Michel Montignac

Fue el creador de la Dieta Disociada.
Montignac llegó a la nutrición después de años de lucha para controlar su propio peso.
Hijo de una familia de comerciantes, de los que heredó también la obesidad, Montignac quiso dedicarse a la Medicina en su juventud. Sin embargo, su familia no se lo permitió y se decantó por estudiar Ciencias Políticas.
Entró a trabajar como directivo para la empresa farmacéutica Abbott, Y ya en el mundo laboral, muchas veces tenía que asistir a comidas y cenas de trabajo que le impedían adelgazar, y las llegó a odiar, pues ello significaba engordar más.
Decidió luchar definitivamente contra su sobrepeso.



En los años 70 empezó sus investigaciones usándose a si mismo como cobaya en el que probar sus teorías. En lugar de establecer una dieta hipocalórica basada en el control de las calorías, abogó por la selección más que por la limitación, defendiendo que era posible perder peso únicamente eligiendo de forma correcta los alimentos, en base a la compensación, pero sin límites en su cantidad. De esta manera sentó las bases de una dieta disociada, es decir, que no mezcla lípidos y glúcidos en una misma comida.
Montignac se la aplicó a sí mismo y en tres meses perdió 15 kilos, que no volvió a recuperar. Y es que el objetivo de sus investigaciones no era sólo adelgazar, sino lograrlo de forma saludable y permanente.
Según su método, lo que hay que hacer es restringuir los alimentos con alto contenido en carbohidratos (pan, patatras, pasta) y comer a voluntad esos otros ricos en proteínas (carne, pescado y derivados lácteos, entre otros).
Según él, el comer alimentos ricos en carbohidratos -que tienen un alto índice glucémico- provoca la hiperactivación del páncreas y desencadena un incremento del nivel de insulina y eso estimula la sensación de hambre y favorece la acumulación de grasas.
De este modo, la cerveza, el arroz blanco, todas las pastas, panes y galletas producidos con harina blanca, la patata y el azúcar son los peores enemigos. Las verduras, la fruta fresca, la soja, los cacahuetes, la mermelada sin azúcar, las legumbres, los lácteos, el zumo natural, los cereales integrales o los guisantes, los más beneficiosos.


Con el método ya establecido y probado en sí mismo, Montignac se lanzó a la publicación de su primer libro en 1986: Como Adelgazar en las Comidas de Negocios, dirigido principalmente a sus antiguos compañeros de trabajo que se veían obligados a realizar comidas o cenas de trabajo, a menudo interminables y copiosas.
En Francia se vendieron más de 500.000 ejemplares.
Al año siguiente lanzó su versión para el gran público: Comer Para Adelgazar (Je Mange, Donc Je Maigris). Publicada en más de 40 países vendió más de 16 millones de ejemplares.



El método Montignac no es una dieta en el sentido tradicional de la palabra. Una dieta, en el sentido de regimen para adelgazar, es una manera de alimentarse que, de un punto de vista cuantitativo y restrictivo, solo se puede seguir durante un tiempo limitado. Montignac en cambio propone un modo alimenticio equilibrado y no restrictivo cuantitativamente. Más que una dieta en el sentido convencional, lo que propone es un estilo de vida.
Sin embargo se debe tener en cuenta que el aumento de la proporción de proteinas en la dieta puede causar daños renales y hepáticos; por lo que es aconsejable conocer cuál es el estado de salud personal antes de adentrarse por este camino.
Con gran popularidad entre el público y menos entre la comunidad médica publico una veintena de libros sobre adelgazamiento, salud y nutrición. Intervino en numerosos congresos y salones especializados y comercializó una gama de productos nutricionales “bio” para adelgazar basados en su dieta.

Nació en Francia en 1944.
Murió el domingo 26 de agosto de 2010 en Annemasse, Francia.

Adaptado de Marta Guzmán para El Mundo del 27 de agosto de 2010. Obituarios