miércoles, 31 de marzo de 2010

El Código Prehistórico


Las conocidas pinturas rupestres tales como bisontes, caballos, cazadores,,, se acompañaban de unas marcas grabadas o pintadas. La espectacularidad y colorido de las primeras ha eclipsado a las segundas. Ahora han ganado protagonismo pues se han convertido en un tipo de escritura utilizado en la Edad de Piedra y que se repite en todos los yacimientos del planeta.
Se han identificado 26 signos o marcas tales como puntos, agujeros, triángulos, espirales, cuadrículas y huellas de manos. Estas fueron utilizados durante 20.000 años sin interrupción en casi todas las cuevas prehistóricas datadas entre 40.000 y 10.000 años. No han sido dibujados al azar y se discute si tuvieron un origen común o emergieron de forma independiente en diferentes regiones.
En el sur de Francia y en España hay buenas muestras de este código.

Hasta ahora a nadie se le había ocurrido comparar las marcas de todas las cuevas, incluidos continentes.

Genevieve von Petzinger, alumna de la Universidad de Victoria (Canadá), bajo la supervisión del arqueólogo April Nowell, decidió abordar la ingente tarea de elaborar una base de datos y sus conclusiones han abierto un debate en torno al origen de la misteriosa escritura.
Dicha arqueóloga tras pasar un año recopilando los más de 5.000 signos de 146 cuevas francesas del Paleolítico y visitando marginalmente añadió las de otros continentes, como Australi o Sudáfrica, comprobo que 26 de los signos se repiten constantemente a lo largo de 25.000 años de historia
"Visité 11 en Francia para vivir la sensación de tener las marcas delante, pero la mayor parte del trabajo consistió en recoger inventarios que ya existían, lo que ha permitido tener una mirada a través del espacio y del tiempo e identificar tendencias que no se habían observado"



Esta arqueóloga defiende en su trabajo es que hubo un código simbólico, y universal, mucho antes de lo que se creía.
Que hace 30.000 años ya se usaba el 70% de los 26 signos del código, lo que sugiere una invención temprana del mismo, puesto que antes debió haber un periodo de experimentación, y que lo utilizaron durante 20.000 años, así que es difícil que se tratara de marcas intrascendentes..
No es una auténtica escritura pues no hay gramática (la primera con tal nombre apareció hace unos 6.000 en Oriente Medio). La mayoría son símbolos básicos (líneas, espirales, puntos , cuadrados...) los hay también más complejos, como si fueran pictogramas (dos líneas que se interpretan como dos cuernos esquemáticos de un mamut), símbolos abstractos de una determinada idea.
"En realidad, no conocemos que significaban, pero no necesito saberlo para comprender que obviamente eran signos muy importantes para la gente que los dibujó y, por ello, se repiten durante mucho tiempo; además, se pintan en unas zonas determinadas, no en cualquier parte."

Otros no comparten sus ideas, como el arqueólogo francés Jean Clottes, estudioso del chamanismo prehistórico y que dirigió los trabajos de la cueva Chauvet: "No es posible que los signos permanecieran más de 100.000 años. Es más factible creer que se coincidió en algunas formas por casualidad" y reconoce la importantísima labor de su colega, algo que no se había hecho ni en Francia ni en España pese a contar con material de primera mano.
Apunta que casi todo este período está en las partes más ocultas: "Lo que pintaban en el exterior no se ha conservado, pero el interior quizás lo decoraban con esmero porque creían que eran lugares con un poder sobrenatural, altares en los que nunca vivirían... De lo que no hay duda es que eran como nosotros".

Tampoco se tiene muy claro cual es el origen de esta pre-escritura.
Para Von Petzinger, la "sensación" es que hubo un pequeño grupo de signos sencillos, como manos invertidas o puntos agujereados en las paredes, que se inventaron en África. Luego en cada zona se agregaron de nuevos.
"Desde Eurasia se transmitieron a América, pero Australia, tras su poblamiento hace unos 40.000 años, no tuvo contacto con otras partes; la mejor conjetura es que se iniciaron en África."

Cueva del Llonin o Cueva del Queso o Concha de la Cova

César González, por contra, experto español en arte paleolítico de la Universidad de Cantabria: "Lo que se repite en todo el mundo son los signos más sencillos, formas naturales como manos o puntos que surgen de forma automática y que pueden tener muy distintos significados. Del mismo modo que a los egipcios y a las civilizaciones andinas se les ocurrió, de forma independiente, hacer pirámides. Pero los signos más complejos son específicos de zonas concretas. En el norte hemos comprobado signos diferentes en Cantabria y en Asturias y otros que, según la época, tienen relación con los de Francia". En su interpretación, no sólo los signos son símbolos, también las escenas complejas. "Las composiciones pictóricas paleolíticas son recurrentes y también plasman mensajes complejos".
En las grandes cavidades cantábricas, en ocasiones, los signos abstractos están más escondidos que los animales, en cámaras en las que son las únicas representaciones sobre las paredes. "Signos y animales se hicieron a la vez; desde el inicio hubo complejidad creativa. Nada indica que antes de esa explosión hubiera algo previo. Tampoco es posible saber que significaban. Son hipótesis inverificables." Evidentemente aquí ni hay recursos ni personal para hacer un trabajo como el de Von Petzinger.

Von Petzinger quiere incorporar en su base de datos los inventarios de las cuevas españolas. "Me intriga mucho que en el norte haya lugares donde sólo hay formas geométricas, algo que no hay en Francia. Y hay dos signos, uno peniforme, relacionado con la cabeza, y otro llamado aviforme que sólo están en Francia y España. También quiero incorporar otros países europeos para entender como viajaron los signos, comprobar si siguieron las rutas de emigración y las redes comerciales, donde quizás se intercambiaron, junto con las mercancias. En Francia ya se ha visto cómo viajaron al sur cuando el norte se congelaba. Es un estudio emocionante."

La Cueva de las Manos del Alto Río Pinturas - Patagonia

Recogido de El Mundo de 07/03/2010. suplemento Eureka, sección Antropología

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