por el grupo de artistas franceses Cité de la Création, especializados en la técnica pictórica trampantojo, que pretende crear un efecto de realidad intensificada.
Lo interesante de esta obra, que podríamos calificar de street art, es que aparecen personajes que han dejado huella en la ciudad. Sin duda, es un vecindario de famosos.
En la planta baja, saliendo la librería aparece la escritora Mercè Rodoreda. El aparador de la tienda está repleta de obras clave dentro de la literatura catalana, y que pertenecen a muchos de los ilustres personajes representados en la fachada.
Entre esos libros figura: Un Lloc Entre Els Morts.
Es una novela escrita por Maria Aurèlia Capmany (Barcelona, 1918-1991) que se publicó en 1967, Es la más conocida y narra la peripecia vital e intelectual de un joven escritor con influencias ilustradas de la Revolución Francesa que lucha contra la sociedad burguesa de la Barcelona del S. XIX. Fue galardonada con el premio Sant Jordi el 1968.
Es una novela donde se mezclan la realidad y la ficción, que demuestra el valor de la literatura, de la escritura, que permite dar sentido a la existencia humana y transcender la muerte.
La acción se sitúa en el paso del siglo XVIII al XIX con la invasión del general Duhesne y la influencia francesa. De una banda se centra en escenarios y personajes reales: Barcelona, Cervera, o Venecia, y como el mismo general Duhesne, pero de la otra, el protagonista es un personaje de ficción, Jeroni Campdepadrós i Jansana, heredero d'una familia rica que muerto prematuramente y que escribe unas memorias `las cuales su mujer destruirá después de su muerte y solo quedarán algunos poemas, fragmentos y cartas. El narrador reconstruirá su vida a través de estos fragmentos pero, sobre todo a partir de deducciones personales. La obra sigue cronológicamente, la existencia del protagonista: la muerte de la madre, el enfrentamiento con el padre, el casamiento con Carolina, la amistad con Eresme Bonsoms, etc.
Hace un par de meses, cuando ya parecía que tenía encarrilada la actividad escaladora, estaba equipando una línea. En un momento dado, probando un paso, se me rompió el apoyo de un pie. En el intento por aguantar la posición noté una sensación de desgarro por encima del codo izdo, con las molestias secundarias a ese desgarro.
Tardé un mes en notar que estaba recuperado, y volví a escalar.
En un movimiento en que te tenía de cerrar mucho el brazo izquierdo y desplazarme hacia la izquierda noté cómo algo se soltaba en ese codo y una molestias parecidas pero de menor intensidad.
Tras otro mes de ejercicios dirigidos, reposo y buenos alimentos ya no me molestaba en la actividad plafonera; intentando evitar una alta intensidad en aquellos gestos que sí que me molestaban.
Entonces he creído que ya era hora de darme otra oportunidad.
Quedo con Antonio y le propongo ir al subsector Cal Beco en Les Casetes d’en Muntaner (Vallirana), pues mato varios pájaros de un tiro.
Por uno tengo la oportunidad de escalas las vías de ese subsector que he equipado.
Por otro como son vías cortas, de 3-6 seguros, y hay bastantes de grado asequible (V+, 6a) puedo testar el brazo dañado sin someterlo a mucho estrés (por dificultad y por recorrido).
Tuvimos un día muy soleado, tirando a veraniego.
La presencia de escaladores y cordadas al pie de pared era bastante numerosa pero nosotros estuvimos solos. Las vías cortas del Cal Beco, al contrario que las largas, no creo que vayan a ser muy frecuentadas, sólo había muescas en alguna reunión de las trazados que probamos, pero la presencia y ofertan están ahí.
Aprovechamos para hacer un buen saneamiento de las vías y eliminamos bastantes bloques que estaban sueltos.
> Carrier, V+.-
Aunque la vía sea como una variante esquinada de otra vertical y más lógica tiene unos pasos y movimIentos que la hacen lo suficientemente recomendable y distraída.
Antonio escala La Bola de Cristal, como ya la tenía hecha pase a la siguiente de la lista.
> Satyagraha, V+.-
Tras los pasitos de trámite iniciales nos encontramos con una pasito técnico, que a mi me costó más que a Antonio, el cual nos deja debajo de un mini techo. Paso intenso de grandes agarres pero pies pequeños y no muy fáciles de gestionar.
> Koyaanisqatsy, V+.-
Cuando equipé esta línea me quedé con la impresión de que sería algo con un colorido más serio del que me he encontrado ahora que la he escalado desde abajo.
Es muy mantenida y a diferencia de las previas no tiene una sección manifiestamente más intensa que destaque sobre el resto.
El último tramo es el más difícil pero también el más peculiar y bonito.
> A Long Time Ago We Really Used To be Friends, 6a+.-
Este problema no era tan asequible como los anteriores, era bastante peor. Pero como el día acompañaba y había escalado con buenas vibraciones me dije que: por qué no. Siempre quedaba el recurso de usar la caña o de escalar un poco en chimenea pues hay una parte que por morfología y proximidad de la pared vecina se presta a ello.
El primero paso tonto, un movimiento largo hacia la izquierda ya me tira para atrás. De la manera más asequible no conseguía empotrar en una pequeña fisura y las alternativas me hacían tensar mucho la cadera y me daba reparo.
El segundo movimiento, el difícil de verdad, tampoco fue muy exitoso. Cuando la equipé vi este sección de una manera pero ahora que la escalaba me dí cuenta de que tendría que hacerlo de otra.
Cruzas a un bidedo generoso y te has de contorsionar con pies ínfimos, malos y a veces insinuados, a buscar un buen plano que queda arriba y a la derecha.
Desde ahí ya no es complicado, solo es cuestións de regular y ver bien lo que tienes que hacer.
Con los movimientos matizados sale al segundo pegue, me quede del empotre y luego me creí que podía con el paso difícil y fui a por él. Y salió.
> Carne, Huesos y Tú, V+/6a.-
Esta vía cambió radicalmente de cómo estaba cuando la empezó a escalar Antonio a cómo cuando la acabó. Cosas del saneamiento. Una sección de placa de fino equilibrio, que nos situaba debajo del desplome donde nos esperaba el siguiente paso, se convirtió en una placa de trámite, tras sanearla de un agarre. Se pasó de una lugar en el que apenas cabían la punta de los dedos a una buena fisura con agarre de escándalo.
La entrada en el techo no cambió: hay que trabajársela y apretar. Tras superarla con opción de ponerse en diedro o chimenea con la pared vecina el resto es trámite.
Antes y después.
> Savant, V+.-
Placa-arista de equilibrio, no muy complicada para mí aunque a mi compi le dió bastante trabajo, seguida de un pequeño repecho con buenos agarres.
Se rompió de forma parcial un agarre, de los dos, desde el que chapaba el tercer seguro, pero la situación global no cambia.
> Un Lloc Entre Els Morts, 6a+.-
Animado por el éxito de A Long Time Ago We Really Used To be Friends decidí darme una oportunidad en este problema que ya había probado en otra ocasión, y del no fui capaz de pasar de la segunda chapa.
En este pegue encadeno poniendo cintas. Acierto con la posición en el intenso paso clave, apretando bastante, y luego hay que dejarse llevar pues los agarres siguientes son bastante buenos y te permiten progresar bastante reposado.
El día salió a pedir de boca. No estrenamos el túnel de la B-24 pero lo usamos por primera vez. Saneamos el sector, no me rompí ni noté molestias y encadené un par de vías muy guapas.
Luego fuimos a ver unas líneas nuevas que han equipado por el subsector Die-Dron; bueno nuevas, lo que se dice nuevas…, hace una año o algo así que tienen de vida. No hay ninguna info sobre ellas, ni nombre ni dificultad; así que hay trabajo para otro día.
La excursión hacia el Pont Cabradís es bastante popular, de hecho hay hasta tres caminos de acceso. Uno desde Gòsol (por Feners, siguiendo el GR 107. Un camino se dirige desde el Coll de Castellar, entre el Molino de Güell y Bonner), otro desde Valls y el otro es una variante más corta del de Valls, desde la Bauma de les Pintes, es nombrado como recorrido #1.
Yo he usado la variante de menor recorrido, la #1, que tiene un tramo en paralelo con la de Valls o #3.
El río Aigua de Valls es un afluente por la izquierda del Cardener.
Se forma cerca de Gósol por la unión de varios torrentes que bajan del Pedraforca, del Coll de Josa, la font de Torrentsenta, de los riscos de Les Costasses y de la Serra del Verd.
Después de pasar cerca de Sorribes, l’ Espà y Feners, se adentra en un largo desfiladero entre los macizos del Verd y d’Ensija (en los antiguos términos de Moripol, Castellfraumir, Bonner) y penetra en La Vall de Lord (Solsonès) por el término de La Corriu (estrecho de Vallpregona).
El río de Gósol se encañona al atravesar el desfiladero entre las serres del Verd y d’Ensija. En la parte más profunda y abrupto del cañón, pasa por dentro de un largo puente natural, el Pont Cabradís.
Después de Valls desemboca en el Pantà de la Llosa del Cavall.
En mi anterior excursión en 4x4 por la zona de Sisquer y Montcalb se me quedaron colgadas un par de cosillas. Desde este itinerario es posible acceder al Camí del Pont Cabradís si nos desviamos tras pasar Sant Esteve del Sisquer hacia el vecindario del Pla de Sant Romà en lugar de seguir hasta Montcalb.
Volví a circular por el camino de la anterior excursión, pasé con Cal El Vancell, deje atrás Sant Esteve del Sisquer. Primero me dirigí a Montcalb y una vez visitadas el par de cosillas que tenía pendientes recule el camino hasta la encrucijada y pase por el veïnat del Pla de Sant Romà. Se cambia la carretera asfaltada por una pista forestal en buen estado.
Bajo la atenta mirada de el Cingle de l’Espluga (o también de La Corriu) pasé por el lado de las masías de este vecindario: Cal Vallonga, Cal Parrillp y Cal La Perera.
Tras esto nos adentramos en el cañón del río Aigua de Valls. La muralla de la izquierda está formada por Els Cints de la Torre, La Rua Alta de la Torre, Els Cints de Can Blanc y la cima de Morro Aguilar (o Cim Blanc). Y a la derecha las estribaciones de la Serra dels Prats y la Obaga de Montcalb.
En estas comarcas a caballo entre el Berguedà y el Solsonès, los ríos se denominan propiamente Aigua —Aigua de la Corba, Aigua de Valls, Aigua de Llinars, que más adelante recibe el nombre d’Aigua d’Ora— los riscos cints y las feixes que los surcan rues.
Sin más intereses se llega al parking donde la pista da un gira a la izquierda de 180º. Se puede aparcar al lado de la Central Hidroeléctrica del Molí de la Corriu, donde están los señalizadores, o en la explanada de la Bauma de Les Pintes, unos 20 metros más adelante.
En el libro de referencia: La Vall de Lord i el Seu Entorn de Jaume Fruitós la excursión descrita tiene su origen en el núcleo de Valls. No se aparca en el núcleo de Valls sino que lo hace en una curva muy cerrada de la pista cuando está cementada, donde hay un mirador natural.
El itinerario saliendo de Valls está descrito en el siguiente documento:
Como ya ha comentado yo hice el camino corto.
IMPORTANTE ( Con alguna indicación del Centre d'Interpretació del Massís del Pedraforca i de la mineria de Saldes)
Es posible que haya problemas de cobertura con la telefonía móvil.
Utilizar material y equipo adecuados a la época del año y teniendo en cuenta las previsiones meteorológicas.
El camino es peligroso en tiempo de lluvia, nieve o hielo. Hay lugares en que es un sendero de tierra muy estrecho, con vacío hacia el lado del río preferentemente.
No aconsejable a menores de 6 años.
No aconsejable si se tienen problemas de vértigo.
Se aconseja llevar una toalla pues es posible que en algún momento se tenga que cruzar un cauce acuoso (Torrent Fondo) según el caudal de agua o bien si se tienen deseos mojarse en el Pont Cabradís.
Empezamos a caminar desde la Bauma de Les Pintes, tiene una longitud de unos 100 m por una profundidad mediana de 10 m y una altura máxima de 20 m. Se usó para hacer el hormigonado de la construcción de la presa.
El camino es aún una pista forestal, no transitada. Y a mano izquierda se observan els Cints de Can Blanc.
Al poco de caminar a mano izquierda encontramos la Font de la Fam, reconocible por la gran acumulación de musgo del que gotea el agua.
Al cabo de unos 15 minutos de caminata se acaba la pista y comienza el “verdadero” camino hacia el Pont Cabradís. Es un explanada donde hay un cartel informativo y pequeño banco.
Desde este punto hasta el Pont Cabradís hay algo así como 1,5 km. Es como una hora caminando para ir y otra para regresar; claro que cada cual tiene su piernas, pero has de contar que te iras parando para observar las formas y el curso del río Aigua de Valls. Porque el río es prácticamente lo único que se verá a partir de aquí.
El sendero discurre entre un túnel vegetal, siempre cubierto de encinas, robles, bojes y alguna haya; por lo que en verano es un recorrido muy a la sombra, y siempre con el río Aigua de Valls a nuestra izquierda hasta el Pont Cabradís, en el que lo tendremos debajo.
Hay muchas marcas amarillas en árboles y rocas que nos acompañarán durante todo el camino y algunas han sido vandalizadas.
Parece ser que unos metros más adelante nacía un discreto desvío a nuestra izquierda que llevaba hasta una escalera de madera. Dicha escalera servía para pasar al otro lado del río y tomar un camino que conduce a la Torre de La Corriu. No he visto esa escalera, supongo que al ser de madera la deben haber retirado y también porque el camino #3 ya hace ese recorrido.
Esta escalera también servía de camino de acceso a una vía de escalada ubicada en el Tossal Rodó de Els Cints de Can Blanc, la Terra d'Escudella. Supongo que hoy se tendría que pensar en otro acceso hasta el pie de vía.
Cuando el sendero queda a la altura del río llegamos a un escalera que nos permite superar un corto desnivel y seguir por un sendero que nace al final de la misma.
Es una sólida escalera, con pasamanos, de unos 4 metros de longitud y bien asentada.
A partir de este punto el cuando las cosas pueden ponerse difíciles, hay zonas en que parece una gymkama, en otras el sendero es muy estrecho, y otras tienen pasos protegidos con cuerdas y/o cadenas o ambas cosas.
Seguimos caminando.
Llegamos a un punto en que el sendero remonta y sube hacia nuestra derecha, dejando un barranco a nuestra izquierda. Es el Torrent Fondo. Primero hay que subir, luego el sendero gira 180 º y baja hasta nivel del río donde el agua que discurre por el Torrent Fondo se junta con el río Aigua de Valls.
Un cañón profundo, estrecho y oscuro por el que discurre el río de Bonner.
Este lugar también se conoce como Aigues Juntes por la unión del agua del río de Bonner, el del Aigua de Valls y la que procede del Canal de Cavallonga (enfrente del Torrent Fondo).
Para continuar hay que pasar al otro lado cruzando el lecho del río, el sendero sube y sitúa más o menos a la misma altura.
Seguimos caminando. Aún hay algún punto en que el sendero se aproxima al cauce del río y es posible bajar a observalo.
Pero hay un punto en que hay que subir un repecho rocoso y a partir de hay el río queda muy abajo.
Finalmente llegamos a una pequeña planicie. Estamos en el punto superior del Pont Cabradís y el río pasa por debajo nuestro.
Si caminamos recto llegaremos a un punto escarpado donde podremos observar como el río se dispone a pasar por debajo.
Si caminamos hacia nuestra derecha, enmedio del bosque encontramos la curiosa font del Pont Cabradís, que nace justo bajo un gran y bonito fresno de hoja grande..
A la izquierda de la fuente hay un camino bien marcado, sin rótulo, que se dirige por l’Esquena d’Ase al Coll Castellar, en la pista que comunica Montcalb con el Molí d’en Güell pasando por Bonner (Butner).
Para bajar hasta la base del Pont Cabradís y el río Aigua de Valls, desde la explanada hay que ir en buscar de un sendero que nace a la izquierda.
Hay que caminar horizontal por dicho sendero hasta llegar a una torrentera.
Y bajar por esa torrentera. A medio camino, a la mano derecha, hay una señal que nos indica el punto de unión entre los caminos al Pont Cabradís #1 y #3.
Llegando al final de esta torrentera encontramos unas cadenas y una cuerda que nos ayudan a bajar (y a salis luego) hasta el lecho del río y nos encontramos con la salida sur del Pont Cabradís.
El Pont Cabradís es un puente natural. Se considera que el origen geológico es debido al desprendimiento de grandes bloques rocosos (travertinos) encastados entre las paredes del barranco, propiciando una formación rocosa a modo de puente por debajo del cual se escabulle el río.
El Pont es realmente espectacular, con sus 30 metros de altura y unos 60 de longitud.
El Pont Cabradís (o Quebradís, y otras denominaciones parecidas) no solo es el agua del río Aigua de Valls que lo atraviesa, sino también la que se escurre y mana de las paredes y el techo. Esto hace que sea especialmente espectacular en invierno, con los carámbanos colgando.
El aspecto físico de este rincón del mundo no refleja lo que sugiere el adjetivo, y no hay unanimidad entre las diferentes fuentes consultadas.
Algunos lo consideran como un derivado de cabra, por tanto Pont Cabradís.
O bien que tenga relación con el antiguo verbo crebar, derivado a quebar. Entonces la forma sería Quedradís. Crebar significa rebentar, explotar y a veces hasta romper.
Las primeras referencias son del año 1922, son dos.Cèsar August Torras en su guía de la comarca del Cardener lo nombra como Pont Cabradís.
Un Mapa de la Cooperativa del Fluido Eléctrico, "Mapa del Cadí", lo consigna como Pont Quebradís.
En 1965 en la guía del CEC de Agustí Jolis i M. Antònia Simó sed le nombra como Cabradís.
Y finalmente como ratificación oficial, l'Onomasticon se decanta finalmente por considerar que deriva del latín capra.
Y para regresar solo hay que recorrer el camino en sentido inverso.