La siguiente entrada es una reflexión personal, con la que otras personas se pueden sentir más o menos identificadas, y no refleja de forma global el sentir del colectivo XESCA-AES.
El Desarrollo Sostenible -definido por la OMS en 1.987- es satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades.
El Observatorio para la Sostenibilidad de España, fundado en 2.005, lo mide realizando análisis sobre el comportamiento ambiental de nuestro país, lo que implica el uso de decenas de indicadores para la medición de variables que van desde el consumo de agua, al reciclaje o las pautas de movilidad de los ciudadanos. La suma de todo ello permite realizar un diagnóstico de la situación general del país expresable mediante índices. Algo así como un chequeo médico sobre una sociedad que consume recursos, emite desechos y ocupa terrenos.
La “huella ecológica” es el “área de territorio ecológicamente productivo necesario para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población dada.”
La huella ecológica de la mayoría de las ciudades españolas supera la biocapacidad disponible de sus provincias, siendo especialmente destacado en el caso de Madrid, Barcelona, Bilbao y Zaragoza.
La mayor amenaza para el medio rural es la despoblación y el abandono del campo, induciendo mayores déficits de estructuras y servicios que reducen las oportunidades y la calidad de vida de los habitantes rurales.
Se propone fomentar el uso de sistemas integradores de los sistemas urbano y rural considerando la prestación de los bienes y servicios que proveen los ecosistemas y el mundo rural para el bienestar humano.
Un servicio de compensación, como el pago por servicios ambientales, puede potenciar el mantenimiento de la provisión de bienes y servicios de los ecosistemas rurales hacia los urbanos; con estos se pretende que zonas en riesgo ambiental, social y cultural logren avanzar hacia un desarrollo sostenible, con acciones de conservación y la gestión y ordenación del territorio a través de este tipo de incentivos.
La idea o concepto es adecuar la sostenibilidad de la escalada con la sostenibilidad de las zonas en que se practica. La sostenibilidad en la escalada tiene que ver actualmente con el impacto que se produce en la naturaleza y en el medio ambiente: accesos, desechos, conservación y cuidados bio-geológicos,..
Los escaladores consumimos recursos (combustibles en nuestros desplazamientos, accesos y salidas, desgaste de la roca,...), emitimos desechos (necesidades fisiológicas, basura,...), ocupamos espacio y ¿creamos riqueza local? (panaderías, restaurantes, campings,...).
¿Sería posible medir la sostenibilidad de la escalada?
¿Podríamos llegar a conocer cuál es el número de escaladores que es capaz de soportar una zona, bien diario, semanal o anualmente, de escalada sin que esta se degrade o que sufra un impacto mínimo?; ¿Cuál es nuestra huella ecológica?;
¿Se pueden considerar las zonas de escalada como un ecosistema, como un servicio medioambiental, que provee el medio rural al urbano?;
¿Hasta que punto la escalada beneficia la sostenibilidad rural?;
¿Cómo se tendría que implicar el colectivo en ese concepto de sostenibilidad?.
No es baladí el conseguir una/a unidad/es de medida, una unidad de medida da un patrón de objetividad sobre que el que se pueden tomar decisiones y adoptar medidas. Una unidad de medida subjetiva es muy poco práctica, todos tienen razón y no se llega a ningún sitio.
Si alguien quiere aportar alguna idea...
Basado en un artículo de Pedro Cáceres para El Mundo del 13-marzo-2.009. Suplemento Natura
El Desarrollo Sostenible -definido por la OMS en 1.987- es satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades.
El Observatorio para la Sostenibilidad de España, fundado en 2.005, lo mide realizando análisis sobre el comportamiento ambiental de nuestro país, lo que implica el uso de decenas de indicadores para la medición de variables que van desde el consumo de agua, al reciclaje o las pautas de movilidad de los ciudadanos. La suma de todo ello permite realizar un diagnóstico de la situación general del país expresable mediante índices. Algo así como un chequeo médico sobre una sociedad que consume recursos, emite desechos y ocupa terrenos.
La “huella ecológica” es el “área de territorio ecológicamente productivo necesario para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población dada.”
La huella ecológica de la mayoría de las ciudades españolas supera la biocapacidad disponible de sus provincias, siendo especialmente destacado en el caso de Madrid, Barcelona, Bilbao y Zaragoza.
La mayor amenaza para el medio rural es la despoblación y el abandono del campo, induciendo mayores déficits de estructuras y servicios que reducen las oportunidades y la calidad de vida de los habitantes rurales.
Se propone fomentar el uso de sistemas integradores de los sistemas urbano y rural considerando la prestación de los bienes y servicios que proveen los ecosistemas y el mundo rural para el bienestar humano.
Un servicio de compensación, como el pago por servicios ambientales, puede potenciar el mantenimiento de la provisión de bienes y servicios de los ecosistemas rurales hacia los urbanos; con estos se pretende que zonas en riesgo ambiental, social y cultural logren avanzar hacia un desarrollo sostenible, con acciones de conservación y la gestión y ordenación del territorio a través de este tipo de incentivos.
La idea o concepto es adecuar la sostenibilidad de la escalada con la sostenibilidad de las zonas en que se practica. La sostenibilidad en la escalada tiene que ver actualmente con el impacto que se produce en la naturaleza y en el medio ambiente: accesos, desechos, conservación y cuidados bio-geológicos,..
Los escaladores consumimos recursos (combustibles en nuestros desplazamientos, accesos y salidas, desgaste de la roca,...), emitimos desechos (necesidades fisiológicas, basura,...), ocupamos espacio y ¿creamos riqueza local? (panaderías, restaurantes, campings,...).
¿Sería posible medir la sostenibilidad de la escalada?
¿Podríamos llegar a conocer cuál es el número de escaladores que es capaz de soportar una zona, bien diario, semanal o anualmente, de escalada sin que esta se degrade o que sufra un impacto mínimo?; ¿Cuál es nuestra huella ecológica?;
¿Se pueden considerar las zonas de escalada como un ecosistema, como un servicio medioambiental, que provee el medio rural al urbano?;
¿Hasta que punto la escalada beneficia la sostenibilidad rural?;
¿Cómo se tendría que implicar el colectivo en ese concepto de sostenibilidad?.
No es baladí el conseguir una/a unidad/es de medida, una unidad de medida da un patrón de objetividad sobre que el que se pueden tomar decisiones y adoptar medidas. Una unidad de medida subjetiva es muy poco práctica, todos tienen razón y no se llega a ningún sitio.
Si alguien quiere aportar alguna idea...
Basado en un artículo de Pedro Cáceres para El Mundo del 13-marzo-2.009. Suplemento Natura
Me lo he guardado para leerlo con calma (ahora es tarde)
ResponderEliminarA ver si te envio lo que te debo
Hasta la 0,0
OK,
ResponderEliminarNo es algo prioritario ahora, pero si creo que es de esas pequeñas cosas que conviene tener presente; y supongo que algún día tendremos que hablarlo más a fondo.
Salu2