El Hombre Del Ministerio

El destino, o la oportunidad de coger una situación que se ve que es favorable y arriesgarse, hizo que este fin de semana pudiera salir a escalar a El Pas de La Mala Dona y darme la oportunidad de escalar algunas de las cosillas que he ido equipando en estos últimos años, en concreto en este pasado verano.
El sábado estuve trabajando débil y dopado a causa de una vomitera que me acompañó parte de la madrugada y parte de la mañana del sábado.
La idea era salir a escalar, apuntándome al plan de alguien y sin comprometer a nadie, si el domingo me encontraba estable.



Juan Carlos me dijo que iban a ir a Mala Dona y que si quería y podía pues…
El domingo por la mañana de querer quería, pues Mala Dona es uno de los lugares donde tengo más vías equi-reequipadas para tachar; y lo del poder, pues podía pero tirando corto. Durante toda la mañana el desayuno se me estuvo repitiendo pero eso no impidió que escalara. Pensaba que iba a tener más problemas pero los encadenes se sucedieron uno detrás de otro. Tampoco muchos no fuera que me volviera a indigestar del atracón.
Tuvimos un día malo, estuvimos a merced de un fuerte viento. Nos obligó a asegurar bien abrigados, a escalar con la térmica puesta, y la fuerza con la el viento empujaba la cuerda hacía que ésta pesara más.
Igual fue mejor así pues la otra opción hubiera sido escalar bajo una tostadora.
Llegamos sobre las 10 y no había nadie, con el paso de la mañana el lugar recuperó su ocupación habitual.




> Carnestoltes al Aigua, 6a/a+.
Es la combinación de la Carnestoltes con el segundo largo de la Jocs d’ Aigua.
Le hago la primera a este combo, la R2 de la Jocs d’ Aigua estaba impoluta. La anilla mimetizada de la reunión no presentaba marcas de haber sido escalada aún.
Es un buen combo de algo más de 35 metros de altura. Con una de 80 sobraba bastante cuerda al descolgarnos, pero con una de 75 igual quedaría un pelín justa. Siempre queda la R de la Carnestoltes.
Los dos largos no tienen nada que ver. En el primero tenemos grandes agarres, tirando a romos sobadillos, pero este día y supongo que gracias al viento que bajaba la temperatura con buen grip, y el segundo es sobre agujas y afiladas regletas, cual navaja, de calcáreo.
Si te gusta escalar vías de metraje largo este combo es una buena opción, es variado y de dificultad muy homogénea.
Al desmontar la vía hay que tener algo de cuidado con cómo queda la cuerda, pues parece que queda como atrapada entre las piedras, en la zona superior, y cuesta esfuerzo, y algo más, recogerla.




> Ministèricos, 6b+/c.-
Esta línea tiene gran parte de su recorrido compartido con la Pesadilla Histérica, lo único que las diferencia es que el acceso hasta el tramo común por la Ministèricos puede que sea más asequible.
Ahora que la he escalado el tramo hasta la repisa no me ha parecido tan difícil como la impresión que me dió cuando la equipé.
El punto más difícil, por la dificultad que puede tener a vista, es el tramo que viene después de la repisa, sobre todo el repecho inicial.
En todo caso, y a pesar de la repisa, es una línea muy homogénea.






> El Hombre Que Ríe, 6b+/c.-
Misma dificultad, diferente problema, diversión también asegurada y buen gusto. Variedad en el día.
Toda la dificultad está comprimida en la sección de la cueva, de una gestión un poco complicada, los romos no ayudan mucho, y hay que tener una buena intuición. Para llegar hasta ahí una interesante sección de redondeces con buenos agarres a encontrar por el tacto; y para finalizar se ataca una placa fisurada que se deja hacer muy bien. No aporta mucha dificultad por la inevitable repisa entre ambas secciones, pero le aporta un punto imprescindible.
Hay que emplear una cinta larga en la cuevita.
De hecho en las 3 vías que escalé este día, en algún punto, hay que poner una cinta larga, o un alargo, para evitar que el roce de la cuerda sea molesto.





Y con ésto ya podía estar contento porque físicamente había respondido muy bien, a pesar de tener el desayuno en la boca, como quien dice, durante toda la mañana. No quise forzar más la suerte y como también la cadera me estaba mandando avisillos, y quería regresar al parking de una forma un poco digna, di por terminado este vertical día.