Tras comer, nos dirigimos a la siguiente visita concertada: El Museu del Castell de Peralada
Es un conjunto de cuatro: Iglesia del Carmen, La Biblioteca, El Museo del Vidrio y la Cerámica y el Museo del Vino. Todo ello en un antiguo convento de carmelitas del siglo XIV.
En esta época del año, las visitas son guiadas cada hora, la primera era a las 16, nosotros fuimos a las de las 17. Estuvimos nosotros solos con la guía, circunstancia que esta época del año se ve que es la habitual.
Es un conjunto de cuatro: Iglesia del Carmen, La Biblioteca, El Museo del Vidrio y la Cerámica y el Museo del Vino. Todo ello en un antiguo convento de carmelitas del siglo XIV.
En esta época del año, las visitas son guiadas cada hora, la primera era a las 16, nosotros fuimos a las de las 17. Estuvimos nosotros solos con la guía, circunstancia que esta época del año se ve que es la habitual.
Convent del Carme i Museu del Castell de Peralada - Jardin y Murallas |
El lugar es encantador y lleno de historia. La guía a medida que se recorre el recinto va dando unas pinceladas. Pienso que si tuviéramos algún conocimiento de dónde nos metíamos ella se podría haber extendido más, cómo no teníamos ni idea de donde nos adentrábamos pues como primera impresión ya estuvo bien.
En la época de la Desarmotización fue convertida en escuela. Las aulas estaban ubicadas en lo que ahora es el Mueso del Vidrio y Cerámica y la Iglesia servía de teatro y expositor. Este conjunto estaba comunicado con el Castell por medio de un puente/paso elevado.
La iglesia, conocida también como la Capilla del Castillo, a parte de servir para los oficios religiosos, como bodas, también se utiliza como sala de conciertos.
El techo es de madera y está pintado.
Las paredes están recubiertas con una capa de yeso y camuflado como si fuera de piedra.
Las obras de arte actuales son de época de los condes o de Miquel Matéu i Pla, compradas por él y en general obra de autores anónimos.
Destacan los tres tapices del ábside, hechos en Bruselas en el siglo XVII, especialmente importante el central, hecho a partir de un cartón de Rubens, y la colección de plata cordobesa desde finales del siglo XVI hasta el siglo XVIII.
En las paredes del claustro encontramos la única colección de museo que no fue formada por D. Miquel Matéu i Pla: la colección lapidaria. Esta fue adquirida por los Condes de Peralada a un maestro de Figueras, el Sr. Trayter, que además de coleccionista fue el primer profesor que tuvo Salvador Dalí.
Después visitamos el Museo del Vidrio y la Cerámica
Nos encontramos con una apabullante y abultada colección de objetos de vidrio, platos de cerámica y monedas. Si nos estas en la materia te pierdes y no sabes que mirar y como mirar. Nosotros no estábamos en la materia y nos dejamos guiar por el instinto y la visual. Y claro hay detalles que te pierdes y que te estar en situación pues los hubiéramos podido disfrutar, como el de los botijos. Eso no quita que con nuestra sensibilidad de urbanistas del S XXI luego supieramos estar en posición de apreciar lo que veíamos.
Yo pienso que la guía nos vio de pardillos y tampoco entró mucho en materia.
Entresaco algún detalle, a posterior de la exposición y si alguien se anima a visitarla le alecciono a que se lo lea antes de ir.
La colección de vidrio es a la que Miquel Matéu i Pla se dedicó más directa y constantemente.
El Museo del Vidrio es el más importante de España, con la colección de un solo propietario y uno de los más importantes del mundo entre las colecciones privadas. Tiene más de 2.500 piezas de vidrio antiguo que recorren desde el Egipto faraónico hasta el siglo XIX.
Sobresale la colección de botijos, la más numerosa dentro de nuestra colección de vidrio, ya que en Cataluña, durante los siglos XVII al XIX se ofrecían como regalo de bodas. Observándolos podremos reconocer el sexo de los botijos, ya que los hay machos y hembras.
La colección de cerámica cuenta con unas 1000 piezas, casi todas españolas fechables entre los siglos XIV y XIX. Entre ellas destacan la práctica totalidad de las distintas series catalanas, así como los azulejos de “oficis”, o los azulejos de calaveras del siglo XVI del Convento de los Ángeles de Barcelona.
La colección numismática que, con más de 2000 piezas con catálogo publicado abarcan desde una serie de dragmas ampuritanos a otra de la monarquía española. Destaca como ejemplar excepcional una moneda única de Hugo IV de Ampurias con espada en lugar de heráldica.
Nuestra siguiente parada fue La Biblioteca, que es uno de los elementos culturales y de más fama y reconocimiento internacional. Siendo posible consultar la información allí almacenada Tres cuartos de lo mismo. Te fijas en lo primero que tienes a la vista y no sabes que mirar o preguntar.
Según parece la condición universitaria de los condes (de los dos hermanos uno era abogado y el otro ingeniero de minas) y sus múltiples intereses, (personajes de la Renaixença, al tiempo que pertinaces viajeros, con una posición familiar equidistante de Peralada, Mallorca y París) les impelieron a la búsqueda de ejemplares humanísticos y científicos, aparte de la suscripción a las mejores revistas de su época. Al extinguirse la familia directa (1899), la biblioteca constaba de unos 20.000 volúmenes.
El techo es de madera y está pintado.
Las paredes están recubiertas con una capa de yeso y camuflado como si fuera de piedra.
Las obras de arte actuales son de época de los condes o de Miquel Matéu i Pla, compradas por él y en general obra de autores anónimos.
Destacan los tres tapices del ábside, hechos en Bruselas en el siglo XVII, especialmente importante el central, hecho a partir de un cartón de Rubens, y la colección de plata cordobesa desde finales del siglo XVI hasta el siglo XVIII.
En las paredes del claustro encontramos la única colección de museo que no fue formada por D. Miquel Matéu i Pla: la colección lapidaria. Esta fue adquirida por los Condes de Peralada a un maestro de Figueras, el Sr. Trayter, que además de coleccionista fue el primer profesor que tuvo Salvador Dalí.
Después visitamos el Museo del Vidrio y la Cerámica
Nos encontramos con una apabullante y abultada colección de objetos de vidrio, platos de cerámica y monedas. Si nos estas en la materia te pierdes y no sabes que mirar y como mirar. Nosotros no estábamos en la materia y nos dejamos guiar por el instinto y la visual. Y claro hay detalles que te pierdes y que te estar en situación pues los hubiéramos podido disfrutar, como el de los botijos. Eso no quita que con nuestra sensibilidad de urbanistas del S XXI luego supieramos estar en posición de apreciar lo que veíamos.
Yo pienso que la guía nos vio de pardillos y tampoco entró mucho en materia.
Entresaco algún detalle, a posterior de la exposición y si alguien se anima a visitarla le alecciono a que se lo lea antes de ir.
La colección de vidrio es a la que Miquel Matéu i Pla se dedicó más directa y constantemente.
El Museo del Vidrio es el más importante de España, con la colección de un solo propietario y uno de los más importantes del mundo entre las colecciones privadas. Tiene más de 2.500 piezas de vidrio antiguo que recorren desde el Egipto faraónico hasta el siglo XIX.
Sobresale la colección de botijos, la más numerosa dentro de nuestra colección de vidrio, ya que en Cataluña, durante los siglos XVII al XIX se ofrecían como regalo de bodas. Observándolos podremos reconocer el sexo de los botijos, ya que los hay machos y hembras.
La colección de cerámica cuenta con unas 1000 piezas, casi todas españolas fechables entre los siglos XIV y XIX. Entre ellas destacan la práctica totalidad de las distintas series catalanas, así como los azulejos de “oficis”, o los azulejos de calaveras del siglo XVI del Convento de los Ángeles de Barcelona.
La colección numismática que, con más de 2000 piezas con catálogo publicado abarcan desde una serie de dragmas ampuritanos a otra de la monarquía española. Destaca como ejemplar excepcional una moneda única de Hugo IV de Ampurias con espada en lugar de heráldica.
Nuestra siguiente parada fue La Biblioteca, que es uno de los elementos culturales y de más fama y reconocimiento internacional. Siendo posible consultar la información allí almacenada Tres cuartos de lo mismo. Te fijas en lo primero que tienes a la vista y no sabes que mirar o preguntar.
Según parece la condición universitaria de los condes (de los dos hermanos uno era abogado y el otro ingeniero de minas) y sus múltiples intereses, (personajes de la Renaixença, al tiempo que pertinaces viajeros, con una posición familiar equidistante de Peralada, Mallorca y París) les impelieron a la búsqueda de ejemplares humanísticos y científicos, aparte de la suscripción a las mejores revistas de su época. Al extinguirse la familia directa (1899), la biblioteca constaba de unos 20.000 volúmenes.
Al adquirir el castillo Miquel Matéu i Pla adquirió la biblioteca íntegra, susceptible además de gran incremento. Su actividad de bibliófilo fue frenética, siendo en su época uno de los mejores compradores de libros de España. Hizo una biblioteca temática, fundamentalmente histórica, literaria y bibliofila, es decir, libros con calidad propia, independientemente de su tema.
La colección más importante es la cervantina, con múltiples primeras ediciones de El Quijote y ejemplares en 33 idiomas.
Cada año la biblioteca hace una exposición temática, el tema de este año es Darwin Vs La Biblia. Para ello editan trípticos sobre el tema, recrean cuadros al uso, como este de las meninas-monas o ponen en un lugar preferente una botella de anís del mono, ya que el mono de la etiqueta tiene el rostro de Darwin.
La biblioteca es también el escenario habitual para las bodas civiles.
Finalmente visitamos el Museo del Vino, un lugar más cercano a nuestras inquietudes. En el sótano, con un fuerte ambiente de humedad y moho.
Ubicado en parte de las antiguas bodegas de los frailes carmelitas, donde se inició la elaboración de los vinos del Castillo de Peralada desde el siglo XIV.
Comedor popular catalán instalado dentro de una gran cuba, escenografía que sirvió de stand para la feria en que D. Miquel Matéu i Pla presentó sus vinos por primera vez al público. En esta misma sala se expone un trampantojo de Pedro Borrell del Caso, “Payés con racimo” de 1890
La visita finaliza con un paseo por la bodega donde se elabora el cava Gran Claustro. El único que en la actualidad se elabora en Peralada, ya que es resto se producen en el Penedès.
Para acabar la jornada no podíamos dejar de visitar la fachada renacentista del actual Castell de Peralada, reclamo turístico-emocional de la villa.
El primer castillo, estaba cerca de la iglesia de Sant Martí y fue destruido, el actual es el segundo castillo. Fue adquirido por Miguel Mateu en 1923. Actualmente el 20% del castillo es privado, para uso de los dueños, y el 80% restante es para uso del Casino.
Ubicado en parte de las antiguas bodegas de los frailes carmelitas, donde se inició la elaboración de los vinos del Castillo de Peralada desde el siglo XIV.
Comedor popular catalán instalado dentro de una gran cuba, escenografía que sirvió de stand para la feria en que D. Miquel Matéu i Pla presentó sus vinos por primera vez al público. En esta misma sala se expone un trampantojo de Pedro Borrell del Caso, “Payés con racimo” de 1890
La visita finaliza con un paseo por la bodega donde se elabora el cava Gran Claustro. El único que en la actualidad se elabora en Peralada, ya que es resto se producen en el Penedès.
Para acabar la jornada no podíamos dejar de visitar la fachada renacentista del actual Castell de Peralada, reclamo turístico-emocional de la villa.
El primer castillo, estaba cerca de la iglesia de Sant Martí y fue destruido, el actual es el segundo castillo. Fue adquirido por Miguel Mateu en 1923. Actualmente el 20% del castillo es privado, para uso de los dueños, y el 80% restante es para uso del Casino.
El Roc, símbolo de los Rocabertí, es la representación heráldica de la torre de ajedrez. Se utiliza en los escudos de familias que contiene esta palabra: Rocamora, Rocabertí. En Peralada es un elemento constante en chimeneas, puertas, suelos (en la iglesia del Carme, por ejemplo, dicho símbolo está repetido hasta la saciedad en un suelo de azulejos) y tapices; y además da seña de identidad a sus vinos y cavas.
Ya para despedirnos decidimos hacer un acopio de productos artesanales de esta tierra en una tienda al uso
En Perelada el vino es una herencia del siglo XV (en la biblioteca se conservan documentos y pergaminos de la época que así lo atestiguan). Los monjes carmelitas construyeron las bodegas del convento, en las que elaboraban vino para el Condado de Peralada a partir de la uva procedente de los viñedos de la zona.
Estas bodegas siguen en funcionamiento en la actualidad.
Las plagas del siglo XIX y la sobreproducción hacen estragos y marcan un antes después. Antes de estos acontecimientos se disponían de cultivos de bajo rendimiento que producían caldos de pobre calidad. Después se cultivo en lugares óptimos para producir vinos de calidad.
Cuando Miguel Mateu compró este conjunto monumental en 1923 uno de sus principales objetivos fue la revitalización de esta tradición vitivinícola, y consiguió la tecnología para elaborar unos vinos que sacan el máximo partido de los matices de los suelos y viñedos del Empordà.
Antes el Alt Empordà era conocido por producir vinos de mesa, ahora tiene vinos de calidad y autor, reconocidos internacionalmente y que se combinan con la gastronomía de la zona.
Vinicolamente esta zona es recogida como la D.O. Empordà-Costa Brava, a la que hay que sumar la D.O. Catalunya.
A raíz del éxito del champagne rosado de Castillo Perelada en los mercados internacionales, particularmente en Gran Bretaña, en 1960; los productores franceses recurrieron a los tribunales para obtener la exclusividad en el uso del nombre de su zona. Lo consiguieron, por lo que desde entonces otras zonas utilizan denominaciones alternativas, como la D.O. Cava.
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