miércoles, 27 de octubre de 2010

Solomon Burke



Ninguno de Nosotros es Libre.

Nació en Philadelphia durante la 2ª Guerra Mundial, el 21 de marzo de 1940. Fué criado por su abuela, que le transmitió su pasión religiosa.
Cantaba en el coro de la iglesia y tal era el chorro de su voz que a los doce años (ya como sacerdote) empezó a participar en espectáculos religiosos itinerantes por varios estados.
Grabó su primer disco en 1954, a los 14 años (’Christmas present from heaven’ con el que vendió un millón de copias).



En 1960 Solomon tenía una trayectoria artística emergente como cantante gospel y una no menor influencia como sacerdote evangelista.
La compañía Atlantic le ofreció ser su próxima estrella de rhythm & blues, pero los ancianos de su iglesia, reunidos en consejo extraordinario, respondieron:
“¡Sacrilegio!”.
El Rhythm & Blues era la música de los bares, de las fiestas y el libertinaje. Sólo había una solución, le dijeron al pupilo, grabar canciones seculares al gusto juvenil, pero sin el contenido inmoral acostumbrado y con un nuevo estilo. Alguien propuso bautizar el nuevo sonido como música del alma. Y todos estuvieron de acuerdo en que aquel era el nombre que buscaban: soul.
Al final, no fue rey del rhythm & blues, ni tampoco del soul, aunque estuvo cerca. Pero como firme creyente en el poder del destino, Solomon se terminó coronando rey: del rock & soul, agraciado epíteto con el que entraría en el altar mayor de la música popular.

Durante las dos décadas siguientes exprimió la vida de músico: grabó, viajó y actuó sin parar hasta modelar una gran carrera. Fue uno de los pioneros del soul junto a James Brown, Ray Charles y Sam Cooke, y por tanto un referente directo de The Beatles, The Rolling Stones y demás del pop británico.
Padrino de Wilson Pickett y Otis Redding, formó con ambos en 1966 el Clan del Soul, que también incluía a Don Covay, Joe Tex y Ben E King.

Su voz era robusta y bien modulada y nunca perdió el toque del gospel. Compuso él mismo muchas de sus canciones, y se iniciaron con Cry To Me, en la que desplegó los arreglos ambiciosos y originales giros que dominarían su carrera y explican porque nunca fue ese superventas que esperaba la Atlantic (nunca gozó de un éxito masivo ni colocó dentro del top-20 ninguno de los singles que grabó para Atlantic en la década de los años 60).
Amante de la música y de todas las músicas, conocía el blues, el rhythm & blues y el gospel tanto como el blanco country. Esa riqueza impregnaba sus canciones como Everybody Needs Somebody To Love; Down In The Valley, Goodbye Baby (Baby Goodbaye), Stupidity, If You Need Me o Tonight’s The Night...



Solomon era un hombre especial. Así lo demuestra su concepto de la música: en la grabación de ‘Music to make love by’, hizo llevar al estudio a varias parejas para que hiciesen el amor y así adecuar el tempo de la música al de los amantes… ‘para que nadie dijese que no servía para lo que anunciaba’, comentaba Solomon.

Solomon derrochaba humanidad en varios sentidos, su masa corporal era equivalente al poderío de su voz (más de 200 kilos que le obligaban a cantar sentado desde un imponente trono), y trasladó a todas las facetas de su vida esa inquebrantable fe en lo divino; sino porque además era un estricto conservante de la continencia en materia de drogas y alcohol y formó una descomunal familia con dos matrimonios que le hicieron padre 21 veces. Esas 14 hijas y 7 hijos le han dado casi un centenar de nietos y más de 20 bisnietos.

Como tantos otros otros quedó fuera de juego en los 70. Grabó y actuó pero menos, pero ha tenido la carrera más longeva de todos sus compañeros de quinta.
Concentró sus esfuerzos en un par de empresas que el proporcionaron buenos beneficios: unas pompas fúnebres, y más adelante, una compañía de limusinas.
Siguó vinculado a la Iglesia Católica y actuó en el Jubileo de la Familia en 1999, en el Vaticano.

En el 2002, el álbum Don’t Give Up On Me, donde interpreta las composiciones escritas especialmente para el álbum de algunos de los mejores artistas mundiales, como Bob Dylan, Brian Wilson, Van Morrison, Elvis Costello y Tom Waits. Fue premiado con los Grammy y le devolvió a los escenarios internacionales, en los que alertaba sobre la violencia y criticaba las guerras y la desigualdad, como lo llevaba haciendo desde sus inicios



En una entrevista concedida hace poco efectuaba estas declaraciones:

¿Qué piensa de la situación actual de la música negra?

Ahh… No contesto preguntas sobre música “negra” o “blanca”. ¿Qué significa eso? Mi vida ha sido un continuo camino para romper barreras y etiquetas. Míreme a mí, soy muchas cosas, soy un hombre, soy negro, soy muy grande, soy el padre de 21 hijos y una persona puede mirarme por primera vez y ver sólo una de esas cosas. Nos han enseñado a etiquetar a la gente y a las cosas, ¿verdad? Pero eso no está bien. Cuando nos conozcamos mejor, podrá ver a través de mi corazón y de mi fé y a lo mejor olvide que soy negro o tengo sobrepeso… o simplemente no le importe más porque se de cuenta que soy más que una de esas cosas, así como usted es algo más que un periodista… Así como todos somos más de lo que simplemente se ve. Ese será el inicio del amor y es lo que busca la música.

Falleció en un vuelo de Los Ángeles a Ámsterdam, ciudad en la que iba a actuar el 10 de octubre de 2010, en el aeropuerto de Schiphol (Holanda).


Adaptado de Pablo Gil para El Mundo, 11 de octubre de 2010- Sección Obituarios.

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