El domingo 05/07/2.009 salimos de BCN con la intención de recorrer en 4x4 una ruta del Parc Natural del Montseny. La idea era comenzar visitando el Turó de Tagamanent y acabar en el Pantano de Vallforners (Cànoves). A la hora de la verdad parece que dicha pista ya no existe y el día consistió en una visita larga e intructiva, y a posteriori muy recomendable; de la zona del Turó de Tagamanent y el Parc Etnològic de Tagamanent (La Calma), en el Vallès Oriental.
El Parc Natural del Montseny depende de el Àrea d'Espais Naturals de la Diputació de Barcelona i Àrea de Medi Ambient de la Diputació de Girona.
Turó de Tagamanent y Pla de la Calma |
Llegamos a Tagamanet y seguimos los indicadores que nos llevan al Parc Etnològic - La Calma. La carretera alterna trozos asfaltados con otros de pista apta para todos los vehículos (audis, BMW, Volvo, etc.).
La subida nos ofrece las primeras vista de de Els Cinglers d'en Bertí.
Como no hay prisa e íbamos en busca de la dichosa pista, pasamos de largo el núcleo turístico y nos subimos hasta el Pla de La Calma. Al ser uno de los lugares altos del Montseny es una zona de fuertes contrastes, tanto del día a dia (temperatura alta de día y bajas por la noche) como de el verano al invierno (temperaturas altas frente a nieve y heladas). Esto hace que los árboles se desarrollen con dificultad y de la un aspecto muy desangelado comparado con la arboleda que nos ha acompañado durante el camino de subida. Predominan pequeños árboles, matojos y pradera, que la actividad ganadera ha extendido.
Paisaje de el Pla de la Calma, con su característica vegetación.
Regresamos por donde hemos venido. En El Bellver nos informan de dicha pista se encuentra en muy mal estado y está cerrada al tráfico. Esta circunstancia nos decide a visitar la zona en la que nos encontramos que también tiene su atractivo.
Lo primero para hacer tiempo antes de comer es visitar el Turó de Tagamanent, de 1.055 mt de altura.
El Turó, de característica silueta, es un conjunto de roca calcárea que corona el sector occidental del Parc Natural y separa la Calma del Congost. Se aparca sin dificultad a pie del sendero de acceso. Este es un típico sendero en "S", subes suave, caminas un poco y apenas notas que te cansas. Para los que tienen prisa hay atajos más empinados.
Desde el Turó de Tagamanent tenemos buenas vistas, y si el día es muy claro y tienes vista de águila o menor unos primáticos puedes disfrutar de toda una panorámica.
Son visibles la plana de Vic, la plana del Vallès, la Garriga, los Cingles d´ en Bertí (que s'alzan sobre los 500 m sobre el nivel del mar extendiéndose desde Montmany hasta a Sant Feliu de Codines i Centelles), el Pic del Vent, Sant Llorenç de Munt, les cingleres de Sau, Centelles, el Puigsagordi e incluso si el día es bueno se puede ver débilmente Montserrat por encima de Sant Llorenç.
Por otro lado se pueden ver el Puigmal, Bastiments, el Pic de l´ Infern, el Pic del Freser, el Canigó...
Y si nos situamos detrás del conjunto arquitectónico podemos visualizar el Pla de la Calma, esa amplia extensión de vegetación arbustiva, resultado del clima, la agricultura y la ganaderia. También visualizamos las masias de Bellver Y l'Agustí, recientemtne restauradas y el collado de Sant Martí.
En la cima se levanta la iglesia de Santa Maria de Tagamanent, de estilo románico, documentada desde el siglo X.
El 1098 es cedida al monasterio de Santa Fe de Cuencas con el fin de que instaurara una comunidad. Esta cesión no se realizó nunca, y los vizcondes de Cardona lo cedieron a Sant Pere de Casserres, en el siglo XII. Cuando Casserres cayó en decadencia la comunidad de Tagamanent no tuvo duración, si es que alguna vez se llegó a establecer. Desde el siglo XVI figura como parroquia. A comienzo del siglo XIX el lugar cae abandonado.
Iglesia Santa María de Tagamanet
Desde el siglo XVI fue considerada santuario mariano, compartía la plataforma del cerro con el castillo homónimo y en una de sus paredes guarda un misterioso secreto. En la parte izquierda de la fachada hay un bloque de piedra empotrado que presenta una curiosa decoración esculpida: una pandilla de elementos de carácter vegetal organizados simétricamente y a manera de friso. Consisten en una clase de flores de cuatro pétalos inscritas en círculos. Son las denominadas rosetas. Hace unos 80 cm de anchura por unos 40 de alzada y es fácil de encontrar si se busca en la ventana del lado izquierda de la fachada principal. El carácter austero de la pieza ha hecho pensar que quizás se refugiaron al castillo algunos càtaros que huyeron de la persecución a la que los sometieran el Papa y el rey de Francia. Precisamente defendiendo sus súbditos de esta terrible cruzada, el rey catalán Pere el católico fue vencido y muerte a la batalla de Muret (1213).
A la planta original se le añadieron dos naves laterales en el gótico tardío. En siglos posteriores se añadirían diferentes obras en la fachada, naves laterales y el campanario. Actualemente presenta un buen estado por la restauración efectuada en 1.984.
De el castillo de Tagamanent, situado a la cumbre y compartiendo sede con la iglesia de Santa Maria, hay documentación desde el año 947 y pronto aparece como feudo de los vizcondes de Osona. En el siglo XV pasó a los Montbui y, más adelante, a los Rocabertí. El 1269 fue recuperado por Jaume I y se convirtió en lugar real (en 1383-1419 fue de Berenguer de Hostalric). El castillo tuvo un importante papel en la guerra contra Joan II. También ha sido lugar de reuniones de influyentes personajes de la cultura catalana, como Lluís Millet y Amadeu Vives, fundadores del Orfeón Catalán, Santiago Rusiñol y Joan Maragall, entre otros, en la Figuera.
Tras visitar el Turó, nos vamos a comer a El Bellver, habíamos reservado previamente la mesa.
La Calma. Parc Etnològic de Tagamanent. Es una entidad gestora en régimen de concesión administrativa de la Casa Museu l'Agustí i la Masia Bellver, equipamientos de la Diputación de Barcelona. La etnología se dedica al estudio comparativo de los grupos humanos y su cultura. Incluyendo, en un lugar muy importante, el sistema económico.
Es hora de ir a comer.
La Masía Bellver es el primer edificio del Pla de la Calma; originaria del sigle XIV.
La primera noticia sobre aparece datada el 15 de mayo de 1374, cuando se menciona el nombre de Bartomeu de Bellver. Aún así, observando la tipología arquitectónica de la masía, en concreto el cortijo, se puede afirmar que se remonta a los siglos XI o XII. Bellver, en su origen, fue una torre de vigilancia, y sólo posteriormente evolucionó hasta adquirir una estructura muy parecida a la de una masía clásica
Actualmente, y tras una restauración reciente llevada a término por la Diputación de Barcelona, la masía hace las funciones de restaurante y de punto de información del Parque Natural del Montseny, al tiempo que conserva la estructura original que se creó el siglo XVIII.
El recibidor de El Bellver que hace las veces de punto de información del Parc Natural
El lugar tiene un aspecto rústico que nos gustó y además esta bien acondicionado. Es un buen sitio donde ir.
El menú no es muy amplio ni muy abundante. Es curioso, funcional y está enfocado a la consumición de productos de elaboración propia, bien de las cercanías, bien de un poco más lejos, como el aceite de Siurana.
Abren los sábados, domingos y festivos, de 9 a 17 horas; y el Tfno de contacto es el : 937.445.082
Hay tres salones de comedor. Éste es el primero que encontramos
Sirven desayunos (de 09-11 horas) y comidas (de 13-16 h) El precio del menú fué de 27€ (+7%IVA) con un cargo adicional por consumir toda la botella de vino (en el menú te entra la mitad) e incluye un ticket gratis para la visita guiada de la Casa Museu Agustí (pase de las 16:30). Menú Infantil de 12€ (+7%IVA).
El lugar, cuando estuvimos nosotros, estaba regentado por dos personas, el cocinero y la encargada de las mesas; la verdad es que no dieron a basto ese día.
También se puede encontrar en Facebook, en el Grupo: "La Calma - Parc Etnològic de Tagamanent".
Después de comer, ya que teníamos la entrada para visitar Ca L'Agustí pues la aprovechamos, nosotros y un montón de parejas todas con sus niños que había recalado a comer también allí
La Casa Museo l'Agustí es actualmente un museo etnológico dedicado a mostrar la vida rural en el Montseny a principios del siglo XIX.
Fachada principal de Ca L'Agustí
Cortijo (Mas) y masía no significan lo mismo. Masía son estrictamente las edificaciones, las casas solariegas o de labrador. El cortijo (o mas) hace referencia a la unidad de explotación como tal. Es decir, al conjunto de edificios, bosques, sistemas hidráulicos, huertos, pozos y de otros elementos que, en definitiva, permiten que las personas prosperen a la masía.
El cocinero de El Bellver es el encargado de hacer la visita guiada.
La visita guiada nos lleva por los corrales de las vacas y ovejas, la cocina, la panaderia, el salón principal, las habitaciones de los dueños y del heredero principal. Se ha añadido un sistema de locuciones que reproducen una hipòtética conversación de el último Agustí -nos da la bienvenida a la masia-, un conjunto de olores y aromas (espígol, cenizas,...) que nos acompañan durante toda la visita -según que habitación se huele un aroma u otro- y finalmente un audiovisual sobre la vida en los cortijos (masos) del Plan de La Calma. Nos muestra como sus antiguos habitantes se adaptaban a un entorno difícil, explotando de manera racional todos los recursos que tenían a su alcance y estableciendo una fructífera relación productiva con su entorno.
Este es el corral de ganado vacuno, vacas, bueyes,... Como estos animales eran los que más calor aportaban a la casa por su tamaño y sus deposiciones, lo normal es que la habitación sita encima de este establo fuera la más caliente de la masia y que fuera, por tanto la habitación del amo.
En su época de máximo esplendor Ca L'Agustí tenía a unas 20 personas trabajando. Este esra el comedor habitual, donde comían todos , salvo celebración especial. La puerta del fondo corresponde a una estancia que era: cocina, lavadero -muy práctico pues las cenizas de la cocina se mezclaban con el agua caliente durante la colada para hacer lejía- y panadería -la humedad de la zona era ideal para producir pan, unas piezas de unos 8 kilos y que duraban unos 20 días, durante la fabricación era en tiempo del cotilleo-.
Corral ovejero con su oveja de cartón y un montón de retacos que no, no son de cartón.
En el Salón principal, aparte de celebrar fiestas importantes, también cabían celebraciones religiosas pues un Agustí se ve que obtuvo una dispensa religiosa o estuvo relacionado con el clero y hay una pica bautismal, para bautizos; se encuentran los símbolos del poder de la época: el reloj de pared y la vajilla. El equivalente a tener dos ferraris en el garaje hoy día.
La habitación del heredero, Hereu o Publilla, según fortuna biológica.
Sólo por la habitación del Hereu/Pubilla se podía acceder a la Galería. Era un lugar de exibición o de prestigio el estar allí.
Contentos por el día tan bien aprovechado que nos ha quedado, ¡quién lo diría la salir de casa!, decidimos regresar por el otro lado y así tener referencias para un futuro viaje.
Tere y cabras en la Masía El Molar, pasado el Pla de La Calma.
Joer Fernando...cuántas fotos!
ResponderEliminarDeduzco que ya estás bastante bien de la pata, no?
:)
Hola Marieta.
ResponderEliminarSe hicieron unas 130 fotos, seleccione 70, y luego tengo el problema de ¿que foto es la más representativa del momento?; y... llegamos a este resultado.
La pìerna un poco mejor, pero a días. Ese día sólo tuve que conducir, que si son muchas horas cansa. El caminar fue suave. Subir el Turó desde el parking no tiene mayores problemas, para bajar tuve alguno. Caminar de El Bellver a L'Agustí era llano y estaba cerca.
Acabe físicamente muy agotado y la cadera algo cargada.
Besos