jueves, 13 de enero de 2011

No hay Tres sin 3, Moisés


Hace poco Tere ha adoptado a un perrito al que ha puesto de nombre Moisés

Tal como se relata en La Biblia, se relata no se historia, un faraón decidió que todos los hijos varones que tuvieran los hebreos fueran arrojados al Nilo.
Lojebed, tía paterna (y esposa) del levita hebreo Amram, dio a luz a un hijo varón al que, según el Talmud, llamó Iekutiel, y le mantuvo escondido durante tres meses.
El Moisés bíblico era el menor de tres hermanos, Moisés -el menor- Aaron y Miriam-la mayor-.
Cuando no pudo mantenerlo oculto durante más tiempo, lo colocó a la deriva del Nilo en una pequeña cesta embadurnada con barro en su interior y brea en el exterior, para hacerla impermeable.
La hija del faraón Ramsés II, llamada Batía en el Talmud, descubrió al bebé, lo adoptó como su hijo, y lo llamó Moisés, que significa ‘salvado de las aguas’. Tal como se explica en el libro Antigüedades judías, del escritor judío Yosef bar Mattityahu (Flavio Josefo): mo: ‘agua’, uses: ‘salvado de’, que coincide con el sentido del nombre explicado por la Torá.

No diría que el Moisés de Tere es idéntico pero presenta grandes similitudes.
Fue adoptado con poco menos de un mes de vida, de una camada de tres.
Según parece si no hubiera sido adoptado su destino era morir pues la pareja que los tenía no podía mantener tanto can -para, mama, tres hijos-.
Entre vacunas y medidas de índole preventivo Se ha pasado tres meses sin salir de casa; o sea que se ha educado en un ambiente humano en lugar de criarse con el resto de la camada. De forma que apenas sabe como comportarse ante otros cuadrúpedos, como apenas lo sabe hacer con los bípedos, ante los no para de hacer fiestas. O sea como el Moisés hebreo que dudaba entre judíos o egipcios, la sangre o la adopción, el nuestro lo tiene más difícil, pues no solo tiene dudas acerca de su raza, pues es una mezcla de varias, sino que su parentesco de entre perros o humanos no lo tiene claro.

Moisés, "La Pulga", a los 4 meses

Sea el paralelismo que sea resulta que cuando Moisés fue adulto decidió tomarse unas vacaciones por el Sinaí. Pues bien; dado que Moisés, no el bíblico sino el perrito de Tere, ya ha recibido el placet veterinario y ha excursioneado algo por Blanes, ahora con cuatro meses ya, le llego el turno de hacer una excursión a un ambiente algo más descontrolado.
Asi que teniendo una previsión de tiempo soleado a partir del mediodía nos fuimos a nuestro sitio predilecto para hacer barbacoas: Tres Tombs. Que creo que es la tercera ocasión en que aparece este lugar en este blog.
Normalmente está lleno, pero en esta ocasión éramos tres gatos (si ya sé que la frase correcta sería: “éramos cuatro gatos”, pero para no romper el hilo temático del tres pues me permito esta licencia literaria).
Es posible que la previsión de mal tiempo para las primeras horas de la mañana desanimara a la gente, eso o que en estos días la madera suele estar más húmeda de lo habitual y cuesta más trabajo encender un buen fuego, como pudimos comprobar al poco de ponernos a ello.

En faena

De todos modos entre nuestra paciencia, esfuerzos y pericía como pirómanos y, todo sea dicho,con la ayuda de otros comensales que nos cedieron sus brasas, al final pudimos hacer nuestra paellita y nuestra carne a la brasa.
El niño, o sea Moisés, al principio algo cortado pues no sabía como ubicarse y porque un cachorro de 6 meses que le doblaba en tamaño lo amedrentó un poco, pues no está habituado a los juegos de entre perros; pues sólo con humanos ha tenido contacto y convivencia. Al final se soltó, recorrió todo el lugar, corrió lo que quiso y comió hasta quedarse lleno. Tan cansado acabó que se pasó todo el viaje de vuelta a casa echado en el regazo de Tere, sin mover las orejas y sin decir ni guau ni tres.

Sólo alimentado con productos de procedencia natural

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